Pangea – 1×07 Contra el tiempo (sinopsis)

 Por: Rubén Ramos 

Tras unas jornadas intercambiando mercancías, la caravana de Lobo ha adquirido suficiente material como para continuar el viaje a tierras más frías. Por lo general, Lobo y los suyos no suelen subir tan al norte, pero siempre hay algo que descubrir, algo que negociar, algo que aprender.

Las lluvias les reciben en sus primeras jornadas, lo que no ayuda precisamente a levantar los ánimos. Tras un aguacero especialmente violento Lobo decide que es mejor buscar refugio antes de arriesgarse a que alguien tenga un accidente o agarre una neumonía. Unas grandes oquedades en unos afloramientos rocosos les sirven como improvisado refugio. Durante la espera, ni las canciones ni las historias alrededor de la hoguera que han preparado a la entrada alivia el aburrimiento generalizado, por lo que los miembros de la caravana se dedican a vagabundear por el interior de las cuevas, las cuales son mucho más profundas de lo que pensaban en un principio. Mootas en uno de esos vagabundeos cree ver algo moviéndose en el interior, hecho que hace saber a Adebbi y a Lobo, pues un oso o algún animal carnívoro podría ser un grave problema. A pesar de los recelos, debido al empeoramiento de las condiciones climatológicas, tras hacer una somera inspección de la zona deciden pasar la noche en el lugar. Sigue leyendo

Rol Negro – Fútbol Cuniense

 Por: Rubén Ramos

El fútbol según Cunia

Existen cuatro tipos de fútbol en el mundo: El fútbol inglés o europeo (soccer), el fútbol americano, el gaélico y el australiano. Sin embargo, si se le preguntara a un cuniense, añadiría un quinto deporte que se denomina con la palabra fútbol: el fútbol cuniense.

El fútbol cuniense no es un deporte oficial (al igual que el cuniense no es un idioma como tal) pero está muy arraigado en la ciudad y se ha extendido (a partir de la década de los 80) a las provincias y regiones limítrofes. Hunde sus raíces a finales del siglo XIX. Fieles a su carácter peculiar y rebelde, en una época en que los ingleses introducían el fútbol europeo en España, los cunienses acuñaron una nueva versión de este deporte, que combinaba reglas de otros deportes. A mediados de la década de 1920, el deporte consiguió establecer unas normas que estandarizaron el juego tal y como lo conocemos ahora (con pequeñas variaciones a lo largo de los años). Sigue leyendo

Pangea – Las Briznas

 Por: Rubén Ramos

Las Briznas son una organización de Pangea que se encuentran revestidos por el más absoluto misterio. Las pocas cosas que se conocen sobre ellas es que es un grupo formado exclusivamente por tikki, mujeres, poderosas hechiceras y que cruzarse en su camino es muy mala idea, ya que sus acciones traen consecuencias incluso para los actos más nimios que les afecten.

En realidad, las Briznas son un grupo más o menos cohesionado de ladrones que operan en Aguaclara y sus alrededores. Todas las historias que se escuchan sobre ellos (pues lo cierto es que en su mayoría son hombres, no mujeres) forman parte de una estupenda capacidad de propaganda de la que hace hace gala uno de sus líderes, Vorn “el pejiguero”. Su tarea consiste en extender rumores estrambóticos para conseguir que los habitantes de Pangea (es decir, Aguaclara y pueblos vecinos) crean que Las Briznas son un grupo rival secreto de la Encina o mejor, que son una parte de la Encina misma. Sigue leyendo

Pangea – Monos alados

Por: Rubén Ramos

Los monos alados son unas peligrosas criaturas del Wukran que en los últimos inviernos se han hecho tristemente famosos. Estos pequeños animales asemejan a pequeños primates que se mueven en manada por las zonas boscosas de Pangea. En realidad, su origen procede de murciélagos frutícolas que fueron deformados por la influencia corruptora del Wukran y que han ido transmitiendo de generación en generación.

A diferencia de otros mamíferos “alados”, estos animales si cuentan con verdaderas alas. Su capacidad de vuelo, debido a su peso y la carencia de huesos huecos les permite pequeños tramos de vuelo (unos ciento cincuenta o doscientos metros) que en terreno abierto es una desventaja, pero en zonas con ramaje les otorga una capacidad como hostigadores bastante efectiva. Sigue leyendo

Pangea – Caravanas Tikki (y VII)

 Por: Rubén Ramos

Mucha gente considera que hablar de caravanas tikki es lo más parecido a una contradicción. Al fin y al cabo, no son muy conocidos por su disciplina y orden. Sin embargo, las caravanas tikki son una visión habitual en algunas regiones de Pangea.

Los tikki se mueven como pez en el agua cuando llega el momento de comerciar tres tipos de mercancías:

Las relacionadas con las artes (música, canto, cuentacuentos, baile, etc).
Las relacionadas con la transmisión de mensajes entre poblaciones vecinas.
Los esclavos. Sigue leyendo

Pangea – Ss’iar

Autor: Sergio Jurado

Anillo

Una de las principales formas de entretenimiento de los h’sar (y por extensión, también de los drak) es un juego de pelota conocido como Ss’iar.

El Ss’iar se juega en un campo rectangular usando una pelota que los jugadores deben golpear con sus colas, pecho o cabeza. El objetivo es mantener la bola en juego e intentar que toque o atraviese un aro vertical de piedra situado entre los campos de ambos equipos. Sigue leyendo

Exo – Interpretando Ielsekharen

Autor: Rubén Ramos

Cuando asumimos el reto de interpretar a uno de éstos alienígenas, lo jugadores tenemos que pensar en un adolescente en plena edad del pavo. Los ielsekharen son como un adolescente con las hormonas en plena ebullición: chulitos y pendencieros. Cuando alguien hace algún comentario considerado ofensivo (es decir: que amenace la posición del ielsekharen como macho alfa o ponga en duda su masculinidad) la situación posiblemente se resolverá a golpes. Es erróneo pensar que el ielsekharen peleará de manera sucia o desleal. Utilizará métodos que le den ventaja, sí, pero dentro de unos límites. Por ejemplo, en una reyerta de bar arrojará líquido a los ojos de su contrincante si con ello puede distraerle y ayudarle a golpearle con facilidad, pero nunca le desenfundará un arma para acuchillar o disparar salvo que alguien lo haga antes. Un guerrero al fin y al cabo ha de pelear con cierta limpieza. Sigue leyendo

Pangea – Zuliammea

Autor: Rubén Ramos

La zuliammea es un arbusto parasitario que crece en las riberas de los lagos y ríos de Pangea. Se extiende lenta y perezosamente a lo largo del entramado vegetal que rodea estos lugares. Su forma de crecimiento es similar a una red de pescadores, con la que puede atrapar pequeños animales como aves o roedores entre sus zarcillos espinosos. Esto constituye su alimentación principal pues el sol y los nutrientes en la tierra no son suficientes para ayudarla en su crecimiento. La zuliammea se extiende por una zona no muy grande, donde ahoga al resto de vegetación y utiliza los troncos muertos para afianzarse y convertir el lugar en su coto exclusivo de caza.

Por lo general no alcanza tamaños muy grandes pues tiene depredadores naturales (orugas, escarabajos y en general pequeños insectos) que la utilizan para procrear, alimentarse o refugiarse, destruyéndola en el proceso (el período vital de una zuliammea es de una mano de inviernos). Sin embargo, en ciertas ocasiones este arbusto consigue convertirse en un auténtico problema. Si consigue superar esos cinco inviernos, la planta con gran probabilidad seguirá creciendo en tamaño, ocupando un área más amplia y desarrollando a su vez una mayor celeridad en sus movimientos. La causa es desconocida, pero se ha observado que zuliammeas de buen tamaño arrastraban sus zarcillos lentamente sobre pequeños roedores y se abalanzaba en los últimos centímetros con la velocidad de una serpiente al morder para atraparla y ahogarla. Por lo general, este crecimiento provoca una escalada en la búsqueda de alimento, ya que a mayor tamaño, mayores son las necesidades (a pesar de tener mayor acceso a agua, tierra y sol debido a su acción parasitaria, la planta sigue necesitando proteínas en su dieta). En las marismas h’sar, no es raro que una zuliammea se haya asentado lo suficiente como para amenazar la vida inteligente y se conocen casos de manadas que han sido sorprendidas en un período de descanso o sueño por el ataque de este arbusto e incluso hayan sido incapaces de rescatar a alguno de sus miembros atrapados.

La zuliammea tiene su mayor enemigo, no obstante, en su propia naturaleza. Cuando su masa es gigantesca, la necesidad de alimento es tal (y la cantidad de presas posiblemente haya descendido para entonces) que se agosta y seca, expulsando en sus últimos estertores las semillas que viajaran en el agua o el viento y crearán una nueva zuliammea.

La zuliamea puede tener cualquier tamaño entre 5 y 40 puntos de fuerza. Su ataque se resuelve como una maniobra de presa normal. El fuego y las armas afiladas le provocan el doble de daño. Una zuliammea típica posee FUE 8/24.

Pangea – Caravana del Lobo

Autor: Rubén Ramos

La caravana de Lobo es una de las más conocidas de Pangea. Llevan más de dos manos de inviernos atravesando el continente en un incansable peregrinaje. Sus detractores dicen que es por un mero afán comercial para que Lobo, cuando sea anciano, pueda retirarse como caudillo de algún grakin. Sus defensores la retratan como una manada bien avenida que no descansa en su deseo por vivir las mayores aventuras posibles.

La caravana de Lobo se compone por un grupo bien conocido a través de las historias y canciones que se cantan sobre ellos.

El líder indiscutible es Lobo, un humano nacido en las llanuras un frío invierno bajo un hermoso augurio: la druma brillaba con toda su intensidad esa noche. Son famosas tanto su refinada lengua y poder de convicción como su ornamentada lanza de punta de hierro.

Su segundo al mando, Adebbi, es un hombre de ébano cuyas ansias de viajar le llevaron a encontrarse trabajando en la caravana de Lobo. Su lengua es tan afilada como la de Lobo y su maestría con la lanza no es menor.

Aarthalas es el miembro más enigmático del grupo y existe el mismo número de canciones que hablan sobre ella como una formidable guerrera que las que suspiran por su amor. Esta hermosa dwandir es parca en palabras (en ocasiones, pasa jornadas enteras sin abrir la boca) y hábil con su arco, con el que guarda una relación casi maternal. Lobo sabe la razón por la que se ha unido al grupo, pero para el resto su pasado permanece en el más absoluto misterio.

Kel es el tikki del grupo. Es un trampero excelente y muchos se sorprenden al descubrir en él el cazador del grupo. Las canciones suelen recordar que la fortaleza no está reñida con el tamaño. Kel suele modificar las letras en las noches alrededor del fuego lo suficiente para que se haga alusión con el tamaño a sus dotes como amante, para disgusto de Aarthalas y la sonrisa cómplice de Adebbi y los demás.

Slissu es el chamán del grupo. Un h’sar, de una más que evidente noble ascendencia a juzgar por sus escamas, se unió a la caravana tras una aventura en las Marismas que obligó desde ese momento (con su vida, si es necesario) a proteger a Lobo. Slissu es arisco y raro, lo normal si consideramos que es un hombre serpiente y además, un chamán, pero tras su frío comportamiento, se ha acostumbrado al grupo y le dolería perder a alguno de ellos. Es famosa su frase: «cuando acabe este lío, me quedo en el próximo poblado. No os aguanto más.»

Motaas es un joven gardan sin tribu que Lobo recogió cuando estaba herido. Los cuidados de Slissu y el cariño del grupo le decidieron a quedarse con ellos. Vigila la mercancía y los porteadores, y cuando tiene un rato libre, le gusta sacar unas notas a su flauta de hueso.

El resto de la caravana la componen: Graf, Imvo, Sorga, Eckme, Lup y Fron, los seis esclavos que se encargan del mantenimiento y el día a día de la caravana. Bim, Birco y Sim son los tres guerreros que hace tiempo acompañan a la caravana en sus aventuras, tres humanos fortachones. Sonrisas es la cocinera, una humana sin tribu que se unió a la caravana como protección y medio de unirse a una familia. Finalmente, Patas, Bigotazos y Perezoso son los tres bueyes lanudos que arrastran las parihuelas cargadas de mercancías.

Pangea – Caravanas ogras

Autor: Rubén Ramos

Los ogros son una raza pendenciera, belicosa y cobarde que infesta la superficie del continente. Eso lo sabe incluso el habitante más humilde y menos viajado de Pangea, aunque no haya visto un ogro en su vida. Lo que muy pocos habitantes de Pangea saben, incluyendo a aquellos que están más que acostumbrados a viajar, es que los ogros son un pueblo culturalmente avanzado y que una de las formas de expresar esa cultura es a través del comercio entre poblados. Sigue leyendo