Número: 238.     4ª época.     Año XXII     ISSN: 1989-6289

238 > Ambientación > Organización > Estudiosos del Éter (Eri). Por: Nacho Conesa

 

Los Estudiosos del Éter

Un poco de historia

La arcoingeniería, es una ciencia nueva, si se le puede llamar así. Como no podría ser de otra forma esta nueva forma de entender el mundo fue creada, o más bien descubierta, por pura casualidad. Para entender cómo esta extraña ciencia vio la luz debemos remontarnos a los años posteriores a la Guerra de los Portales. Es de todos conocido que, tras la expulsión de los magos, el vulgo se dirigió contra las criaturas mágicas o aquellas que tuvieran algún talento mágico. De todas las razas de Eriloe, los gnomos y las sombras eran las que más tardaron en renunciar a la magia. Las sombras simplemente se ocultaron, pero los gnomos no lo tenían tan fácil. Los gnomos fueron perseguidos primero, deportados en masa después y finalmente quemados en hogueras. Se retiraron de todos los reinos de Eriloe para finalmente asentarse en la isla de Vulcaria, llamada así por la intensa actividad volcánica. En algún momento durante esta limpieza étnica, los gnomos repudiaron la magia y desarrollaron el mismo sentimiento de rechado que el resto de pueblos de Eriloe. A fin de cuentas, habían sufrido tanto como el que más el yugo de los lanzadores de conjuros y, finalmente, también aniquilaron a los suyos. De cualquier manera, no tenían muy buena fama entre el resto de gente, y, aunque consentía que vivieran aislados en su isla, eran poco bienvenidos fuera de esta. Su nuevo hogar demostró ser un lugar especialmente duro de civilizar, así que volcaron su talento en la artesanía y la mecánica, avanzando tecnológicamente mientras el resto de las razas se dedicaban a reconstruir su mundo.

Y así, los siglos pasaron. La reputación de los gnomos fue mejorando y, poco a poco, comenzaron a verse miembros de esta raza fuera de su reino, ahora conocido como La Tierra de los Gnomos. Su fina artesanía y sus conocimientos de mecánica los hacían especialmente apreciados entre los círculos académicos.

Nace una nueva ciencia

Pero dejemos por un momento la historia de la raza gnómica, y veamos cómo nació la arcoingenieria. Fue hace muy poco, apenas 15 años. Tras la guerra del Emperador un grupo de estudiosos asentados en el Reino Elegido intentó encontrar explicación al portento de las ciudades volantes. Saquendo restos de una de las fortalezas flotantes del Emperador, descubrieron la existencia del tillium negro y cómo era empujado desde el suelo con más fuerza que el tillium convencional. Postularon que debía existir algo, una fuerza insustancial a la que llamaron éter que era la responsable de sustentar y dirigir las islas. Esta fuerza no parecía mesurable y por tanto la teoría no tuvo mucho predicamento. Después de un par de enfrentamientos verbales bastante intensos con la élite académica del Reino, decidieron buscar un lugar más proclive para continuar con sus estudios. Los gnomos del grupo ofrecieron a sus colegas trasladarse a la Tierra de los gnomos, donde sus filosofía de "vive y deja vivir" les daría la mano ancha que necesitaban para sus investigaciones. Nació así el Grupo de Estudios del Éter. Durante un par de años sus investigaciones no llegaron a ningún éxito concreto hasta que finalmente una pareja de un gnomo y una enana, especialmente talentosos, llamados Jayun y Mrryan Kalael, consiguió construir un aparato que era capaz de responder a las vibraciones del éter. Lo que el matrimonio Kalael no sabía es que habían construido, sin advertirlo, un pequeño dispositivo mágico capaz de detectar las alteraciones en los magiones. El diseño del aparato fue rápidamente puesto en circulación entre los estudiosos del éter y gracias a él nuevos diseños vieron la luz. Poco a poco, y con mucho esfuerzo los enfebrecidos científicos consiguieron construir una serie de extraños aparatos cada cual con capacidades aún más asombrosas. Los Estudiosos del Éter habían redescubierto la magia, aunque no sabían realmente que lo habían hecho. Nació así la figura del arcoingeniero. Este nuevo 'profesional' de la magia accedió a los poderes de los magiones a través de un cuerpo de estudio completamente equivocado pero que había demostrado su utilidad.

Arcoingeniería

Un arconigeniero no aprende conjuros, ni es capaz de ver los magiones sin ayuda tecnológica. Como en el fondo es su voluntad, y no sus aparatos, los que modifican el campo mágico, sus artefactos no pueden ser empleados por nadie que no haya recibido un complejo entrenamiento. Incluso el aprender usar aparatos diseñados por otro arcoingeniero les lleva un tiempo de estudio considerable. También dependen de la intensidad del campo mágico para realizar su magia, drenando la magia del entorno en el proceso. Todo esto lo hacen de forma insconsciente, si saber que, cuando fabrican uno de sus artilugios, realmente están investigando un conjuro.

Los Estudiosos del Éter se dividen actualmente en dos grupos con tareas muy concretas. Mientras que aproximadamente las dos terceras partes siguen residiendo en la Tierra de los Gnomos, realizando sus investigaciones, una tercera parte se ha lanzado al mundo a explorar las fluctuaciones del campo del éter y descubrir otras posibles aplicaciones de este extraño fenómeno. Entre todos esperan reunir suficientes evidencias que confirmen la naturaleza científica del éter y poder así compartirlo con el mundo. Hasta que lo consigan mantienen un perfil bajo, camuflando las extraordinarias capacidades de sus artilugios detrás de la fachada de complejos mecanismos de artesanía.

Sin embargo, es muy posible que sus investigaciones no salgan a la luz. De momento no se han encontrado con un auténtico lanzador de conjuros, ni con alguno de las pocas organizaciones que aún quedan cazando magos, pero llegará el día en que sus caminos se crucen y alguien descubra lo equivocados que están los estudiosos del éter. Cuando eso suceda, quizá les haga saber de su error de base. O quizá los manipule para sus propio beneficio o quizá, simplemente, los vea como una amenaza y los elimine de forma discreta pero eficaz.