Llego hasta aquí
¡Menuda noche!
El grupo de protagonistas ha vivido la mejor noche de sus vidas; drogas de diseño, alcohol del bueno, una de las mejores discotecas de la ciudad como su centro de ocio nocturno…
Sí, en definitiva, una noche legendaria.
Su despertar es en una habitación lujosa de hotel con las luces del mediodía (más o menos), va acompañado de una resaca que será más llevadera con algo para el dolor de cabeza, un desorden propio de una buena jarana, algún vómito, licores derramados, un recuerdo vago o nulo de su llegada al lugar (y de lo que pasó después) y el cadáver de alguien brutalmente asesinado.
Escena opcional: después de un breve periodo en el que los personajes se han levantado y han podido echar un vistazo, hablar e incluso comenzar sus pesquisas, alguien pica a la puerta y se oye la voz dulce de una chica que dice “Servicio de habitaciones”.