Historia
Los padres de Hubert eran ricos. No ricos como para tener un avión privado pero sí para viajar frecuentemente en primera y alojarse en los mejores hoteles. No ricos como para tener una mansión en Neuilly-sur-Siene pero sí lo bastante como para tener un caserón de tres plantas en el área metropolitana de París.
También eran más mayores que los padres de la mayoría de sus amigos; Hubert es el menor de seis hermanos y sus padres pasaban de los cuarenta cuando le tuvieron. Así que le pudieron acompañar poco en sus juegos de infancia y menos aún en su educación moral, que quedó a cargo de profesores y compañeros de clase.
El chico sabía que sus padres eran ingenieros y trabajaban en el mismo departamento del gobierno francés, pero no llegó a saber en cuál exactamente hasta que la tragedia les alcanzó. Teniendo Hubert 16 años, su madre, Elisabeth, comenzó a mostrar los síntomas de una demencia senirl prematura. Su marido, Alain, dispuesto a cuidarla y en posesión de ahorros de sobra, decidió dimitir el mismo días del diagnóstico definitivo. Volviendo de la reunión con su superior, un conductor que dió positivo en alcoholemia le embistió. Alain falleció en el acto. Sigue leyendo