Estos fabulosos seres, que solo se pueden encontrar en la cadena montañosa al este de los Pueblos Frey, son gigantescas criaturas voladoras depredadoras que habitan en sus picos más elevados.
No se conoce mucho de su ecología. Se ha comprobado que se alimentan apresando otras especies voladoras y cabras salvajes. Aunque parecen pacíficas y de movimientos lentos, cuando están cazando pueden, en el parpadeo de un ojo, llevarse en sus mandíbulas un ser del tamaño de un perro grande. Se conocen casos de ataques a seres más grandes, como humanoides o caballos llevados a cabo entre varios etilirones.
Estas moles pueden alcanzar varios metros de tamaño, manteniendo una asombrosa ligereza en sus cuerpos. Recientemente, un grupo de aventureros consiguieron derribar a un etilirón cuando atacó a su perro de guerra. Entre ellos viajaba Atticus, un escolar de Os, con el objetivo de estudiar a las recién descubiertas tribus vettenas que habitan al otro lado del paso montañoso al sureste de los Pueblos Frey. De sus observaciones pudo deducir que parte de su flotabilidad era debida a unas enormes bolsas de gases más ligeras que el aire alojadas en unos cuerpos cavernosos de su torso, pero por sí solas, no son suficientes para elevar a semejante criatura. Atticus postuló la hipótesis de que su flotabilidad puede guardar cierto parecido con los de los tillium, aunque sería necesario capturar a un ser vivo para poder analizarlo más detenidamente. Sus descubrimientos posteriores determinaron que eran hermafroditas y ovíparos, y construían sus nidos en riscos muy elevados. Aunque no lo aparenten, son capaces de posarse, usando sus alas como unas improvisadas piernas y su cola como contrapeso, pero no son muy ágiles. Según sus estudios, solo lo hacen en la época de cría para proteger sus huevos, el resto del tiempo siempre están en el aire. Cuándo duermen, si es que lo hacen, es un completo misterio. Sigue leyendo →