Poco a poco la agencia empieza a remontar después del asesinato de Pedro. Es a primeros del 2010 y les llega el caso que volverá a ponerlos en la palestra.
Ricardo Serna de las Heras, un joven que está a la espera de heredar el título de Señor de Florejats, acude a la agencia para requerir sus servicios. Es una persona parada, apocada, que palabras justas que son arrastradas fuera de su boca, y su mirada esquiva, ciertamente tímida. Y su demanda es, cuanto menos, muy curiosa. Sabe que la policía lo tomaría por loco así que ha decidido contratar los servicios de los detectives, que recibiendo el estipendio acordado, podrán sacarle de dudas.
Dice que hace unas noches se le presenta su fallecido padre para hacerle saber que su muerte no fue un accidente. Que fue asesinado. Sin embargo nunca ha pronunciado ninguna palabra o frase que pudiera indicarle quien podría haber sido el causante.
Su progenitor ya haces unos pocos meses que murió en el mar. Salió solo a navegar como acostumbraba a hacer muchos fines de semana. Al no regresar antes del anochecer se dio la voz de alarma. Al día siguiente, ya con luz diurna, localizaron el barco a la deriva y sin nadie a bordo. Días después localizaron su cuerpo en el mar. Sigue leyendo