Una de las consecuencias de las guerras mundiales es que, durante las mismas, se acabaron los hombres para realizar algunas tareas de retaguardia. Aunque con reticencias, sobre todo en la Primera Guerra Mundial, fueron aceptando poco a poco a las mujeres en el servicio e, incluso, llegaron a hacer campañas de reclutamiento específicamente para ellas. El nombre de wrens era una simplificación de su acrónimo WRNS (Women’s Royal Navy Service).
Cartel de reclutamiento del WRNS. Imagen de dominio público.
El WRNS estuvo en activo entre 1917 y 1918, pero tras la guerra el servicio fue suspendido y todas las mujeres que trabajaban en él licenciadas. La sociedad de principios del siglo XX aún no estaba preparada para un ejército con mujeres permanentemente. Sin embargo, en 1939, con la guerra empezada, el servicio volvió a activarse y Vera Laughton Mathews fue elegida su comandante (aunque en esta época se la llamaba director). Ella estuvo toda la guerra como responsable de este servicio y consiguió que unas 75.000 mujeres prestaran servicio en la Armada británica. Y no fue un trabajo exento de peligro porque 102 mujeres perdieron la vida desarrollando su función. Sigue leyendo