La planta del abrazo azul se presenta en las zonas templadas de Pangea como un manto de hermosas y fragantes flores de un azul muy intenso. No se trata de varias plantas, aunque lo parece, sino de un solo arbusto rastrero que se extiende por una zona de varias varas cuadradas bajo la sombra de los árboles. En ocasiones, algunos tallos trepan por los troncos ayudando a confundirlas con las orquídeas a las que se parecen.
Las flores del abrazo azul generan un néctar muy dulce que atrae a insectos y pájaros, de pequeño tamaño (tipo colibrí). Sin embargo, tal cantidad de azúcar solo tiene como objetivo enmascarar el potente veneno que también segregan. Cuando uno de estos animales prueba el néctar, muere a los pocos latidos y cae al suelo (la misma flor bascula para que esto ocurra) donde los tallos se encargaran de disolver la carne y añadirla al sustrato como nutrientes. La resina de los tallos casi leñosos del suelo es un potente ácido (semejante al de los estómagos de los animales). Sigue leyendo