Llego hasta aquí
1x10 - 45º
La noche se pega en el cuerpo, no se ve el final a la ola de calor histórica que recorre la península, y el Mediterráneo en particular. El poniente recalentado hace que los termómetros no bajen más allá de los 28º, y ya son las 11 de la noche… Parece como si agosto hubiera abierto una franquicia en pleno mayo. Cuesta moverse, cuesta pensar, cuesta todo. Mal momento para ir a ver a un cliente.
Roberto Pardo, unos de los jugadores punteros del Cunia F.C. ha quedado con Clara para ver si puede contratar sus servicios. Como no quiere que nadie pueda pensar que los necesita ha quedado en un pub de moda, en el puerto, a unas horas bastante nocturnas. Como si se conocieran en el lugar y hablaran de cosas insustanciales.
Después de un rato largo de paripé hacia el entorno, rato que Clara quisiera estar en su hogar, relajada y fresca, Roberto va al grano. Hace bastantes meses que alguien le está haciendo chantaje. Tiene en un poder una colección de fotos que si se hicieran públicas sería el fin de su matrimonio sin dudar y su imagen quedaría gravemente dañada. El monto pagado hasta el momento es considerable.
Lo que preocupa a Roberto es que las exigencias para lo que sería el próximo pago han cambiado radicalmente. Ya no se trata de pagar… ahora quiere (o quieren) que, gracias a un partido desastroso suyo, el Cunia F.C. pierda el último partido de esta liga, que lo jugaran, con toda probabilidad, con un equipo de los que están luchando para el ascenso. La pérdida de este partido apartará, sin duda, al Cunia de poder luchar por el playoff de ascenso. Todo un varapalo para el club y la ciudad que este año habían depositado muchas esperanzas en el campeonato que están disputando. Y tiene la sensación de que se acerca un final no deseado a este chantaje, un final doloroso por su actuación en el partido, no cree que la afición le perdone, y por la revelación de las fotos.
Roberto quiere en primera instancia, casi única, que se consiga recuperar las fotos, cualquier copia en cualquier medio. Que no quede rastro alguno de ellas. Recuperar el dinero es casi un añadido. Preguntado por los actos fotografiados, da largas. Su cara adquiere aun más un rictus muy marcado. Se le ve que ya da por supuesto que el recuperarlas implica que Clara y gente de su agencia deban verlas para asegurarse que son lo que buscan.
Trabajar con este calor no beneficia precisamente a la investigación. Parece como si el ambiente se pegara al cuerpo, a la mente, y no dejara que fluyera con su habitual ritmo. Después de investigar a su entorno, familiar y equipo, amigos… por fin una pista. Andrés Maté ha conseguido seguir un rastro de un pago a una cuenta. Los datos de esta les señala al representante del jugador y a un agente en Cunia de una casa de apuestas inglesa. Estirando del hilo encuentran que el verdadero cerebro del chantaje es una persona que ya habían investigado, la mujer de Roberto.
Alessandria descubrió el turbio vicio de su marido. Repugnada quiso vengarse de él. No le bastaba con pedir el divorcio. Junto con el representante de su marido, gran amigo, decidieron conseguir fotos y hacerle chantaje para casi arruinarlo antes de pedirle el divorcio, destapando su perversión. El representante ve también que es posible sacar aun mas tajada involucrando a un amigo suyo agente en una casa de apuestas. Pueden multiplicar sus 'beneficios' si apuestan sobre seguro en un partido importante para Roberto y le obligan a quedar muy mal. Luego, simplemente, darían publicidad a las fotos y con toda seguridad habrían destruido a su marido.