Número: 182. 4ª época. Año XXI ISSN: 1989-6289
El ejército británico inició la Segunda Guerra Mundial con las lecciones aprendidas de la Primera aún grabadas a fuego en la estructura militar. Las armas primordiales del campo de batalla sería el fusil y la ametralladora y sus soldados se entrenaban en el uso de ellas. Aunque ya había personas que sabían la importancia de las armas blindadas y de la aviación, el grueso del ejército británico confiaba en la infantería clásica y en la Armada Real (aunque no hablaremos de ella en este artículo).
Durante el periodo de entre guerras, los británicos crearon una doctrina conocida como "La Regla de los Diez Años" que presuponía que no iba a haber ninguna nueva guerra grande en un periodo de diez años (no se equivocaron) y que los gastos de armamento se deberían reducir progresivamente en esos diez años hasta alcanzar un ejército más reducido y manejable presupuestariamente. Cierto es que los gastos militares de 1918 eran gigantescos, pero reducir un presupuesto en ministerios gubernamentales tienen efectos secundarios: las innovaciones desaparecen, la gestión se convierte en un "sálvese quien pueda" y la falta de un plan de desarme provoca desorganización en todos los niveles de mando. Estos recortes de presupuesto durarían hasta los años 30 cuando comprendió que eso de que no iba a haber una guerra próxima ya no estaba tan claro. En 1932 que el ejército no empieza a rearmarse y a solucionar errores y en 1934 se abandona la doctrina de los Diez Años. Se da prioridad a la Armada y a la aviación y a las divisiones de infantería se les otorga un papel defensivo en las colonias y el territorio metropolitano, lo que, en términos de presupuesto, significa que no son prioritarias.
No se pondrían las pilas hasta la crisis de Múnich, la reunión que cedió Checoslovaquia a la Alemania de Hitler. Fue entonces cuando el ejército recibe cierta prioridad de reequipamiento y se da la orden de formar nuevas divisiones. El objetivo era igualar al ejército francés de la época, pero era un objetivo inalcanzable en el breve periodo que les concedieron los alemanes. Cuando estalla la guerra, los británicos organizan rápidamente el BEF (Fuerza Expedicionaria Británica) y lo mandan a Francia donde participarían en algunas acciones de reconocimiento y escaramuzas, hasta mayo de 1940 donde la apisonadora de la Blitzkrieg demostraría que no estaban preparados (aunque la retirada de Dunquerque sigue siendo una meritoria maniobra).
En esta época, las unidades británicas participarían también en Noruega con un papel más meritorio que sus compañeros en Francia, pero de ellas hablaremos en otro artículo.
Una unidad británica de esta época estaba formada por 10 hombres: uno al mando (un cabo) armado con una Sten, seis fusileros y una dotación de tres personas sirviendo la ametralladora Bren. El mando del grupo de tres de la ametralladora también podía llevar una Sten, los otros dos fusiles. Todos llevaban granadas y, excepto el cabo, munición para la ametralladora.
(Ver nota final)
Nota final: Se indican los valores de la habilidad. Si alguna entrada incluye una fracción entre paréntesis tras el valor de la habilidad indica que no todos los soldados tendrán esa habilidad, sólo los indicados en el paréntesis. También pueden aparecer varios valores seguidos los últimos por una fracción entre paréntesis. Es decir 10; 25 (1/4) significa que uno de cada cuatro soldados tendrá 25 en esta habilidad y que 3 de cada 4 tendrán 10. Y también, 8; 15 (1/3); 20 (1/9) significa que de cada 9 soldados, uno tendrá 20, tres (9 x 1/3) tendrán 15 y cinco (el resto) tendrán 8. Si solo se indica un valor y una fracción, significa que el resto no tiene esa habilidad.
La sociedad británica estaba convencida de que la guerra se inclinaría rápidamente de su lado. Aunque la rápida caída de Polonia fue una sorpresa, esta solo alcanzó al alto mando; las tropas seguían creyendo en su superioridad militar. Esto cambiaría tras Noruega y mucho más tras la primera semana de Francia. La moral de los soldados británicos será de -5 (buena) desde el principio hasta principios de junio, de 0 (normal) durante las primeras semanas de la campaña de Francia y + 5 (mala) durante los últimos días del cerco de Dunkerque.
El entrenamiento militar era clásico y se hacía mucho hincapié en la disciplina y confianza en el mando. El mando de los soldados británicos será 10, el estándar.