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Esval, S.A.
La farmacéutica Esval, S.A. es una empresa ubicada en el polígono norte de la ciudad famosa por fabricar medicinas genéricas a precios bastante asequibles. Es posible que su antigripal sea uno de los más recetados de la ciudad de Cunia, aunque si le preguntas a los pacientes, no es uno de los más efectivos.
Esvalsa se asentó en Cunia a principio del siglo XXI, trasladada desde la provincia de Barcelona por su dueño y fundador Josep Esval. Los motivos del cambio fueron sencillos: unas mejores condiciones fiscales y la posibilidad de contratar mano de obra más barata. El traslado tuvo sus consecuencias, sin embargo, y la farmacéutica recibió muchas presiones sindicales por los trabajadores que había abandonado en su anterior ubicación. Llegó a haber campañas de veto a sus productos. Toda aquella mala publicidad acabó perjudicando a la empresa y haciendo que sus resultados económicos fueran un desastre.
En el año 2010, un inversor extranjero se interesó por la empresa, la adquirió y la convirtió en una sociedad anónima en la que la mayoría de las acciones estaban en sus manos o en manos de gente muy próxima a él. La familia Esval se quedó con un montón de acciones, pero las acabaron vendiendo para mantener su cuenta de gastos. Muchas de estas acciones acabaron en manos del socio mayoritario mediante testaferros y empresas fantasmas.
A partir de su salida a bolsa, la empresa empieza a aumentar su facturación y su cuenta de resultados se incrementa en más de un 100% en los cada uno de los años siguientes. Esvalsa aparece en los periódicos como un ejemplo de la iniciativa empresarial en tiempos de crisis. El éxito se debió a varios factores: una inversión decidida en I+D que les permitió adelantarse a algunos de sus competidores, unas campañas sociales que lavaron el nombre de la compañía, una internacionalización del mercado y una completa modernización de la gestión y venta. Fue una de las primeras farmacéuticas en ofrecer su catálogo de medicinas por internet y en gestionar las ventas con las recetas de la Seguridad Social.
El futuro de Esval, S.A. parece bastante prometedor, aunque está alcanzando un tamaño y una repercusión que le hará enfrentarse a las grandes compañías del sector: Pfizer, Roche, Bayer, etc.
Lo que la verdad esconde
El socio mayoritario de Esval, S.A. es un hombre del clan Stenka, un conocido grupo mafioso ruso que entró a operar en Cunia a finales de la primera década del siglo XXI. La compañía se ha beneficiado de los contactos y de las informaciones de este clan, pero, además, ha dedicado parte de la producción a la creación de sustancias ilegales.
Una de sus actividades es la copia de medicamentos de otras compañías (en especial si son caros) y su venta por internet a través de terceros como "medicamentos low cost". Ni la fórmula es la original exactamente ni los efectos son los mismos. El mercado de gente desesperada que no puede pagar miles de euros por una vacuna milagrosa es muy grande, pero mucho más grande es el de gente que cree que su libido puede aumentar con milagrosas pastillas azules. En ambos campos, Esvalsa saca beneficios.
Su segunda actividad ilegal consiste en la fabricación de drogas sintéticas. Actúan de forma muy sutil, las reparten entre las bandas para que hagan las pruebas de campo, pero luego las reparten fuera de la ciudad. Es decir, salvo las muestras, las drogas de diseño nunca llegan a las calles de Cunia y la policía federal nunca tendrá motivos para buscar el origen de la mercancía. No pueden decir lo mismo Madrid, París, Londres y otras capitales europeas donde el clan Stenka reparte la droga a través de terceros con los que es difícil relacionarlos.