Autor: Rubén Ramos
La caravana de Lobo es una de las más conocidas de Pangea. Llevan más de dos manos de inviernos atravesando el continente en un incansable peregrinaje. Sus detractores dicen que es por un mero afán comercial para que Lobo, cuando sea anciano, pueda retirarse como caudillo de algún grakin. Sus defensores la retratan como una manada bien avenida que no descansa en su deseo por vivir las mayores aventuras posibles.
La caravana de Lobo se compone por un grupo bien conocido a través de las historias y canciones que se cantan sobre ellos.
El líder indiscutible es Lobo, un humano nacido en las llanuras un frío invierno bajo un hermoso augurio: la druma brillaba con toda su intensidad esa noche. Son famosas tanto su refinada lengua y poder de convicción como su ornamentada lanza de punta de hierro.
Su segundo al mando, Adebbi, es un hombre de ébano cuyas ansias de viajar le llevaron a encontrarse trabajando en la caravana de Lobo. Su lengua es tan afilada como la de Lobo y su maestría con la lanza no es menor.
Aarthalas es el miembro más enigmático del grupo y existe el mismo número de canciones que hablan sobre ella como una formidable guerrera que las que suspiran por su amor. Esta hermosa dwandir es parca en palabras (en ocasiones, pasa jornadas enteras sin abrir la boca) y hábil con su arco, con el que guarda una relación casi maternal. Lobo sabe la razón por la que se ha unido al grupo, pero para el resto su pasado permanece en el más absoluto misterio.
Kel es el tikki del grupo. Es un trampero excelente y muchos se sorprenden al descubrir en él el cazador del grupo. Las canciones suelen recordar que la fortaleza no está reñida con el tamaño. Kel suele modificar las letras en las noches alrededor del fuego lo suficiente para que se haga alusión con el tamaño a sus dotes como amante, para disgusto de Aarthalas y la sonrisa cómplice de Adebbi y los demás.
Slissu es el chamán del grupo. Un h’sar, de una más que evidente noble ascendencia a juzgar por sus escamas, se unió a la caravana tras una aventura en las Marismas que obligó desde ese momento (con su vida, si es necesario) a proteger a Lobo. Slissu es arisco y raro, lo normal si consideramos que es un hombre serpiente y además, un chamán, pero tras su frío comportamiento, se ha acostumbrado al grupo y le dolería perder a alguno de ellos. Es famosa su frase: «cuando acabe este lío, me quedo en el próximo poblado. No os aguanto más.»
Motaas es un joven gardan sin tribu que Lobo recogió cuando estaba herido. Los cuidados de Slissu y el cariño del grupo le decidieron a quedarse con ellos. Vigila la mercancía y los porteadores, y cuando tiene un rato libre, le gusta sacar unas notas a su flauta de hueso.
El resto de la caravana la componen: Graf, Imvo, Sorga, Eckme, Lup y Fron, los seis esclavos que se encargan del mantenimiento y el día a día de la caravana. Bim, Birco y Sim son los tres guerreros que hace tiempo acompañan a la caravana en sus aventuras, tres humanos fortachones. Sonrisas es la cocinera, una humana sin tribu que se unió a la caravana como protección y medio de unirse a una familia. Finalmente, Patas, Bigotazos y Perezoso son los tres bueyes lanudos que arrastran las parihuelas cargadas de mercancías.