El diseño de las ciudades, y Cunia no se libra de ello, favorece la concentración del calor en áreas urbanas y se calcula que la temperatura en la ciudad puede ser un 8% superior a los alrededores en todo momento del verano; esa diferencia d temperatura se mantiene incluso por la noche. Existen diversos estudios urbanísticos actuales que relacionan el diseño urbano con las enfermedades y trastornos propios de las metrópolis, pero los responsables del diseño urbanístico de la ciudad, de siglos anteriores, no los tuvieron en cuenta.
Una de estos trastornos, que solo aparece en los telediarios cuando muere gente, son los golpes de calor. Siendo estrictos no es exclusiva de la ciudad y hay otros entornos (desiertos) donde puede padecerse, pero hablaremos de Cunia solo en este artículo.
Un golpe de calor es un exceso de temperatura del cuerpo provocado tanto por las condiciones del individuo (una actividad extenuante) como por las externas (un ambiente caluroso). La temperatura corporal asciende y el organismo no es capaz de refrigerarse adecuadamente. Que nuestro cuerpo mantenga una temperatura entre 36 y 37 grados centígrados es importante para determinadas funciones biológicas. Algunas causas adicionales pueden agravar el problema: llevar demasiada ropa que impide al cuerpo refrigerarse adecuadamente, beber alcohol en exceso (mala idea con el calor) o no mantenerse hidratado (no beber agua con regularidad). Naturalmente, la edad, algunos medicamentos (vasoconstrictores, bloqueadores de la adrenalina, diuréticos o antidepresivos), drogas (anfetamina, cocaína) o enfermedades (cardiovasculares, pulmonares, u obesidad) añaden más posibilidades de sufrir un golpe de calor. Sigue leyendo →