Autor: Juan Carlos Herreros Lucas
Al entrar Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial se desató cierta paranoia en la costa oeste y este ante la posibilidad de la presencia de submarinos enemigos, japoneses y alemanes. Existe una genial película, 1941 (dirigida por Steven Spielberg y con Dan Aykroyd, John Belushi y Toshiro Mifune en el reparto), que en clave de comedia se burlaba de esa histeria de los primeros días de la guerra. Hubo avistamientos en la costa de submarinos enemigos y provocaron reacciones desmedidas en civiles y militares. Cuando los mandos militares japoneses tuvieron conocimiento de esto, se preguntaron que si un solo submarino era capaz de provocar eso en la población, ¿qué podría provocar un bombardeo aéreo? Creían que la población civil estadounidense podría oponerse a la guerra y obligar a su gobierno a retirarse de ella (no era una presunción alocada porque el presidente había ganado las elecciones prometiendo que no iría a la guerra). Ahora bien, el principal problema de esta táctica era cómo llevar aviones hasta la costa oeste de Estados Unidos. Los bombarderos estratégicos aún no se conocían y hacer que un portaaviones cruzara el pacífico era una misión suicida. Los japoneses decidieron hacer un portaaviones submarino y así nació el Sen Toku I-400. Sigue leyendo →