Comandos – El viejo camino del espía II

En el primer capítulo de esta historia, los personajes había llegado a las cercanías de la ciudad de Segovia y ha llegado el momento de que entren en ella y busquen la forma de hacerse con la mayor información posible sobre la reunión tripartita de diplomáticos de los gobiernos español, italiano y alemán.

Esta segunda parte es, al contrario que la primera, bastante abierta. Se proporcionan las herramientas necesarias para planificar y realizar la acción, pero sin dar por supuesto en qué forma y en qué profundidad la realizarán los personajes. Puede ser una infiltración al Alcázar pero también un robo con asalto a los diplomáticos mientras regresan a sus hoteles, un secuestro e interrogatorio? La forma en que los jugadores decidan llevar a cabo su misión es cosa de ellos y la Dirección de juego deberá adaptarse, pero no la dejaremos sin herramientas ni ideas que usar para dirigir esta parte.

Segovia en esas fechas

En las fechas en que los personajes llegan a Segovia esta contaba con unos 25.000 habitantes, habiendo sufrido un brusco aumento de población desde 1930, y creciendo a un ritmo mayor que el conjunto de la población española desde 1940. Esto era debido a la llegada de importantes cantidades de inmigrantes de proximidad, personas de la propia provincia que llegaban en su mayoría con el trabajo ya asegurado. La principal ocupación laboral femenina de las recién llegadas era el servicio doméstico, llegando como familiares de otros trabajadores, mayormente jornaleros con los que convivían, si no trabajaban internas. En cuanto a los hombres, lo más habitual es que fuesen militares, empleados de oficina o fábrica, o jornaleros.

Los personajes podrían fácilmente hacerse pasar por recién llegados de este tipo para tener una excusa para quienes extrañen ver caras nuevas, siempre y cuando no abran mucho la boca. Después de todo, son extranjeros y en cuanto abriesen la boca? A la hora de hablar con otros españoles habrá que confiar en Frías como intérprete para pasar desapercibidos.

Segovia

Tampoco era infrecuente cruzarse por viajeros que llegasen por negocios o turismo desde la estación de ferrocarril, que se dirigirían a las plazas del Azoguejo o Mayor; a su calor se amontonaban numerosos mendigos que desde las puertas de iglesias, cafés y casinos pedían dinero. Para ellos se crearon refugios provisionales para que pudieran dormir en las noches de invierno, que en Segovia era y es habitual que lleguen a los diez grados bajo cero.

Como cualquier otra ciudad, Segovia estaba dividida socialmente en varias áreas. La primera era la ciudad propiamente dicha, la parte alta, todo aquello que estaba dentro del perímetro amurallado. En su interior estaban los monumentos la Casa Consistorial, Alcázar, Catedral, Iglesias y casas señoriales. También residían en él, las oficinas del Estado, de la Provincia, del Municipio y de los particulares de profesiones industriales y comerciales. En esta zona destacaba la Plaza Mayor, rodeada de posadas y centro artesanal y lugar de paseo de las clases acomodadas. Los jueves en esta plaza se instalaba un mercado. En esta plaza era muy normal ver a gentes llegadas de fuera, es donde los personajes podrían llamar menos la atención si consiguen ropas que les hagan parecer «gente decente». En el recinto amurallado es donde más frecuentemente se encontrarán con militares alrededor del cuartel de San Antonio o la Academia de Artillería, de gobernación o del propio Alcázar. También en esta zona se encontrarán también a los empleados de oficinas o negocios diversos.

La segunda zona eran los arrabales unidos a la ciudad. Especialmente importante era el barrio de Santa Columba, por su Plaza del Azoguejo, donde concurrían todas las vías de comunicación y donde acaba la parte más alta del Acueducto. Aunque este barrio no forma parte del recinto amurallado, está muy cercano a él. Además, las calles que rodean esta plaza son las que monopolizaban junto con la Plaza Mayor, el comercio estable, además de un mercado diario muy colorido que daba servicio sobre todo a los arrabales. Los jornaleros y el servicio se alojaban principalmente en esta zona.

La tercera zona eran los arrabales separados de la ciudad, compuestos por dos barrios. Uno era el barrio de San Lorenzo, situado al Noreste, donde se encontraban algunas fábricas, establecimientos de Beneficencia provincial y sobre todo un conjunto de huertas. El otro barrio era el de San Marcos, en el margen derecho del Eresma, al pie del Alcázar, al que se podría acceder por aquí de forma más discreta pero ma? peligrosa, debido al precipicio que por esta parte rodea la fortaleza. En San Marcos estaban situados varios edificios religiosos y dos monasterios.

Para esa época ya se había llevado a cabo una fuerte remodelación de la ciudad con importantes mejoras en sus infraestructuras desde principios de siglo; sin embargo, aún quedaba bastante camino por recorrer y la Guerra Civil había paralizado el avance, habiendo desaparecido un importante porcentaje de las industrias, aunque también se creó alguna, como la empresa Defensa Anti-Gas S.A.

Las mejoras en servicios permitieron también la recepción de inmigración trabajadora y una mayor prosperidad de la industria. La luz la aportaba la a Cooperativa Electra Segoviana, dando servicio a fábricas de loza, jabón, cera, tejas y ladrillos, cal, chocolate, gaseosa, un taller de recomposición de automóviles?

La Asociación Patronal del Comercio y de la Industria de Segovia se mostró desde un primer momento afín al golpe de estado franquista, por lo que los personajes deberían tener cuidado de no hacerse notar por personajes de la industria o el comercio, o por sus capataces. Los empleados, en cambio, son gente que se fijará menos en unos recién llegados.

Los principales problemas urbanísticos que aún coleaban en Segovia eran los mismos que antaño: la luz y el agua. La conducción de esta hasta la ciudad aún tenía importantes deficiencias, así como escasez en verano, En las casas más humildes podía no haber agua corriente, además de humedades, falta de ventilación, carencia de desagüe al alcantarillado, basuras en los patios, calles y portales, cocinas sin salida de humos, ratas deambulando? No ayudaba la arquitectura de la mayoría de las calles, retorcidas, muchas mal empedradas, estrechas, peligrosas para viandantes que se cruzasen con un vehículo que fuera demasiado rápido…

Desde esa remodelación de la ciudad comenzaron a proliferar distintas organizaciones de auxilio, como las Casas de Por Dios destinadas a viudas, pobres y algunas minorías. También se pueden ver en los altos de Valdevilla las casas construidas hace solo veinte años pensando en las familias obreras.

A la hora de espiar, rescatar rumores, hacer contactos o extorsionar a gente, habrán de tener en cuenta que en Segovia, como en cualquier ciudad pequeña de la región en esas fechas, las pequeñas redes clientelares de favores no solo eran normales y constituían, menos en lo legal, el equivalente de sociedades, sino que se guiaban sobre todo por los lazos familiares.

El Alcázar

Desde el siglo XII, el Alcázar de Segovia fue sucesivamente fortaleza real, sede de las Cortes de Alfonso X, custodia del tesoro regio, archivo del reino y armería real, prisión del Estado, Real Colegio de Artillería y Archivo General Militar, papel que cumplía en las fechas de esta aventura (y sigue cumpliendo actualmente, aunque a día de hoy es también un museo).

Vista del alcázar

La presencia de los diplomáticos italianos y alemanes ha hecho que la seguridad se haya reforzado. Las conversaciones tienen lugar en francés y se ubican en la sala señalada como una X en el mapa, donde dos diplomáticos de cada país conversan acompañados siempre de un soldado de cada país. Además, en los puntos donde se marcan asteriscos habrá siempre al menos un soldado de guardia, vigilando en especial hacia el exterior.

Las negociaciones tienen un horario muy concreto: de 8 de la mañana a 2 de la tarde. La mayor parte de la documentación se guarda en una caja fuerte en la misma sala en la que tienen lugar las conversaciones, aunque la documentación de lo que se esté hablando en ese mismo momento se lo suelen llevar los funcionarios a sus alojamientos hasta el día siguiente.

Mapa alcázar

Los diplomáticos se alojan los unos en el domicilio familiar de la casa nobiliaria de Contreras, los otros en casa de Antonio Blanco Garcia, director de la ya mencionada Defensa Anti-Gas S.A., que tenía entre sus clientes al gobierno alemán. Con cada pareja de diplomáticos ha viajado un par de soldados que se turnan para estar siempre uno de ellos acompañándoles.

SOLDADOS DE VIGILANCIA EN GENERAL

Valor medio de atributos por característica:

CUE 6
DES 7
INS 6
INT 5
PRE 6

Habilidades:

Descubrir: 18
Dialéctica: 11
Esconder: 12
Escuchar: 18
Ocultar: 12
Orientación: 10
Rastrear: 12
Saltar: 12
Trepar: 12
Interrogación: 13
Primeros Auxilios: 10
Pilotar motos: 17
Pilotar coches: 17
Pilotar camiones: 17
Pistola: 14
Fusil: 19
Subfusil: 17
Armas Blancas: 12
Armas Contundentes: 12
Lucha desarmado: 12

Otros datos

Puntos de vida 18
Puntos de moral 18
Modificador de moral -5 (alemanes), -1 (italianos), 0 (españoles)
Ajuste por fuerza +1
Alerta 18
Esquivar 18
Iniciativa 6,6

Soluciones

Como decíamos al principio, en esta parte de la aventura los personajes deberán buscar la forma de hacerse con la información de lo que se está hablando en estas reuniones: la posibilidad de retomar la operación Fénix, la difusión de propaganda pro-eje, el envío de presos republicanos a campos de concentración, ayudas económicas para el régimen franquista a cambio de materias primas o bienes fabricados, o la situación actual de la División Azul.

La forma quizás menos arriesgada de obtener información es vigilar y asaltar a alguno de los diplomáticos para interrogarle duramente hasta sacarle todo lo posible, que siempre será menos que lo que obtendrían con la documentación. Se resistirán y mezclarán verdades con mentiras como les han entrenado para hacer.

Otra forma de hacerlo, la más peligrosa, es la infiltración en el Alcázar para robar la documentación. Durante el día es un auténtico suicidio, no solo por los muchos trabajadores que allí, además de los soldados, sino porque podrían acudir rápidamente otros soldados que haya por las inmediaciones. De noche no es especialmente fácil, aunque no haya tanta gente. Además cualquier alerta que se dé hará doblar las siguientes guardias, por lo que incluso si salen con bien de un primer asalto fallido, los siguientes serán más peligrosos. El peligro sin embargo, estará recompensado si abren esa caja fuerte, porque ahí está casi todo lo hablado, que a estas alturas es lo más importante.

Otra posibilidad es atacar el asunto a través de los anfitriones de los diplomáticos, la familia de los Contreras o el director Antonio Blanco García, que es militar y químico. A los primeros no les han contado nada, así que solo se les podría usar amenazándoles para que intenten conseguir la información: poco eficaz y peligroso, a poco que se pongan nerviosos darán la alarma. En cuando al señor Blanco, sabe bastante de lo que se está hablando; como militar e industrial que provee al gobierno nazi da bastante confianza a los diplomáticos alemanes. Blanco, además, pasa mucho tiempo fuera de casa, dando oportunidades para capturarle. El problema, claro, es que Blanco es un militar con bastante más firmeza y convicciones que la media.

En cuanto a la posibilidad de hacerse pasar por investigadores históricos de algún tipo para acceder al Alcázar, es casi imposible. Hay que tener en cuenta que habrá restricciones de acceso por la presencia de los extranjeros pero también que hay documentación, ropa e historiales que conseguir para los que no hay tiempo.

En Segovia no cuentan con nadie que les pueda ayudar. Gente como los jornaleros o los mendigos podrían en un momento dado ayudarles a ocultarse, escapar o acercarse a alguien pero no se arriesgarán mucho. Las cosas no están como para hacerse los valientes.

El final

Con el tiempo del que disponen, los personajes habrán logrado algo de información, quizás poca, quizás mucha. Una vez la tengan o el tiempo teórico de la misión se les haya acabado, podrán salir de la ciudad, escondidos de nuevo. La ruta de vuelta puede ser la misma que la de ida, por lo que la anterior parte de esta historia, publicada hace dos números, os servirá para narrar el regreso, quizás perseguidos a través de la nieve por las autoridades franquistas. ¡Buena suerte!

La foto del Alcázar pertenece a Luis Antonio González Corral y se publica bajo licencia Creative Commons Atribución 2.0 Genérica.

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