Llego hasta aquí
Mercedes AVTR
Nota para expertos en automóviles: partimos de un vehículo real y le hemos metido algunas cosas que no tiene para hacerlo aportarle cierto interés. No es un artículo serio sobre el coche, ni pretende serlo. Sólo tratamos de generar algo de inspiración para una partida de Rol Negro. Gracias.
Un concept car es un prototipo de vehículo que los fabricantes diseñan y fabrican para mostrar las tendencias tecnológicas y el posible futuro de los diseños de vehículos. No se producen en serie, sólo se construyen unos pocos para presentar en ferias. Son, en resumen, vehículos que representan un ejercicio de diseño e ingeniería.
En ese sentido, el Mercedes AVTR (siglas de Advanced Vehicle Transformation) representa una versión extrema de ese concepto. Es un coche eléctrico, con cuatro motores de 350Kw que le otorgan una autonomía de unos 700 kilómetros. Una vez agotada la batería, se puede recargar en unos 15 minutos. Su potencia es de unos 470 CV.
Otra curiosidad: no tiene volante, sino que se conduce desde un sensor que está situado en el lugar donde normalmente va la palanca de cambios. Eso permite que se conduzca por el lado derecho o izquierdo.
El vehículo parece una burbuja y lo componen cristales polarizables que permiten una visión de 360º, dando una sensación de amplitud sin igual. Los que lo han probado, dicen que es como volar por la carretera con un coche invisible.
Además, el cristal delantero proyecta una pantalla digital desde la que controlar las condiciones del vehículo, información sobre la carretera y, una vez conectado a los datos biométricos del conductor, su estado de salud.
El coche puede moverse como un cangrejo y desplazarse lateralmente no sólo hacia delante y hacia atrás.
El vehículo ha sido la sensación en la última Feria del Vehículo de Cunia. Tanto fue así, que durante tres días, por el módico precio de 1.200 euros podías ir de copiloto y darte un bonito paseo por la zona del puerto.
Cosas turbias
Se rumorea en Cunia que el coche y los paseos por el puerto se han utilizado para intercambiar dinero entre las diferentes mafias y organizaciones de la ciudad. El interesado (deudor) pagaba su paseo y el de su acompañante (siguiente en coger el vehículo) y aprovechaba el viaje para «olvidar» dinero (u otras cosas) para pagar una deuda. El conductor hacía de garante de la transacción.
Las imágenes utilizadas en este artículo forman parte de las imágenes promocionales de Mercedes Benz y suyos son los derechos.