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jueves, 21 de noviembre de 2024


 

Los 20 del Andaluz

Artículo aparecido el 22 de marzo de 1995 en Cunia Negra, semanario a imagen y semejanza de El Caso

A última hora del día de 19, efectivos de la Comisaría General del Crimen Violento localizaron en un zulo excavado en la roca, en las afueras de Cunia más allá del enlace con la A3, una diversidad de cadáveres, todos de varón. Las primeras investigaciones dan a suponer que se han localizado, al menos, una parte de los sindicalistas desaparecidos a finales de 1990, conocidos como los 20 del Andaluz.

Según fuentes de la investigación a este rotativo, se calcula que se han encontrado 13 cuerpos, horriblemente mutilados. Tal es su estado que está costando saber a ciencia cierta el número real de estos. También se constata que antes de morir sufrieron salvajes torturas, inauditas en estados civilizados. Y que algunos agentes, dado el macabro cuadro, han pedido ser relevados de la investigación.

Como recordaran nuestros habituales lectores durante la reconversión industrial de finales de los 80, que afectaba entre otros a Hornos de Cunia (HdC), el recién democratizado movimiento sindical opuso una feroz batalla al cierre masivo de las industrias afectadas. Autenticas batallas campales asolaron este país a lo largo y ancho. Allí donde se preveía cerrar una industria, el tejido sindical y social prendía fuego del conflicto laboral y se tenia de sangre su tierra. Miles de hombres y mujeres sufrieron las cargas policiales en sus carnes y detenciones masivas. Asimismo no se escaparon los cuerpos policiales represores de tener cientos de heridos en sus filas.

En lo que afecta a Cunia mayoritariamente fue el Sindicato Comunista Cuniense el que llevó la voz cantante en el tema manifestaciones, huelgas salvajes, cortes de carretera y algún que otro atentado a propiedad publica que afectaba al normal desarrollo de la vida diaria en la ciudad. El Comité Federal del sindicato estaba compuesto por 20 miembros, todos ellos residentes en el nuevo Barrio Andaluz.

Este grupo fue realmente muy activo, inflamando al resto de trabajadores, fueran de HdC o no. Tejieron una basta red de subgrupos que se movían por toda Cunia, actuando o bien como grupúsculo mínimo y realizando pequeños actos de sabotaje, o bien reuniéndolos a casi todos y montar una manifestación improvisada en cualquier lugar, por improbable que pudiera parecer. No había manera de poder sofocar este movimiento casi aleatorio.

A la gente del comité se la empezó a conocer como "los 20 del Andaluz". Estaban tanto tiempo en comisaría como fuera organizando cualquier acto de protesta. Hubo gente de su entorno que posteriormente comentaron que se creían realmente que tenían el asa de la paella en sus manos y que podrían evitar el cierre de HdC.

Pero un fatídico día del frío enero de 1989 desaparecieron, sin dejar rastro alguno. Se supone que estaban reunidos esa noche en el almacén que hacia de sede sindical y ya nada más se supo. Nadie de todos ellos volvió a su casa, ni al trabajo. Se habían evaporado y en el almacén solo se encontró algún pequeño rastro de sangre y algunos elementos revueltos, como si hubiese habido un conato de violencia. La gente, ante la falta de pruebas que encontró la Policía Federal, no tardó en darles la culpa de lo que había pasado o, al menos, de saberlo y estar tapándolo.

Lo que si pasó es que, sin los 20 sindicalistas, el movimiento obrero se desinfló en cuestión de pocas semanas y las acciones contra el cierre murieron irremediablemente. Así como murió Hornos de Cunia. Se comentó en voz muy baja que algunos sindicalistas recibieron visitas a intempestivas horas para saber del destino de sus compañeros y del destino que les podría aguardar si no aflojaban. Fuera verdad o no, el movimiento sindical de Cunia ha quedado tocado desde esa fecha y le costará repuntar de nuevo.

¿Qué les pudo pasar? Se espera que esta pregunta pueda responderse, aunque sea parcialmente, con la investigación recién abierta de los restos encontrados. Alguna voz que no quiere darse notoriedad comenta que por el nivel de brutalidad sufrido casi se podría decir que algún grupo mafioso de los que opera en nuestra ciudad es el responsable.

Jorge Cienfuegos Ortiz

 

 

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«La guerra está perdida.»

Speer