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Boteciudad
En muchas ciudades turísticas del mundo estamos acostumbrados a ver autobuses de dos pisos con una decoración chillona que te prometen enseñarte toda la ciudad por unos pocos euros. Si la ciudad tiene río famoso, también es posible ver un servicio similar con barcos. Sin embargo, en unas pocas, es posible ver un servicio mixto con vehículos anfibios que hacen parte de su recorrido por el agua y parte de él por las calles de la ciudad. Este es el negocio de "Boteciudad" que lleva unos años funcionando en la ciudad de Cunia.
La principal flota de Boteciudad son unos DUCK reformados de la Segunda Guerra Mundial. Son unos botes muy característicos que tienen la parte inferior en forma de barco y la parte superior como un miniautobús. La leyenda dice que estos botes fueron comprados tras la guerra por el famoso Diego Torros (uno de los más esquivos jefes del mercado negro de la posguerra) y utilizados para traer contrabando a la ciudad durante la década de los años cincuenta. Más tarde serían requisados por la policía y permanecerían en los almacenes policiales hasta que salieron a subasta a finales de los ochenta. Su comprador se desconoce, pero acabaron en manos de Boteciudad que los reformó para el servicio turístico de la ciudad. La historia, probablemente, no es cierta, pero es un atractivo adicional para usar el servicio de los DUCK de Boteciudad. ¿Quién sabe qué extrañas mercancías de contrabando viajaron en él?
Un viaje en un DUCK cuesta 6 euros y dura unas tres horas (depende del tráfico). La parada de salida y llegada está cerca de la catedral y salen cada media hora recorriendo el barrio gótico, el río, las playas (sin dejar de echar un vistazo a Isla Diablo) y la zona del puerto antiguo (donde el DUCK vuelve a tierra y termina el recorrido circulando por el barrio chino hasta la catedral de nuevo). Muchas guías recomiendan el viaje, además de por la experiencia, porque enseña gran parte de la ciudad a un precio asequible.
Además de este servicio, Boteciudad dispone de dos lanchas rápidas de alquiler (con conductor) que algunos alquilan para recorrer la costa en busca de calas solitarias donde bañarse. Cuestan 250 euros diarios.
El último servicio de Boteciudad es el famoso restaurante flotante Neptuno. Se trata de un yate de lujo que ha sido transformado en restaurante y que se alquila para hacer fiestas y cenas de empresa. Los invitados abordan el barco en el río y luego este se hace a la mar, concretamente a más de 12 millas aguas adentro. Es bastante caro y el precio varía en función del servicio (desde 5.000 euros a 100.000 euros la noche), pero su cocina (y sus alocadas fiestas) se han hecho famosas en toda la ciudad. Una de las máximas del Neptuno es que cualquier asistente puede ver cumplidos sus deseos, sólo tiene que solicitar el servicio y como están en aguas internacionales muchas cosas no son ilegales. No es extraño ver algunas lanchas o DUCK llevando suministros inesperados al Neptuno durante las horas nocturnas.
Lo que la verdad esconde
Boteciudad es un negocio de Aldo Rico que, a su vez, es uno de los miembros de la mafia de Rafael González, que es como decir que el negocio es de este último. Utilizan los botes para repartir mercancía por toda la ciudad. En ocasiones salen DUCK en horas diferentes a las oficiales cargados de figurantes (que se hacen pasar por turistas) y van repartiendo cajas y bolsas en diferentes puntos de la ruta. Incluso se atreven a hacer algún que otro reparto en las rutas oficiales (con turistas de verdad).
También utilizan las lanchas para acercarse a barcos en alta mar y cargar o descargar diversa mercancía, luego, simplemente, vuelven a Cunia haciéndose pasar por gente que ha alquilado el transporte para dar una vuelta por la costa.
Finalmente, muchas de las fiestas del Neptuno son falsas y son una excusa para llenarlo de grandes cantidades de mercancía. Es fácil saber cuando la fiesta es falsa porque al día siguiente suele atracar un barco procedente Singapur en el puerto. Sin embargo, con la excusa de los pedidos especiales de los clientes, el Neptuno ha transportado mercancía ilegal en fiestas de alto copete, incluso con la presencia del alcalde.
En resumen, Boteciudad es el sistema logístico marítimo de la mafia de Rafael González. La policía sospecha algo, pero dada su popularidad entre la alta clase política, saben que tienen que estar muy seguros antes de meterle mano.