Número: 203.     4ª época.     Año XXI     ISSN: 1989-6289

203 > Ambientación > Personajes > Lydia Litvyak (CdG). Por: Jacobo Peña Conversa

 

Lydia Litvyak

Piloto «as de combate»

Autor desconocido. «Lydia Litvyak». 1942-1943.

Autor desconocido. «Lydia Litvyak». 1942-1943.

Lidia Vladímirovna Litviak fue una aviadora de combate soviética nacida en Moscú el 18 de agosto de 1921, mostrando desde joven su interés por la aviación. Hay que tener en cuenta que los clubs de vuelo eran bastante populares entre los jóvenes soviéticos de cualquier género, con lo que Lidia comenzó a volar con solo 14 años y realizó su primer vuelo en solitario con 15. De hecho, llegó a ser instructora de vuelo y había entrenado a 45 pilotos para cuando los alemanes invadieron la Unión Soviética en Junio de 1941.

En ese momento, Lydia intentó alistarse en la aviación soviética pero fue rechazada por falta de experiencia. Tras intentarlo varias veces, acabaría falsificando su documentación para añadir 100 horas de vuelo y finalmente fue aceptada en el Regimiento 586.

El 586 procedía del famoso Grupo de Aviación 122, creado por la famosa piloto Marina Raskova, poseedora de récords de vuelo y superviviente en solitario durante diez días en la taiga siberiana tras un accidente de vuelo. Su fama le sirvió para convencer a Stalin de crear el 122 enteramente con mujeres, desde pilotos hasta navegantes y mandos. Este grupo se acabaría dividiendo en tres regimientos: el 586 de cazas, el 125 de cazas bombarderos y el más famoso de todos, el 46 de bombardeo nocturno.

Así, Lydia comenzó a entrenarse con los mandos del Yakovlev Yak-1, el rudimentario pero fiable caza monoplaza soviético. Su función era la de escolta de bombarderos y su funcionamiento óptimo era a los 4.000 metros de altura. En contraposición a las preferencias británicas y estadounidenses por el armamento pesado y el alto rendimiento, los soviéticos prefirieron confiar en la habilidad de sus pilotos y aviones más ágiles.

El primer vuelo de combate de la piloto Litvyak tuvo lugar durante el verano de 1942 sobre los cielos de Sarátov, unos 858 km al sureste de Moscú, pero no combatiría mucho tiempo en el 586. En septiembre, junto a Katya Budanova, Maria Kuznetsova y Raisa Beliaeva (que sería la comandante de la escuadra), la integraron en un regimiento masculino, el 437, destinado al duro frente de Stalingrado.

Allí Lydia destacó no solo por ser una buena piloto, sino por su carácter agresivo en la batalla, que hizo que un compañero de regimiento la definiera como «piloto de combate nata». Su avión era reconocible por el número 32 y por el lirio blanco que había pintado en el fuselaje. Así nacería su apodo de «Lirio Blanco de Stalingrado», también «Rosa blanca de Stalingrado» al confundir los testigos de sus acciones una flor con otra.

El 13 de septiembre, solo tres días después de llegar a Stalingrado y en su tercera misión, Lydia realizó sus dos primeros derribos en combate. Su escuadra atacó una formación de Junkers Ju 88, escoltados por Messerschmitt Bf 109 en el cielo de Stalingrado, derribando primero un Ju 88 y después un Bf 109, pilotado por un as de la aviación alemana, el Sargento Mayor Erwin Maier que se había situado a la cola de Beliaeva. Esta acción la convirtió en la primera mujer piloto del mundo en derribar un avión enemigo.

Una anécdota que suena algo exagerada describe cómo Maier, que saltó en paracaídas, al ser capturado no creía posible haber sido derribado por una mujer, hasta que la propia Litvyak le describió en detalle los movimientos del combate que solo los implicados podrían conocer bien. En cualquier caso, al día siguiente el Lirio Blanco derribó otro Bf 109, según algunos historiadores, en colaboración con Budanova. Ambas están reconocidas como pilotos ases de combate, con 11 (Budanova) y 12 (Litvyak) derribos, aunque hay historiadores que reducen estas cifras.

Debido a que los aviones del 437 eran cazas LaGG y esto provocaba dificultades logísticas para luchar junto a los Yak-1, Litvjiak, Budanova y Kuznetsova fueron transferidas a finales de 1942 al Noveno Regimiento de Guardias de Aviación de Combate, pero en enero del año siguiente fueron transferidas por motivos similares al 296 de cazas. Fue en esta unidad donde tanto Lytvyak como Budanova ganarían sus títulos de ases de combate y el 23 de febrero, Lydia fue condecorada con la Orden de la Estrella Roja y ascendida a subteniente. Las pilotos también recibieron el título de okhotnikia, o «cazador libre», con permiso para volar libremente en pareja con otro piloto experimentado en busca de aviones enemigos que atacar. Uno de sus compañeros en esta misión fue Alexei Frolovich Solomatin, un as con 39 derribos confirmados.

Lydia pasó a pilotar otro Yakovlev, esta vez con el número 44, con el que consiguió nuevas victorias, pero también siendo derribada y obligada a aterrizar de emergencia al menos dos veces, una de ellas con heridas serias en las piernas. Fue enviada a Moscú para ser tratada, pero a primeros de mayo se reincorporó a su unidad sin haber finalizado el tratamiento. Dos días después derribaba dos Bf 109 más.

A finales de mayo, Solomatin se estrellaba en el aeropuerto de Pavlonka, muriendo de inmediato, dejando a Lydia impactada. En una carta a su madre confesaba haberse dado cuenta tras la muerte de Alexei del amor que sentía por él. A partir de este momento, los testigos afirman que Lydia empezó a combatir con más desesperación contra los nazis.

El 1 de agosto de 1943, poco más de dos semanas antes de su cumpleaños, Lydia había salido ya en tres misiones de combate ese día. Se encontraba en un aeropuerto cerca de Krasnyj Lu?, Ucrania. Tenía la mano herida por una bala que había perforado su cabina en un combate anterior por lo que antes de despegar tuvo que dictar una carta para su madre, en la que expresaba su ansia por expulsar a los alemanes de su país, lo absorbida que estaba en el combate y su deseo de volver a una vida normal.

Según algunos historiadores salió a patrullar con su escuadra en busca de bombarderos enemigos y según otros iba en misión de escolta. En cualquier caso, a unos dieciséis kilómetros del frente se cruzaron con una formación de aviones bombarderos alemanes.

Según el piloto soviético Ivan Borisenko, que volaba con Litvyak, la piloto no vio llegar a la escolta de los bombarderos atacar desde más alto. Según el testigo, a Lydia le dio tiempo a volverse para enfrentar al enemigo pero desapareció tras una nube, con su aparato soltando humo y perseguida por un grupo de cazas alemanes. Borisenko intentó localizarla pero no logró ver ni el avión ni un paracaídas. Litvjak nunca regresó de esa misión. Tenía 21 años.

No se le pudo otorgar de inmediato la Estrella de Oro de Heroína de la Unión Soviética debido a la infame Orden 270 dictada por Josef Stalin al comienzo de la invasión alemana. En ella se llamaba a los soldados soviéticos a combatir hasta el final y se les prohibía rendirse al enemigo. Al no encontrarse el avión de Lydia ni el cuerpo de la piloto, se supuso que había sido capturada y por tanto no se le podía otorgar la máxima distinción del estado.

La mecánica y amiga de Lydia, Inna Pasportnikova, pasó muchos años buscando en la zona los restos de su camarada, en teoría lográndolo en 1979, cuando el cuerpo de una piloto fue encontrado enterrado en la zona. Según Pasportnikova, la comisión de especialistas que examinó el cadáver concluyó que eran los restos de Litvyak y que habría fallecido durante el combate aéreo por un disparo en la cabeza.

Aunque hubo quienes pusieron en duda que se hubiera encontrado realmente al Lirio Blanco, en 1990 el entonces presidente de la URSS, Mijaíl Gorvachov, condecoró a Lily Litvak con la Estrella de Oro de Heroína de la Unión Soviética.