Los qatarianos son una raza marcada por una tragedia doble: la pérdida de su hogar natal y el hecho de que esto haya provocado que sean prisioneros y deudores de una «ayuda» que no hubieran pedido. Ésto ha conformado su forma de ser con dos características evidentes: su sombrío fatalismo y su arrojo al enfrentarse a situaciones extremas.
Conversar con un qatariano es sorprendente. Donde hablar con un aioll o un marbagán es algo así como caminar sobre hielo quebradizo debido a su gusto por las florituras, los giros y las metáforas lingüisticas, ellos son algo así como un mazazo en el pecho. No hay tiempo para las tonterías ni las idioteces. Si por ejemplo alguien quiere comenzar una negociación comercial, lo peor que se puede hacer es comenzar Sigue leyendo