Número: 158. 4ª época. Año XXI ISSN: 1989-6289
Los sistemas de contenedores modulares han sido empleados intermitentemente durante siglos. En realidad se trata más una cuestión de modas o corrientes que de otra cosa. La tendencia entre los diseñadores de naves oscila entre crear naves especializadas y naves capaces de configurarse para distintos cometidos especializados. Igualmente, depende a quien le preguntes te contestará que una solución es mejor que la otra. En realidad, como hemos dicho, es cuestión de gustos o del objetivo final que se busca alcanzar con el diseño. Una nave especializada es siempre mejor en lo que hace que una configurable. Como regla general, los estibadores y operarios de espaciopuerto te dirán que las naves especializadas son mejores, ya que este sistema sirve en parte para eliminar la necesidad de personal. Sin embargo, un capitán de una nave comercial corporativa que se vea apurado por los plazos de entrega de su mercancía te hablará maravillas de la velocidad a la que se puede trabajar gracias a los sistemas de carga modulares.
Lo de "carga modular" viene de que el método más usado en este tipo de naves es montarla a base de "módulos" intercambiables por otros en función de las necesidades. Los módulos suelen presentarse como series de contenedores autónomos que pueden acoplarse a casi cualquier nave, siguiendo un patrón que se ha generalizado y estandarizado con el paso de los siglos. Los contenedores pueden desplegarse y recogerse por la propia nave, sin necesidad de mayor participación de la tripulación que la de dar la orden a la computadora de a bordo. Los contenedores se presentan en multitud de tamaños y formas, aunque todos comparten ciertos rasgos comunes que les permiten ensamblarse con los demás. Por lo general, cada contenedor tiene un tamaño interior útil de 6 m. de largo por 4 m. de ancho por 2,75 m. de alto, medidas que coinciden con las unidades estándar de carga espacial.
Como regla general, los detractores de los contenedores modulares dirán que los servomecanismos necesarios para operarlos ocupan demasiado espacio y consumen demasiada energía. Por el contrario, sus partidarios alegan que la velocidad y la carencia de necesidad de mano de obra en las operaciones de estiba compensan sobradamente la pérdida de espacio de carga.
Los contenedores de carga modulares se comportan como cualquier otro tipo de espacio CG, e incluso puede tratarse de un CG especializado como un CG(Cc), CG(Ct), CG(Ce), etc. En realidad, La única diferencia con los CG ordinarios es que, debido a los servomecanismos internos necesarios para transportar, colocar y ensamblar los contenedores a bordo, se debe usar 1 espacio de la nave por cada 3CG destinados a contenedores modulares o fracción que existan a dichos servomecanismos. Estos espacios se consideran perdidos en favor de los requerimientos del sistema, pero contarán a todos los efectos dentro de los espacios totales de la nave, excepto para el cálculo de la tabla de críticos de la nave, en donde no se tendrán en cuenta.
Ej. Una nave que cuente con 14CG modulares debe restar 4 espacios adicionales que contienen los servomecanismos necesarios para instalarlos y desinstalarlos. Si tuviera 15CG modulares precisaría 5 espacios adicionales.
Si en algún momento la nave no transportara contenedores modulares, los espacios CG que queden vacíos siempre se consideran sin soporte vital a efectos de reglas (incluso aunque en la nave existan espacios SV destinados a dar soporte vital a dichos CG modulares, se trata de un problema de ensamblaje).
Los contenedores modulares pueden ser desplegados y recogidos de la superficie de un planeta (o de un hangar) a una velocidad máxima de 3CG por asalto.
Ej. Una lanzadera en el interior de una nave mercante debe recoger un total de 9CG modulares, en lo cual invertirá un total de 3 asaltos.
Los contenedores modulares se señalan en la hoja de control de naves con un asterisco*: CG*, CG(Ct)*, etc.