Número: 191.     4ª época.     Año XXI     ISSN: 1989-6289

191 > Aventuras > 501 > 5x07 Salto de fe, 2ª parte (Exo). Por: Juan Carlos Herreros Lucas

 

Salto de fe, 2ª parte

Al salir del subespacio la criatura que les había guiado hasta allí seguía delante de ellos, pero se escoraba a la derecha a gran velocidad. No tanto como aquellas criaturas podían hacerlo, pero sí lo suficiente para que la nave de la clase Victoria y su tripulación sufrieran un buen meneo en la reentrada. El motivo de la maniobra quedó claro cuando vieron el campo de asteroides al que se dirigían. No iban a entrar en él, solo a colocarse detrás. El celatán perdió velocidad hasta casi detenerse en los restos de hielo y piedra. Para ellos, perder esa velocidad implicó una inversión y una aceleración cercana a las 12 g. Al acabar, a todos les zumbaban aún los oídos.

La criatura se giró hacia el interior del sistema y volvió a moverse de forma errática, subiendo y bajando por encima de la eclíptica de los asteroides.

—Ponte detrás de ella e imita sus movimientos —ordenó Juana que seguía en el puente con Arles. Tor también había aparecido aunque blanco por el esfuerzo extra que le suponía el subespacio a su especie.

Tras varios vaivenes, los sensores pasivos obtuvieron una imagen de lo que estaba ocurriendo. En el interior del sistema había una instalación aioll. Un celatán adulto, lo que quedaba de él, parecía abierto en canal y formaba una estructura en el espacio que se asemejaba a un costillar de un vertebrado. ¿Tenían aquellos animales esa estructura en su interior o los aioll habían provocado esa transformación? ¿Era un simple receptáculo aprovechando el cuerpo muerto o aquella cosa aún estaba viva? En el interior de las costillas, si era eso, tres pequeñas criaturas se movían de un lado a otro mientras una serie de naves o sensores las seguían a todas partes. Desde la distancia parecían pequeños renacuajos, pero cada uno de ellos tenía era más grande que la nave Victoria, incluso que una fragata.

—Detente oculto entre los asteroides —y la gigante compañera hizo lo mismo.

Juana miró a la criatura a través de las pantallas sin dejar de maravillarse por la inteligencia de aquellos inteligentes animales. ¿Era correcto considerarlos así?

—Creo que hemos hecho una nueva amiga —dijo antes de ordenar atacar.