Número: 172. 4ª época. Año XXI ISSN: 1989-6289
Desde el punto de vista de la ambientación de Eriloe, todas las criaturas inteligentes (casi todas) pertenecen a la misma especie, todas son, de alguna manera, humanoides. Esto incluye a orcos, enanos, elfos y similares. Hay algunas que no, pero, en general, sí se consideran así. Es por ello que pueden existir casos de descendencia cruzada (semielfos, semiorcos, etc.) y la razón por la que hablamos de racismo (y no especismo como haríamos en Exo, por ejemplo).
Una de las consecuencias de la fallida campaña unificadora del Emperador fue que las civilizaciones "avanzadas" comprendieron que en el norte de Eriloe existían civilizaciones complejas y tan avanzadas como las suyas. Hasta esa fecha, los del sur y, en especial, los isleños veían a esa gente como subproductos y errores de la naturaleza. Si hubieran tenido conocimientos biológicos, habrían pensado que eran líneas fracasadas de la evolución que, por fortuna, no se habían extinguido. Lo más habitual, no sin cierta superstición, era considerarlos deformaciones fruto de comportamientos deplorable (como aparearse siempre dentro de la misma familia como los animales, lo que provocaba ese retroceso hacia la animalidad).
Todo esto cambio con la guerra. Esas gentes aparentemente inferiores y desorganizadas estuvieron a punto de provocar la extinción o dominación de las civilizaciones "normales". Y aunque eso creo una conciencia más panhumanoide, no acabó con las viejas costumbres. Como regla general, todas las razas sufren racismo en cualquier lugar que no sea una nación de su propia raza. Serán tratados con menos cortesía, se les pondrán precios más caros o se les darán peores alojamientos en las posadas. No se les perseguirá con antorchas y horcas, pero se darán cuenta que no son bien recibidos. Este racismo es para todos: un elfo será más recibido en tierra de orcos y un orco en tierra de enanos y así.
Todas las habilidades sociales de un personaje víctima de racismo tendrán una penalización de un grado de dificultad. Le será más difícil obtener resultados sociales satisfactorios en territorios que no sean claramente de su raza. Hay, claro, algunas excepciones:
El racismo de Eriloe no debe tratarse como una mera modificación de las tiradas sociales. Es algo palpable que debe impregnar el día a día de los personajes. Por otro lado, no se debe confundir este racismo con machismo. En general, en Eriloe, ambos géneros son respetados de igual manera. Salvo en comunidades muy patriarcales o muy matriarcales, la discriminación por género no estará presente, pero de haberla, se aplicará esta regla de un grado de dificultad cuando un varón intente opinar en una asamblea de mujeres (o viceversa). Las penalizaciones por racismo y por género podrían ser acumulables.