Llego hasta aquí
Archivos de Clara #06 - Eludir el destino
Doña Ana María de los Llanos es una mujer mayor, metódica, observadora y con las facultades mentales plenamente operativas. Su poca envergadura contiene una luchadora incansable. Desde su infancia tuvo que luchar por sus convicciones y deseos. Nunca ha flaqueado en la búsqueda de sus metas. Y menos ahora, en su tramo final de la vida.
Por ello no tendría que extrañar a nadie que en sus paseos casi diarios por el cementerio para visitar las tumbas de su familia, marido, hija y padres, se percate de todo el movimiento que acontece a su alrededor. Pocos que acostumbran a transitar, aún le resaltan más esos detalles que la "sacan del cuadro".
Lleva un tiempo observando con cierta frecuencia a personas que no da la sensación que estén de visita a sus antepasados. A veces es una figura, otras dos o tres. En algún momento se pueden cruzar dos grupos y parece que por un instante hablan entre ellos.
Como no les ve que estén por ver tumba alguna, cree que el que se encuentren en el cementerio tiene que ver con cualquier motivo menos con el que sería lógico allí. Y si le suma que no le acaban de gustar sus pintas…
Eso sí, tiene claro que no puede ser ella la que les siga y observe para ver que pueden tramar. Sería bastante obvio y no está como para fatigarse siguiéndoles a su ritmo. Así que, a estas alturas de la vida el dinero es lo menos importante y quedó ampliamente protegida, decide contratar los servicios de la agencia para que la saquen de dudas y, si resulta que es algo ilegal, puedan proceder a atajar el delito.
En principio no ha trascendido ninguna noticia de profanaciones de sepulturas. Ello no significa que pudiesen haber sucedido y se tapara su fechoría por motivos oscuros. Si así fuera, bien podrían querer los cuerpos o quizás desvalijarlos de sus alhajas los que fueran enterrados con ellas. Esto podría incriminar, además, a algún trabajador del camposanto.
O quizás sean delincuentes que lo único que utiliza el cementerio es como lugar tranquilo donde transmitirse mensajes, ya fueren de viva voz o tal vez en papel.
Más allá de esto último se duda que sea algo más gordo. Gente que utiliza este lugar de Cunia para gestionar "sus cosas" más allá de la ciudad doliente y que ha encontrado en este enclave mediterráneo un sitio perfecto para moverse fuera del radar.
Con la información que Doña Ana María les brinda, exhaustiva cabe remarcar, establecen que tramos de que días de la semana la probabilidad de encontrarse con este personal es más factible. Y adaptando las visitas a la tumba de Pedro a este nuevo horario se van personando en el cementerio para intentar descubrir que es lo que sucede.