El clima va mejorando con cada día que pasa y las nieves ya solo resisten en las zonas sombrías, donde el sol nunca alcanza. El caminar es alegre y las pieles de brako recién cazadas les permitirán hacer buenos negocios allá a dónde se dirigen. Escuchan un golpeteo sordo mucho antes de verlo, pero cuando superan la última de las colinas pueden contemplar, en toda su extensión, el grakin de Aguaclara, el mayor asentamiento de la civilización en palabra del propio Lobo.
—No sé cómo pueden vivir ahí todos hacinados —responde al comentario Aarthalas. Sigue leyendo