María es una mecánica independiente, especialista en naves espaciales. Su trabajo le encanta y la libertad de poder cambiar de nave cuando quiera, la mantiene activa, alerta, siempre al día con las últimas técnicas y piezas que aparecen en el mercado, así que se pasa la mayoría de su tiempo conectada a la red GWW, lo que ha conseguido que tenga pocos amigos fuera del mundo virtual.
Hace unos días que llegó a este espacio-puerto orbital, donde ha alquilado un pequeño cubículo, apenas un salón dormitorio con una cama plegable, una mesa de despacho en la que se incluye un reproductor holográfico donde conectar su portátil y la autococina que se esconde en un pequeño armario para poder utilizar el mínimo aseo. Vamos, que no difiere en mucho de cualquiera de los camarotes en los que vive mientras viaja.
Las naves espaciales no tienen horarios normales y piden nueva tripulación a cualquier hora planetaria, por eso siempre tiene programada la alarma para cualquier momento en que aparezca una oferta de empleo de entre un importante abanico de tipos de naves, con destino a cualquier parte.
Bip, bip, bip… Suena el ordenador.
-¡Trabajo! -Se levanta de la cama como un rayo y sin siquiera lavarse la cara, corre a la consola, conectándose a la esfera de datos. En el fondo le da igual su aspecto, su avatar conseguirá que parezca una pulcra mecánica lista para comenzar un nuevo viaje a cualquier parte.
Mecánico cromter
Especialista en reparar naves desde el exterior, María disfruta con las salidas al vacío para realizar reparaciones en el casco o en los sistemas de difícil acceso desde el interior.
El riesgo y el saber que nadie más lo hace mejor que ella, son su mejor acicate.
Mecánico humano
Su familia siempre se ha dedicado a esto, conoce todos los entresijos del negocio en el que se mueve como pez en el agua. Adora esta vida nómada, embarcando cada día en una nave distinta, de astropuerto en astropuerto en busca de la emoción del viaje y conocer nuevos mundos en dónde encontrar a su siguiente patrón.
Mecánico úkaro
-Sí, las úkaros mecánicos somos un estereotipo ¿y qué? -le dijo María al pesado que se le acercó en la barra.
-Yo gano mucho dinero con esto y me gasto muy poco en el mantenimiento de mi avatar de las redes gracias a ello. Los clientes ven a una úkaro como yo y ya se creen que pueden contratar al mejor mecánico del planeta. Así regatean menos y a mí sólo me queda demostrarlo cuando esté a bordo de su nave. -Se marcha dando un largo trago de su copa y con una socarrona sonrisa, terminó con la conversación.
-Y, por cierto; sí soy buena, muy muy buena. Con estereotipo o sin él.
Virtudes profesionales (no contempladas salvo que se indique lo contrario): Ingenioso o hijo de tecno.