A pesar de que algunas personas aún se aferran a sus identidades nacionales del siglo XX, el siglo XXI se caracterizará, con el tiempo, con la abolición de las barreras culturales y lo que para un británico es cultura, también lo será para un alemán y viceversa. Lo mismo pasa en Cunia, nunca ha sido una ciudad con una cultura muy definida y eso la ha hecho absorber lo bueno y lo malo de otros lugares. Y hablando de lo bueno, ¿quién no ha soñado alguna vez recorrer la A7 al volante de un Mustang?
Esto mismo ha debido pensar la empresa rusa Aviar Motors (nuevamente la deslocalización cultural ataca) al sacar al mercado su modelo R67 y regalárselo al dueño de la discoteca Kremlin de Cunia. Al momento, le han llovido los pedidos de gente que quiere tener el mismo modelo. Cunia es una ciudad muy amiga de importar coches de lujo para alegrar sus calles. Sigue leyendo