En 1944 las pérdidas tanto humanas como material de Alemania eran catastróficas, lo que llevó al partido nazi a llamar a una movilización total del país. Así, en septiembre de ese mismo año se dictamina llamar a las armas al menos a seis millones de varones con edades comprendidas entre los 16 y los 60 años, para formar la milicia Volkssturm. Pero los 6.710 batallones planeados con los nuevos reclutas, necesitaban ser equipados aunque las cifras necesarias eran exageradas para una capacidad industrial muy mermada por la guerra. Por ejemplo, se necesitaban 4 millones de rifles y 230.000 ametralladoras.
Para suplir estas carencias se recurrió a todo tipo de armamento, desde piezas capturadas al enemigo, hasta equipamiento obsoleto, procedente de la guerra franco-prusiana de 1870. Pero ni aún así se podían cubrir todas las necesidades, por lo que era necesario diseñar un plan de fabricación de armamento de emergencia, el Primitiv-Waffen Programm, literalmente «Programa de Armamento Primitivo». Sigue leyendo