Número: 180. 4ª época. Año XXI ISSN: 1989-6289
El croar de las ranas, el zumbido de los mosquitos y el piar de las aves es el único sonido que se escucha en las zonas estancadas de la mayoría de los ríos de Pangea. Allí los árboles crecen medio inundados en el agua, y el río apenas lleva corriente. Es en estos lugares donde habita el curioso lagarto babosa.
Se trata de un anfibio de una vara de longitud, con una gran cabeza en forma de boomerang. El lagarto babosa aguarda semienterrado en el lodo del río, oculto a los ojos de sus presas. Con sus ojos, sitiados por encima de su cráneo, puede observar todo lo que ocurre sobre él. Cuando ve un apetitoso pez o cualquier otro anfibio el lagarto babosa sale de la arena del fondo haciendo que la tierra que levanta oculte sus movimientos. Entonces se lanza sobre su presa para devorarla.
Los lagartos babosa salen del agua pocas veces, pues son muy torpes en tierra firme. Cuando una hembra encuentra un macho este sale del agua y excava un pozo cerca de la orilla que luego inundará. Una vez preparado el nido, la hembra sale a poner allí los huevos, de aspecto gelatinoso. Por último el macho insemina los huevos y ambos se marchan dejando la puesta a su suerte.
Este animal no supone ningún peligro para las razas inteligentes de Pangea, sin embargo supone un problema para las poblaciones de peces de la zona donde habitan, por eso, los pescadores suelen acabar con ellos y buscar sus puestas para destruirlas.
Existe una variedad de lagarto babosa algo más pequeña, cuyo cuerpo es de una intensa coloración verdosa. Su principal característica es que su cuerpo segrega una sustancia urticante que provoca una fuerte reacción irritante cuando se toca. La carne de este tipo de lagarto es tóxica y comerla puede provocar, mareos, vomitos e incluso hemorragias internas que en muchos casos terminan en la muerte.
PD: 9
PD: 11
Reglas especiales:
Piel urticante: Si alguien toca con la piel desnuda alguna parte del cuerpo de este anfibio la zona se le enrojecerá y sufrirá fuertes picores. El grado de dificultad de cualquier acción que tenga que hacer con la parte del cuerpo afectada aumenta en uno.