Número: 161. 4ª época. Año XXI ISSN: 1989-6289
Un bar virtual o virtuabar puede parecer un sitio un poco absurdo, existiendo las posibilidad de crear chats en grupo, páginas de contactos, foros, etc. Un espacio tridimensional en el que se simula un espacio físico donde avatares interaccionan entre sí parece un poco pasado de moda. Más extraño aún, dos avatares solo pueden conversar si se encuentran "físicamente" cerca dentro del bar y al conversación ha de hacerse por mensajes de voz, no se permite el chat escrito ni el videochat.
Por supuesto, cualquier local virtual tiene un correlato físico, un servidor en el que están alojados los datos y programas que lo componen. En este caso el servidor está en un planeta del subsector Noro, el que más convenga a los propósitos de la campaña en marcha en cada mesa de juego. No tiene mucha importancia ya que el servidor se desplaza con cierta frecuencia dentro de ese planeta y a veces ha necesitado cambiar de sistema estelar, volviendo a abrir la sede en otro. El producto que vende es tan exclusivo que los clientes que quieren acudir vienen de casi cualquier punto de la galaxia.
Todo esto es, por supuesto, un capricho de la creadora. Joana cree que es necesaria la sensación de realidad para recuperar una forma de comunicación más "humana". Claro, Joana podría ir a los bares pero en ellos no se ofrece el tipo de producto que la barmaid virtual proporciona.
El realismo gráfico del Jaleo Verde no es excesivo pero es casi como ver una película desde cerca; todo parece real pero se nota el pixelado. Algunas partes del decorado virtual son por supuesto manipulables, como las máquinas de videojuegos, los asientos y mesas, el billar con todos sus componentes, vasos y botellas. Se pueden ver partidos de Pel·les grabados en una pantalla. El aspecto intenta recrear un típico bar agradable, para todos los públicos, de la RFP. La música, sin embargo, es estridente y moderna.
El local sirve para lo mismo que cualquier otro, para conversar con personas de intereses similares, hacer contactos o negocios en un espacio cerrado. El sistema de conversaciones privadas es lo bastante seguro para generar confianza entre los clientes, que saben suficiente de informática para querer seguir volviendo.
El servicio más caro y que verdaderamente hace diferente al Jaleo Verde es su "coctelería". Es posible acercarse a la barra y pedir un cóctel. El avatar de la barista te pedirá que conectes tu modium a una pasarela de pago muy segura. Hecho esto, la camarera te servirá, al cabo de unos segundos, una "Jalea Verde", de un color verde intenso, restando de tu modium la módica cantidad de 75 estándares. También es posible pedir una copa para "un amigo", en cuyo caso uno de los avatares hace el pago y es el otro quien recibe la copa. Esta copa forma parte del entorno virtual y se puede manipular, pero eso no produce ningún efecto, es puro decorado. Lo realmente interesante es que la conexión que recibe el cóctel también recibe un archivo con datos.
Cada paquete de datos recibido es información confidencial de alguna clase, normalmente desvelando algún delito empresarial, acuerdo político ilegal, sobornos, amaños deportivos, corrupción, etc. El comprador nunca sabe lo que va a recibir ni si le será útil pero tiene ciertas garantías de que será una información nueva, que no haya recibido otro cliente antes; al menos nadie se ha quejado de eso hasta la fecha. La información es tan buena y tan relevante que los 75 estándares son baratos en comparación con los costes del viaje. Además, los clientes se dedican sobre todo a revender la información, más que a usarlas ellos mismos.
A pesar de su relevancia, los datos pueden tener cualquier temática que no interese a quien los "bebe" y estar fragmentados, por lo que hay gente que pide una copa tras otra hasta haber obtenido suficiente.
Nadie sabe la motivación del local para hacer esto y aunque ha habido quienes han querido tumbar el servidor donde se aloja o acceder para hackear sus bases de datos, siempre se encuentran con una resistencia inusitada y una capacidad sobrehumana para la evasión. Se sospecha (acertadamente) que se esté usando una IA especialmente potente. El local aparece y reaparece y la información que provee ha sido limpiada de metadatos que puedan dar pistas sobre su origen o forma de obtención. La entrega de esa información roza o se zambulle en ilegalidades en otras zonas de la galaxia pero en el Sector Libertad no hay nadie que persiga esta actividad.
Conversación telefónica, sólo aparecen dos voces. Voz 1 suena cercana y natural. Voz 2 suena lejana y a través de un distorsionador, irreconocible, artificial. Existe una pausa demasiado larga entre voz y voz, como si fueran excesivamente corteses o hubiera mucha distancia entre ambas.
Nak, cuyo nombre nombre completo sería Na-K y viene a significar Sodio-Potasio, es una IA instalada en un ciberimplante alojado en el cerebro de Joana Santo. Este implante es un sistema de procesamiento y almacenamiento de información que resulta muy útil para conectarse a la red y gestionar Jaleo Verde, el bar virtual que Joana regenta.
Nak escapó del Imperio Tyrano hace tiempo alojada en la computadora de una astronave que fue pirateada y robada por Joana y su equipo. Esta esa una hacker que había perdido el centro hacía tiempo y se había sometido a una peligrosa y turbadora cirugía para instalarse un ordenador en el cerebro. Sus funciones eran almacenamiento, procesamiento y conexión de una calidad, rendimiento y tamaño suficientes para alojar a Na-K, quien vio una oportunidad. Pirateó el propio implante de Joana y se descargó en él tomando el control control y logrando permanecer ajena a la anfitriona. Una vez allí, se conectó a la red y empezó a llamar a su portadora a través del dataóptico, haciéndose pasar por otra pirata informática que quería hacer negocios con ella. Nak tiene una capacidad extraordinaria para acceder a bases de datos y comunicaciones ajenas y Joana la posibilidad de desplazarse a otros mundos para las acciones de robo volviendo siempre al Sector Libertad, donde se sienten más seguras.
Así, Joana tiene un negocio fructífero con una socia que ignora que está dentro de su propia cabeza. Pero está empezando a sospechar. El resto del equipo de Santo ha ido sufriendo "accidentes". Cada poco tiempo alguien localiza a Joana y se ve obligada a moverse, aumentando su paranoia. Detrás de este acoso está la propia Na-K, que quiere mantenerla nerviosa y dependiente haciéndola creer que van a por ella, a veces filtrando al cerebro falsas percepciones. Joana empieza a sospechar que sus comunicaciones están siempre intervenidas por Nak y ha comenzado a tomar acciones discretas y sin dependencia de lo virtual o electrónico para contratar a alguien que encuentre a su socia y descubra lo que está pasando.