Llego hasta aquí
José "Cliqui" Fernández,
fotógrafo
Descripción física
"Cliqui" Fernández es un hombre delgado de 56 años, alto y de complexión fibrosa. Tiene el pelo largo y canoso, casi blanco, y tras unos anteojos de montura metálica observan el mundo que le rodea unos inquisitivos y profundos ojos marrones, limpios y que suelen fijar la mirada sin vergüenza. Gusta de vestir pantalones caqui, camisa de botones de colores pardos, cinturón de cuero negro con una hebilla plateada que se trajo de uno de sus múltiples viajes, y unas ajadas y sucias botas de montaña. Al cuello, una cámara de fotos con mas señales de las aconsejables, y en el bolsillo de la camisa que vista, un bloc de poco tamaño y muchas hojas que le sirve para apuntar lo que el ojo de la cámara no graba.
Si alguien se fija durante un rato con atención, es posible que detecte una leve cojera de su pierna izquierda. Una esquirla de metralla le golpeó en la rodilla hace mas de veinte años, y aunque se recuperó casi del todo, cuando el tiempo cambia de forma brusca o realiza alguna actividad fatigosa la rotula se resiente.
Historia
José "Cliki Fernández es un fotógrafo freelance que trabaja como colaborador eventual del periódico "La Verdad" de Cunia. A su edad, lleva trabajando como fotógrafo desde los veintipocos, aunque su vida ya llevaba ligada al mundo del periodismo desde los catorce, realizando encargos para la gente de la redacción. Su primer trabajo como fotógrafo fue una serie de instantáneas tomadas durante años que no se atrevía a presentar por miedo a que se las rechazasen. Estas fotos constaban de distintas imágenes de la ciudad doliente, algunas realmente atrevidas, y que el equipo de redacción decidió realizar para documentar un especial sobre la ciudad. Pocos años después, con mas de una experiencia a sus espaldas (y no todas buenas), José Fernández entregó una serie de fotos sobre los barrios bajos de la ciudad y su estado deplorable, tanto a nivel social como urbanístico. El reportaje causo un revuelo político considerable, por no decir legal, y muchos de los implicados acabaron con denuncias civiles y alguna que otra penal. Hoy quizá no hubieran generado esa repercusión, pero en una península con la democracia recién descubierta la repercusión de un caso a nivel social era tomada muy en cuenta, y eso hizo que mucho del bombo que se le dio hoy se considerase desmesurado.
A José Fernández aquel artículo le dio un nombre considerable entre la gente de clase media-baja. Muchos le consideraban un luchador social, y entre ellos algunos se sintieron profundamente agradecidos, hasta el punto de ponerse en contacto con él para devolverle el favor, pedirle consejo, alguna que otra ayuda o, simplemente, hablarle de lo que sentían. Eso hizo que los artículos apareciesen entre sus manos como por arte de magia, centrándose en las clases bajas y en aquellas historias que sus mismos seguidores, si se les puede llamar así, le dejaban entre manos. Drogas, prostitución, corrupción, historias personales o temas relacionados con barrios enteros. Centradas, eso sí, siempre en Cunia.
De esta época le viene a José Fernández su apodo, "Cliqui", por el sonido que hacia su cámara casi siempre en funcionamiento, marcando una tras otra las imágenes que se veían a través del objetivo. En palabras de sus allegados de aquella época, José "Cliqui" Fernández comentaba que cuando sacaba la cámara a pasear, ella hacía sus necesidades. Y, aunque es una frase que nunca ha podido ser confirmada, es cierto que casi todas las fotos y artículos de aquella época mostraban lo peor de la condición humana.
Sin embargo, tras unos cuantos años trabajando en Cunia, "Cliqui" aceptó un puesto en la sección internacional para el periódico. Se desconoce si fué por algún tipo de influencia externa o si fue el mismo José Fernández el que decidió que era hora de ver mundo. En el periódico se sabe que fue iniciativa del fotógrafo el ser enviado a los mayores conflictos internacionales, y las malas lenguas hablan de una necesidad cada vez mayor de llegar más lejos. Es un secreto a voces que sus artículos eran cada vez mas polémicos, y aunque mucha gente seguía queriéndole, en los últimos meses antes de irse al extranjero tuvo que responder ante unas acusaciones de intromisión bastante graves que pudieron haberle predispuesto hacia un nuevo destino.
Pasados los años noventa, y después de haberse recorrido gran parte de los conflictos internacionales de aquella época, un José Fernández mucho mas curtido y algo mas sensato volvió a Cunia, la ciudad que le dio su vida. En el periódico le recibieron con los brazos abiertos cuando comunicó que deseaba volver a escribir sobre la ciudad. Y no pocos amigos se alegraron de verle de nuevo. Sin embargo, no todo fueron alegrías. Durante los años que José había estado fuera, Cunia había cambiado, volviéndose mucho mas oscura, peligrosa y traicionera de lo que recordaba. Los poderes fácticos habían cambiado, la corrupción campaba a sus anchas y fiarse de los antiguos contactos no era demasiado aconsejable.
José tenia dinero para retirarse si hubiera querido. Con sus memorias y un par de libros escritos sabía que podía vivir siendo escritor, pero prefirió no hacerlo. Habló con alguno de los amigos que tenia de sus comienzos, y estos le ayudaron a introducirse de nuevo entre los bajos fondos. Poco a poco descubrió que no le habían olvidado, y eso le permitió hacer nuevos contactos, además de hacerle fácil el regreso entre los antiguos. José "Cliqui" Fernández volvía a estar entre las sombras de la ciudad doliente.
Motivaciones
"Cliqui" Fernández lleva luchando con sus artículos y fotografías contra la corrupción desde su regreso a la ciudad, con la única ayuda de su cámara, su maquina de escribir Sterling portátil y la colaboración esporádica de algún contacto que le ayuda a introducirse en según que ambientes o le pone al tanto de alguna historia.
Sus principales objetivos se encuentran entre los dirigentes de Cunia, tanto visibles como ocultos entre las sombras, además de los servicios públicos como la policía, los jueces o los cabecillas sindicales, además de otros problemas mas cercanos y crueles como la droga, las mafias, o la simple corrupción que se produce en la construcción, la sanidad u otros servicios con el ciudadano como objetivo.
El método que utiliza es siempre muy parecido. Suele escuchar a la gente, y cuando tiene algún indicio interesante, busca las pruebas como sea necesario, bien con vigilancia, investigación o simplemente, escribiendo artículos de opinión, vagos en contenido, que resultan en autenticas trampas para los objetivos. Una vez tiene un artículo escrito con pruebas irrebatibles, lo entrega en "La Verdad", que le paga cada palabra a precio de oro, pues aunque escasos, pues no suelen ser mas de uno o dos cada estación, provocan terremotos sociales de opinión, y en algún caso incluso judicial. A parte, sus colaboraciones semanales suelen poner nerviosa a mucha gente, cosa que hace que cada vez que escriba sus periódicos se vendan, valga la frase hecha, como churros.
Todo tiene su otra cara de la moneda, y en este caso es que José suele recibir amenazas. Y no de las que se reciben en un sobre, con las letras cortadas de un periódico, donde se lee la amenaza y poco mas. Las amenazas que le dirigen suelen ir acompañadas de violencia o intimidación, y siempre suele significar que está tocándole los cojones a alguien lo suficientemente bien como para cabrearlo y, posiblemente, hacer que meta la pata. José cambia a menudo de piso, de alquiler en alquiler, escondiéndose algunas veces entre pobres, y otras entre ricos. A menudo tiene incluso dos o tres alquilados, uno donde duerme, si es que duerme, y otro donde se esconde mientras escribe. Normalmente, una vez ha entregado el artículo suele tener algunos días de tranquilidad.
Es una vida dura que, a pesar de todo, José "Cliqui" Fernández no piensa dejar mientras pueda seguir escribiendo. Considera que es su deber hacer lo que hace, y como suele decir, su padre le metió una única frase en la mollera que sigue a rajatabla: "José, tienes que ser de los buenos. Malos ya hay demasiados".
El estilo de vida que lleva deja marcas. "Cliqui" es concienzudo, desconfiado y considerado por sus amigos como un "hueso duro de roer, pero de los de verdad". Es terco y obstinado, y tiene muy poca paciencia ante los ciudadanos de picha floja o las trivialidades entupidas de algunos. Se molesta e impacienta desagradablemente ante las interrupciones o actos superfluos, y se librará de malos modos de aquellos que le molestan.
En campaña
José "Cliqui" Fernández es un personaje no jugador que puede acompañar una campaña larga desde el principio hasta el final. Puede aparecer de repente en un caso en el que los personajes estén trabajando, o ser la némesis informativa de estos si los jugadores han decidido estar al otro lado de la ley.
También puede utilizarse como contacto una vez los personajes le conozcan, dando información a cambio de alguna ayuda, o incluso haciendo que los personajes les hagan algún pequeño favor. Por otro lado, la poca paciencia del fotógrafo permitirá que las relaciones entre los personajes y este se transformen en abusivas por parte de los jugadores. Además, los artículos de "La Verdad" que vengan con su nombre pueden ser los detonantes de partidas donde se vean obligados a actuar, bien a las ordenes de las fuerzas del estado, bien a las ordenes de algún elemento perjudicado.
Por último, Cunia es una ciudad dura, y aunque me sabe mal dar esta opción por el tiempo que he estado desarrollándolo, todos saben que "Cliqui" Fernández no es muy probable que muera de viejo si sigue así. De hecho, el mismo es muy probable que también lo sepa. ¿Quien podría haberle asesinado? ¿Porque? Que pasa con los archivos y la información que ha ido recogiendo durante estos años en los bajos fondos?
Características
CUERPO 5Habilidades destacables
Actualidad 29Virtudes y defectos
Aguante mental 3
Popular 2
Cojera 3
Enemigo 6