La Antigua Estación Oliver

En el Barrio Oliver se puede encontrar un vestigio de su pasado reciente como localidad independiente de Cunia, el apeadero Oliver, situado entre las calles Cortijo del jardín y Arrastradero, muy cerca de la autopita A7 que circunvala la ciudad de Cunia.

En los años 50 se construyó este apeadero en Oliver, era la última parada del tren procedente de Castilla antes que la estación central de Cunia. El motivo de construcción de este apeadero no era dar servicio a la pequeña población en la que se enclavaba, sino ser utilizado para realizar reparaciones en los trenes y servir de estacionamiento de los mismos, de esta forma no sorprende que este apeadero contara con dos vías principales de tránsito y una tercera vía de servicio.

El apeadero completaba sus instalaciones con la estación ferroviaria propiamente dicha, en la que se realizaba el control de acceso de pasajeros y donde residía la familia del guardaagujas, también había un hangar para trenes que servía de taller.

Cuando Oliver pasó a ser un barrio de Cunia en los setenta la estación continuó dando servicio y vivió un periodo de auge, ya que comenzó a ser empleada por los ciudadanos tanto para acercarse al centro de Cunia como para viajar a Castilla. Años más tarde se cambió el trayecto de las vías del tren que comunicaba Cunia con Madrid, y el apeadero cambió de uso pasando a ser únicamente taller y almacén de trenes desechados, desde entonces sufrió un abandono progresivo que concluyó con su cierre a mediados de los noventa. Durante la última década el apeadero Oliver ha servido de refugio para indigentes, camellos y pandillas de camorristas, que han contribuído a su total degradación.

Hace un año un pequeño grupo de vagabundos se ha instalado en el apeadero y curiosamente han conseguido expulsar a cualquier camello o maleante que se ha atrevido a intentar establecerse en las instalaciones. En cualquier momento, tanto de día como de noche, hay al menos dos vagabundos cuidando de su refugio. Este grupo de vagabundos que ocupa el apeadero es en realidad la banda de Ricard Garrofé, un reconocido cirujano plástico de Cunia que sufrió en sus carnes la furia de los Yakuza; esta banda no hace ningún daño a la comunidad en la que vive, no efectúa robos ni asaltos a los ciudadanos de a pie, y procura mantenerse alejada de cualquier otro tipo de banda o mafia, su único objetivo con los yakuza.

La banda de Garrofé tiene su cuartel general instalado en la antigua vivienda del ferroviario, que ocupa la primera planta del pequeño edificio que fue la estación. Entre las comodidades con las que cuentan se incluye el agua corriente, gracias a una conexión fabricada con mangueras y tubos desde una tapa de registro que está dentro de la estación, y electricidad, ya que tienen pinchado un poste cercano.

En el antiguo comedor y la sala de estar de la vivienda se pueden encontrar varios colchones, sacos de dormir, cartones, unos fogones de butano y una estufa, es donde la banda realiza sus actividades cotidiana. Dentro de una antigua bañera de hierro que hay en el baño, tapada con cartones y sacos, la banda guarda una gran bolsa de deporte con armas, que incluyen 2 escopetas benelli 121, 3 pistolas astra, 2 subfusilles MP5 y 2 AK47. En la cocina de la casa, debajo del fregadero, la banda guarda un contenedor de plástico hermético que contiene 1 kilo de explosivo plástico, en el armario que hay justo encima hay un tupperware con 8 detonadores y varios metros de cable detonante.

Dentro del vagón de tren más cercano a la estación la banda guarda 5 garrafas de 10 litros con gasolina, varias sábanas cortadas en tiras y botellas de cristal vacías, listas para preparar cócteles molotov.

En todo momento hay dos miembros de la banda de guardia, siempre van armados con una pistola astra. Cuando cambian de guardia ceden las armas de su relevo.

Miembro de la banda de Garrofé típico

Infancia + Enseñanza básica + Enseñanza media + Delincuente + Delincuente + Mafioso.

Total 24 años, 85 PA, 245 PD, 1 nivel profesional, 2 niveles sumergido, 1 punto de infamia.

Nota del autor

Esta antigua estación está inspirada en los andenes abandonados que hay en la antigua estación de las Delicias de Madrid, actual Museo del Ferrocarril. Las fotos de la estación corresponden a esta localización.