Pangea – 1×02 Salvad a Slissu (capítulo)

Autor: Olef, hijo de Oleg

Tras la aventura con el espíritu del invierno, Slissu ha caído en una extraña nostalgia. Apenas come, casi no habla y anda mecánicamente sin pensar mucho en donde pone los pies. Ha tropezado varias veces y en no menos ocasiones ha pisado los «regalos» de las bestias de carga. No parece importarle.

Lobo parece preocupado por la actitud que muestra su compañero de viaje y comparte esta inquietud con sus compañeros frente a un estupendo fuego preparado por Graf e Imvo. Slissu se ha retirado a dormir, algo también raro porque suele animar esas veladas con tétricos cuentos de su raza, cuentos, según asegura, infantiles. Sigue leyendo

Pangea- Runas del Sabio (Noticias)

Autor: Sabio del Desierto

Un año de una palma de una columna de la estela del gato de agua

Como saben los cuervos de Taga…

Grandes partidas de caza dwaldur

Casi todos los asentamientos dwaldur han iniciado una frenética actividad de cacería y recolección de cara al invierno que se aproxima. Quieren evitar las carencias que sufrieron el año pasado. Los comerciantes de la zona cuentan que es un buen momento para llevar alimentos no perecederos (frutos secos y similares), pero avisan que hay que tener cuidado, para un dwaldur hambriento un viajero puede ser un buen bocado invernal. Sigue leyendo

Pangea – Árbol de la alegría

Autor: Sergio Jurado

Árbol de la alegría

El árbol de la alegría es una visión corriente en la región meridional de la Península de Entrovia. Pese a su engañoso aspecto reseco, sus raíces se extienden muy lejos del tronco, cuyo interior contiene una refrescante savia azucarada. Muchos animales han aprendido a succionar este néctar a través de los orificios de la corteza (que a veces rezuma por el tronco), ya sea con su pico o introduciendo su lengua en forma de tubo. Sin embargo, quienes consumen este zumo deben ser cuidadosos puesto que beber demasiado puede resultar peligroso: se trata de un potente alcohol fermentado de forma natural capaz de emborrachar a un hombre adulto con apenas unos tragos. Sigue leyendo

Pangea – Árbol Vagina

Autor: Sergio Jurado

Árbol vagina

Distinguibles por su rugoso y particular tronco, los árboles vagina son una de esas raras especies de árboles que se yerguen solitarios, sin otros especímenes de su mismo tipo en las cercanías. Son más abundantes en la zona suroriental del continente, especialmente en la Selva del Gran Espíritu, lugar de donde parecen ser originarios. Sigue leyendo

Pangea – Ss’iar

Autor: Sergio Jurado

Anillo

Una de las principales formas de entretenimiento de los h’sar (y por extensión, también de los drak) es un juego de pelota conocido como Ss’iar.

El Ss’iar se juega en un campo rectangular usando una pelota que los jugadores deben golpear con sus colas, pecho o cabeza. El objetivo es mantener la bola en juego e intentar que toque o atraviese un aro vertical de piedra situado entre los campos de ambos equipos. Sigue leyendo

Pangea – Runas del Sabio (noticias)

Autor: Sabio del Desierto

Un año de una palma de una columna de la estela del gato de agua

Como saben los cuervos de Taga…

Siguen los enfrentamientos dwandir

Comerciantes de la zona aseguran haber encontrado cadáveres en los caminos junto a los bosques dwandir. Se trata siempre de una o dos personas, no en gran número como en pasadas ocasiones. Aunque los dwandir son muy herméticos, se cree que la guerra habría concluido pero que el territorio esté cubierto ahora de bandoleros o soldados errantes que han perdido a sus cabecillas. Hasta la fecha, ninguna caravana ha sido atacada. Sigue leyendo

Pangea – La maldición del camino (aventura)

Autor: Olef, hijo de Oleg

De repente, sin ningún aviso, un enloquecido gruba surgirá de entre las sombras y empezará a repartir a diestro y siniestro. El gruba está fuera de sí. Entre gruñidos se le entenderás algunas palabras como «matar», «silencio», «destrucción», pero nada con mucho sentido (nota: tampoco es que se entienda mucho a un gruba cuando está cuerdo). Sigue leyendo

Pangea – 1×01 Presa del chamán (capítulo)

Autor: Olef, hijo de Oleg

La caravana del Lobo avanza por un camino tras abandonar un refugio donde les había sorprendido una gran nevada. Los caminos vuelven a ser transitables, pero aún así es duro hacer que las bestias avancen entre el barro y los charcos congelados en las zonas umbrías. A media jornada, cuando el sol ha alcanzado su puño más alto, tropiezan con un río desbordado que ha anegado todo el vado por donde antes cruzaban las caravanas. La hermosa Aarthalas recuerda ese tramo del camino y que nunca antes había habido problemas con el cauce. Lobo sabe que volver atrás les hará perder muchas jornadas y decide buscar un lugar río arriba donde cruzar. Sigue leyendo

Pangea – Zuliammea

Autor: Rubén Ramos

La zuliammea es un arbusto parasitario que crece en las riberas de los lagos y ríos de Pangea. Se extiende lenta y perezosamente a lo largo del entramado vegetal que rodea estos lugares. Su forma de crecimiento es similar a una red de pescadores, con la que puede atrapar pequeños animales como aves o roedores entre sus zarcillos espinosos. Esto constituye su alimentación principal pues el sol y los nutrientes en la tierra no son suficientes para ayudarla en su crecimiento. La zuliammea se extiende por una zona no muy grande, donde ahoga al resto de vegetación y utiliza los troncos muertos para afianzarse y convertir el lugar en su coto exclusivo de caza.

Por lo general no alcanza tamaños muy grandes pues tiene depredadores naturales (orugas, escarabajos y en general pequeños insectos) que la utilizan para procrear, alimentarse o refugiarse, destruyéndola en el proceso (el período vital de una zuliammea es de una mano de inviernos). Sin embargo, en ciertas ocasiones este arbusto consigue convertirse en un auténtico problema. Si consigue superar esos cinco inviernos, la planta con gran probabilidad seguirá creciendo en tamaño, ocupando un área más amplia y desarrollando a su vez una mayor celeridad en sus movimientos. La causa es desconocida, pero se ha observado que zuliammeas de buen tamaño arrastraban sus zarcillos lentamente sobre pequeños roedores y se abalanzaba en los últimos centímetros con la velocidad de una serpiente al morder para atraparla y ahogarla. Por lo general, este crecimiento provoca una escalada en la búsqueda de alimento, ya que a mayor tamaño, mayores son las necesidades (a pesar de tener mayor acceso a agua, tierra y sol debido a su acción parasitaria, la planta sigue necesitando proteínas en su dieta). En las marismas h’sar, no es raro que una zuliammea se haya asentado lo suficiente como para amenazar la vida inteligente y se conocen casos de manadas que han sido sorprendidas en un período de descanso o sueño por el ataque de este arbusto e incluso hayan sido incapaces de rescatar a alguno de sus miembros atrapados.

La zuliammea tiene su mayor enemigo, no obstante, en su propia naturaleza. Cuando su masa es gigantesca, la necesidad de alimento es tal (y la cantidad de presas posiblemente haya descendido para entonces) que se agosta y seca, expulsando en sus últimos estertores las semillas que viajaran en el agua o el viento y crearán una nueva zuliammea.

La zuliamea puede tener cualquier tamaño entre 5 y 40 puntos de fuerza. Su ataque se resuelve como una maniobra de presa normal. El fuego y las armas afiladas le provocan el doble de daño. Una zuliammea típica posee FUE 8/24.

Pangea – Runas del sabio (noticias)

Autor: Sabio del Desierto

Un año de una palma de una columna de la estela del gato de agua

Como saben los cuervos de Taga…

¡Muo vive!

Rumores procedentes de la región de los tikki aseguran que Muo, un extraño viajero tikki que se adentró en la Tierra de los Volcanes hace muchas drumas ha regresado al territorio. Su piel parece reseca, llena de arrugas y sus ojos muestran una dureza impropia en un ser de esta especie, pero sus palabras son suaves, dulces y habla de un futuro que está por venir en el que los tikki serán aclamados por todas las razas al salvarles del wukran. El destino de estos pequeños habitantes de Pangea parece ser acabar con el wukran del mundo o, al menos, eso afirma Muo. Sigue leyendo