Por: Ignacio Conesa Zamora
En un artículo anterior pudimos ver las distintas formaciones en las que la infantería se presentaba en el campo de batalla. Ahora le toca el turno a su hermana más noble, la caballería. A pesar de su impresionante potencial y al comportamiento altivo de sus integrantes, la caballería tenía como principal función apoyar a la infantería, protegerla y golpear con rapidez en aquellos lugares de la batalla donde su acción podía ser más decisiva, además de desempeñar la función nada desdeñable de explorar el terreno y llevar información al mando del ejército sobre qué estaba pasando en la contienda.
Una vez más daremos trazos generales sobre la caballería de la época y cuando sea necesario ser más preciso tomaremos como ejemplo la caballería francesa. Al igual que la infantería la caballería estaba divida en ligera, empleada más en labores de reconocimiento, hostigamiento y persecución, y la pesada, cuya función estaba más centrada en la carga y en el cuerpo a cuerpo. La caballería estaba organizada en escuadrones de dos compañías que a su vez estaban compuestos de dos divisiones o pelotones. De hecho se decía que el escuadrón era a la caballería lo que el batallón a la infantería, no por su número, un escuadrón de caballería tenía unos 100 hombres mientras que el batallón contaba con varios centenares más, sino por la funcionalidad en el campo de batalla. Los regimientos de caballería se desplegaban en escuadrones y era esta unidad básica que empleaban para configurar los cuatro tipos de formaciones que podían tomar, en línea, en columna, en escalones y en abierto. Sigue leyendo →