1808 – El regreso a casa

Rojo y Oro

Volver a casa nunca es fácil. El camino parece largo y que nunca termina y si, además, crees que allí no te espera nadie, los días se vuelven eternos y las noches desapacibles. Pocos incidentes hallaron en la ruta y pocas excusas para detenerse. Dormían en posadas o en graneros cuando no encontraban estas y el polvo y el frío se mezclaban con la humedad que sus capas de mangas verdes no parecía capaz de dejar fuera.

La primera señal de que algo no era como imaginaban la encontraron a poco trecho de la entrada. El hijo de Atulfo, un mocoso de apenas seis veranos, salió ventando su llegada a los cuatro vientos como cervatillo en un día de caza. Eso trajo la atención de los parroquianos que les miraron con sonrisas en los labios y ojos ilusionados en los rostros. Atardecía, pero no era el final de la dura jornada lo que les alegraba. ¿Qué había pasado allí?

—Bienvenidos —dijeron algunos. Y una moza del gentío alargó un pellejo de piel al bueno de Chaparro quién, tras darle un largo tiento sin dejar de mirar al molesto marido al que se le había privado del néctar, se la devolvió a su dueña con agradecimiento. Sigue leyendo

Desde el Sótano 202 – Noviembre 2021

—¿Jefe, —el aludido le miró desde encima de la escalera donde estaba subido—, por qué lo llaman narrar si lo que hacen es describir?
Dejó lo que estaba haciendo y le observó un instante, ajustó sus lentes para darle tiempo a añadir alguna información adicional a la pregunta y cuando no llegó, respondió:
—Deberías saber, joven aprendiz, que la narración es solo una de las tres fuerzas fundamentales del universo, pero tiene mejor equipo de marketing.
Y siguió colocando las guirnaldas y el espumillón por las paredes mientras canturreaba «Dashing through the snow in a one-horse open sleigh…»

(www.desdeelsotano.com)

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