Panzer Selbstfahrlafette IV Ausf. A
En 1939, los responsables de desarrollo de armamento alemán vieron la necesidad de un vehículo que fuera capaz de enfrentarse a las fortificaciones y los búnkeres a una distancia mayor de la que estos pudieran devolverle el fuego. Eso implicaba, entre otras cosas, un gran calibre e hizo que se pensase en un cañón de 105 mm (también se pensó en 128 mm, pero eso dio lugar a otro desarrollo del que hablaremos en otro artículo). No es necesario decir tiene que los desarrolladores alemanes estaban pensando en la Línea Maginot.
El encargado de desarrollar la idea fue Krupp, pero Francia cayó mucho antes de que abandonara la mesa de dibujo y se comprobó que las posiciones estáticas fortificadas era mejor flanquearlas que enfrentarse a ellas. El concepto de diseño estaba obsoleto, ya no se necesitaba para los búnkeres, y se reconvirtió a un cazacarros. Hay que decir que la experiencia en Francia también había enseñado a los alemanes que los cazacarros eran mejores que la artillería antitanque remolcada. Sigue leyendo