Llego hasta aquí
GOLOSINAS Y TABACO
c/ Conde de Torrepalma 6 (esq. Compositor Ruiz Aznar)
"Golosinas y Tabaco" es el lacónico nombre de este diminuto estanco situado en el barrio de Playa del Cayo, en Cunia. Se trata de un establecimiento de gran tradición en la ciudad, ya que lleva abierto desde 1924, y aunque el volumen de negocio no es excesivamente grande, el hecho de que se trate de una lonja de renta antigua hace que merezca la pena seguir manteniéndolo. Tal y como puede verse en una foto enmarcada tras el mostrador, fue la bisabuela de la actual propietaria, Dolores Mota, quien abrió el estanquillo. Dolores es una mujer de treinta y dos años de edad, de belleza algo ajada pero que despierta miradas interesadas por parte de los padres de los niños que vienen a comprar a su establecimiento. Dolores fue madre adolescente, aunque eso en Cunia nunca ha sido algo que llame excesivamente la atención. Su hija, Vanesa Mota, que actualmente tiene quince años, a veces la ayuda con el negocio...
La realidad
Además del negocio oficial de venta de golosinas y estanco, Dolores y su hija, al igual que su abuela y su bisabuela, han seguido manteniendo abierto el otro negocio familiar. Y es que las Mota han mantenido viva la tradición de las clásicas pajilleras de cine de los años cincuenta, práctica con la que se sacan un dinerillo extra proporcionando un servicio asequible, inmediato y económico. Los clientes habituales son los chavales del barrio, o incluso sus padres, que muchas veces ya fueron clientes de su abuela cuando eran adolescentes.
Las Mota solamente hacen trabajos manuales, negándose a hacer nada más. Tal vez sea por eso, por el escaso volumen de su negocio o porque gozan de la simpatía de alguien dentro de la organización de Don Víctor; la cuestión es que las prostitutas organizadas de la ciudad las han dejado en paz, al menos hasta ahora.