Autor: Olef, hijo de Oleg
Tras la aventura con el espíritu del invierno, Slissu ha caído en una extraña nostalgia. Apenas come, casi no habla y anda mecánicamente sin pensar mucho en donde pone los pies. Ha tropezado varias veces y en no menos ocasiones ha pisado los «regalos» de las bestias de carga. No parece importarle.
Lobo parece preocupado por la actitud que muestra su compañero de viaje y comparte esta inquietud con sus compañeros frente a un estupendo fuego preparado por Graf e Imvo. Slissu se ha retirado a dormir, algo también raro porque suele animar esas veladas con tétricos cuentos de su raza, cuentos, según asegura, infantiles.
Aarthalas, que posiblemente es la única que ha prestado atención a las historias de chamán, recuerda una historia de un h’sar melancólico por no poder comer una raro fruto de su tierra. En la historia, el h’sar es pequeño y no alcanza las ramas de los árboles y le pide ayuda a una de las criaturas de la laguna prometiéndole que le dará de comer si le alza hasta la rama. La criatura, un enorme cocodrilo por la descripción, alza al pequeño hasta la fruta, pero cuando este la tiene en la mano, se lo come de un bocado y así los dos cumplen su palabra.
Motaas, el gardan, pregunta si está sugiriendo que hagan de Slissu comida para cocodrilos, pero la dwandir aclara que lo que propone es buscar los frutos del árbol. Ha pasado el verano, pero son frutos de piel dura y alguno puede quedar. La caravana decide girar al sur y acercarse a uno de los grakines que están en contacto con los pantanos h’sar.
Allí encuentran los frutos y Slissu se anima mucho al verlos y al comerlos, pero a la mañana siguiente el sueño se ha apoderado de él y no consiguen despertarle. El comerciante que les intercambió la fruta ha desaparecido y el curandero local afirma que el h’sar ha sido envenenado con las hojas del árbol del sueño. El único antídoto son las hojas del mismo árbol. Se hace necesario localizar al mercader y conseguir las hojas que pudieran quedarle para salvar al amigo. Lobo deja parte de la caravana en el grakin al cuidado del dormido Slissu y el resto parten en una partida de caza (y venganza).