
¡Buenos días, mi joven patrón! Me alegra oír que has descansado bien esta noche. Sí, es cierto que hubo sucesos ayer por la noche. ¡Nada del otro mundo, mi señor! Según parece, los Piolines saludaron a un listillo que llevaba tiempo escaqueándose de pagar su cuota y lo convirtieron en un ejemplo, si me entiende. ¡No!, no hay peligro. Como le conté ayer, los asuntos del Gremio se quedan en el él, bueno, en ese; hablado de lo cual, hoy me permitirá que le enseñe el Barrio de los Artesanos. Espero que guardase algo de dinero el otro día, porque, seguro, hoy querrá completar las compras que empezó ayer. ¡Estupendo! Entonces siga al viejo Gundemaro.
Antes de entrar en el barrio, quizás desee visitar el Templo de la Orden de Helius. En su interior descansa una estatua de Doña Urraca y los sacerdotes son muy amables y, si se lo solicita, le podrán dar su bendición. ¡Claro!, no se preocupe, yo le espero por aquí. Además, tenía que comprar unas especias para mi señora en un tenderete aquí al lado. Sigue leyendo →