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jueves, 21 de noviembre de 2024


 

Tienda de Mascotas "Marula"

(C/ Almirante nº 5)

Cartel de la tienda

A Cris se le antojaba aquel jodido gato, no podía ser otro. Eche un ojo por el largo escaparate: unos cachorrillos de "Lasy", ardillas corriendo como posesas, un gato peludo mirando con curiosidad a su vecino lagartijillo, una serpiente de las gordas,... pero ni rastro del gato para Cris. Al entrar se veía el pequeño mostrador al fondo pero vacío, por lo que empecé a curiosear. A la derecha había varias jaulas por estanterías, como en el súper. Asomé la cabeza por los estrechos pasillos mientras los ratones me miraban con cara de "he tío, ¿Me pelas las pipas?" y los pájaros armándola en plan "¡Socorro! ¡Soy claustrofóbico!". En fin, que en el último estante, pegado a la pared estaban los bichos más grandes, perros y gatos. Allí pude verlo, parecía una pantera en miniatura, azulado y con una cara de joputa que no se tenía. Justo en ese momento sonó el cascabel que colgaba de la puerta. Me gire para ver si era el tendero y acto seguido una voz me soltó por la espalda...

-¿Le interesan los cartujos, hijo?

-"No. Vengo a por un gato"- respondí intentando que no se diera cuenta del susto que me había pegado. Encima de no estar atendiendo, me intenta meter a monje. Será cabrón el gafotas...

Interior local

    1.- Escaparate y zona de mascotas grandes (perros, gatos, etc.)

    2.- Zona de complementos (comida, juguetes para mascotas, etc.)

    3.- Aseo

    4.- Despacho

    5.- Pasillo de acceso a la parte posterior de los acuarios y terrarios.

    6.- Zona de acuarios y terrarios.

La realidad

Churruca, era un tipo cetrino, ya mas cerca de jubilarse que de sus años en la universidad, los cuales le habían aportado una colección de dioptrías respetable. Al entrar en la tienda el olor era una mezcla entre comida de animales y defecaciones de los mismos, un tópico de las pajarerías de barrio. Él me había visto entrar desde su silla, y desapareció unos segundos por la puerta de su almacén. Tras atravesar el pasillo de llamativas peceras hacia el mostrador, pose encima de la mesa un bote grande de comida para tortuga (siempre ha insistido en que las entregas se hagan sin alterar el contexto). Inmediatamente aparto el pesado cortinaje, invitándome a pasar. Se trataba de una alargada sala lindando con el mostrador, con una tenue luz azul y un ronroneo constante de los calefactores y filtros para decenas de acuarios y terrarios que llenaban sus tres paredes.

- ¿Recuerdas cual era tu estante hijo?- Aquí comenzaba la conversación ya ritualizada.

- Araña embudo australiana- respondí mientras el se acercaba a una de las mayores urnas de cristal y revolvía entre las gambas que había en el bote.

- Hadronyche cerberea, aquí esta. ¿Qué va a ser esta vez? Demasiado pesado para ser billetes y demasiado ligero para ser un arma, ¿disquetes?- (El pobre no está muy al día)- Vaya, es la primera vez que me traes de estas cosas.- dijo mientras ocultaba con delicadeza varias cadenas de oro en el doble fondo del terrario.

- Hay que ir ampliando el negocio.- respondí. Justo en ese momento se escucho el tintineo de la puerta y la luz roja de la alarma parpadeo un instante.

- Bien hijo, el pago como siempre, ya sabes. Ahora márchate que parece que tengo otro cliente.-

Recuperaba la tranquilidad. Aquel era el banco idóneo para los objetos "calientes". ¿A quien en su sano juicio se le ocurriría robar en un lugar así? Así recorría yo mis veintiséis pasos favoritos, justo hasta la salida, consciente de que una redada en casa no obtendría ningún resultado. Al igual que yo varios ladrones de guante blanco y alguna pandilla menos "sutil" requería los servicios de Churruca, o "la madriguera" como solíamos decir. Drogas bien embaladas reposaban bajo las jaulas de los perros, joyas en los acuarios, pruebas de crímenes bajo las serpientes, fotografías comprometidas en los bebederos de los jilgueros y las piezas más "suculentas" en la zona de los terrarios, con los animales más dañinos. Compadecería al suicida que intentara descubrir el pastel, por que se le echaría encima buena parte da la "fauna" de la parte Sur de Cunia...

Localización tienda

 

 

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Cita

«Donde esté él (Ayala) estaré yo.»

Almirante Cunningham