autor: Juan Carlos Herreros Lucas
Estamos a 10 de febrero de 1939. Un día lluvioso en la isla de Hainan. Bajo un ligero chamizo que deja pasar más agua de la que para, Shan Hui y Ow-Yang apuran como pueden un cigarro a medias cuando Hui dice:
– Parece que ya llega el convoy de suministros -y señala el horizonte.
– No puede ser, no llegan hasta el jueves… ¡Cielos! – añade tras coger los prismáticos del puesto de observación-. ¡Es la armada japonesa!
– Otra broma de las tuyas Shan -le responde Yuan Koo que acaba de llegar para darles el relevo junto a Shu Xing. Saben que Shan es amigo de las bromas, pero Yuan tenía una extraña sensación.
Hui corre en busca del teniente Zha, al que encuentra con la mujer pálida Helena y Ang.
– ¡Vienen los japoneses! ¡Vienen los japoneses! -grita sin ceñirse al estricto protocolo militar
– ¡Dios mío! ¡Los niños! -susurra la monja.
– ¿Qué hacemos teniente? Sigue leyendo →