Historia
Los padres de Jordi se trasladaron a Cunia cuando apenas había cumplido los cuatro años. El traslado fue un último intento por salvar un matrimonio que agonizaba. A pesar de que la ruptura llegaría muy pronto, esta no tendría componentes de violencia, rencores exagerados o intentos de poner al niño contra el otro. Jordi quedó a cargo de su madre pero su padre se quedó a vivir en Cunia y en un barrio cercano. Esta relación le ha marcado siempre y ha convertido a Jordi en una persona que busca la estabilidad sentimental y trata a la gente con mucha sinceridad.
El apoyo de sus padres le ayudó mucho cuando empezó a identificarse públicamente como hombre e inició el proceso para, a pesar de las trabas existentes, cambiar su identidad legal de mujer a hombre cuando aún no había cumplido los 20 años. Sus padres no volvieron a usar jamás su [i]deadname[/i]; en comparación con muchos otros, hasta entonces tuvo suerte. Con 23 años recién cumplidos logró entrar en la policía federal de Cunia tras un juicio por discriminación que por suerte resultó ser lo bastrante discreto, a pesar de la época. Sin embargo, las cosas aún no estaban lo bastante maduras. La presión y el abandono a puestos de oficina acabó por dañarle demasiado y abandonó el cuerpo al cumplir los 26. Pasó un año vagabundeando, deprimido, deseando volver con sus padres. Así fue como acabó encontrando a Luigi y Tujami. Ellos le dieron una oportunidad, un trabajo y un trato digno. Lleva dos años trabajando con ellos. Sigue leyendo