Número: 194. 4ª época. Año XXI ISSN: 1989-6289
Durante el periodo posterior a la Primera Guerra Mundial, el desarrollo de armamento continuó, en especial en firmas de países no beligerantes, como fue en el caso de la sueca Bofors.
En 1921 la firma comenzó a trabajar en un nuevo cañón anticarro, sobre un diseño de la alemana Krupp. Antiguas rivales, en 1919 ambas firmas comenzaron a trabajar conjuntamente. Krupp quería seguir desarrollando y vender armamento (algo prohibido por el Tratado de Versalles), mientras que Bofors quería acceder a la experiencia de su antigua rival, y lo que era más importante, al mercado internacional. Poco a poco la cooperación se hizo más profunda, hasta el punto de que a finales de los años 20, Krupp era dueña de un tercio de las acciones de Bofors.
La intención era desarrollar el mismo arma en tres calibres diferentes (37mm, 47mm, 75mm). Suecia probó una unidad de 37 mm (modelo L/37 m/21) en 1922, y poco después Suiza probó una segunda unidad, pero ninguna de las dos naciones adoptaron el modelo. Al año siguiente Polonia adquirió un ejemplar en 47 mm, pero tampoco solicitó más ejemplares. Ante la falta de interés, Bofors decidió aparcar el proyecto.
Bofors volvería a retomarlo posteriormente a raíz del programa del carro de combate sueco. Este programa estaba muy influenciado por los ingenieros alemanes, hasta el punto de que los modelos Landsverk 10 y Landsverk 30 recibieron torretas derivadas del Leichttraktor de Krupp
Para armar al tanque, se emplearon diversas opciones, pero en 1931 la Comisión de Armamento emitió una directiva para aceptar diseños de un nuevo cañón anticarro de calibre 37mm, que disparase un proyectil de 700g a 800 m/s.
La elección de este calibre y el peso del proyectil no es casual, ya que desde el siglo XIX hasta finales de la Segunda Guerra Mundial 37mm fue un calibre muy extendido. Esto se debía a un acuerdo internacional, la Declaración de San Petersburgo de 1868, que prohibió los proyectiles explosivos de menos de 400 gramos de peso, siendo 37mm el mínimo calibre adecuado para este propósito.
Aunque el propósito del tratado perdió su sentido paulatinamente (durante la Primera Guerra Mundial fue abandonado definitivamente), el calibre seguiría siendo popular, para diversos usos, desde anticarro, hasta su montaje en aviones.
Bofors presentaría el nuevo modelo en 1932 (L/45 m/32), aunque del diseño original de Krupp solo conservaría el bloque de cierre, pero girado 90º. Para aumentar las perspectivas de venta, los ingenieros diseñaron una versión remolcada para infantería.
Tras las pruebas, los ingenieros de Bofors concluyeron que necesitaban que el arma pesase 800 kg para ser efectiva, lo que la convertía en impracticable. Tras varias pruebas, Harald Jentzen, director del departamento de armamento del ejército tomo cartas en el asunto y junto con su propio equipo diseñaron un nuevo de boca. Con el, los ingenieros de Bofors terminaron un nuevo prototipo de tan solo 370 kg.
El programa de pruebas siguió hasta 1934, para dar como resultado un arma que podía penetrar 20mm de RHA (acero de blindaje homogéneo) con una inclinación de 30º a una distancia de 1000 metros. Podía desmontarse en 11 bloques para su transporte, la más pesada de unos 43 kg, aunque la mayoría rondaban los 30 kg. Además, podía entrar en acción en no más de 30 segundos.
El arma era semiautomática (al contrario que los primeros prototipos), es decir, una vez que el arma disparaba, el cañón retrocedía en su afuste, expulsaba el cartucho vacío, y volvía a ponerse en batería con el cierre abierto, listo para ser cargado. Con una dotación entrenada, podía alcanzar una tasa de fuego de 30 disparos al minuto, aunque el normal era de 12 por minuto.
Tras terminar el programa de pruebas, Holanda se interesó por el arma, y se convertiría en la primera nación en adquirirla de manera sustancial, con un pedido de 12 unidades que le serían entregadas en 1935. Posteriormente encargaría 24 unidades adicionales para montarlos en sus autos blindados Landsverk L180s y L181s (de producción sueca) y M39 Pantserwagen (de producción propia).
Finlandia también adquirió el Bofors, y su buen desempeño durante la Guerra de Invierno ayudaron en las ventas del arma. Tras un periodo de pruebas, el ejercito finlandés decidió adoptarlo como su cañón anticarro estándar en 1938. Se adquirió la licencia de fabricación, además de un lote de 50 unidades. Por desgracia, retrasos en la puesta en marcha de las dos factorías encargadas de su producción, soló estuvieron disponibles 98 unidades al comenzar la invasión por parte de la Unión Soviética. A pesar de su escasez, dieron muy buen resultado contra los tanques y blindados rusos, especialmente contra los T-26 y BT. Posteriormente, durante la Guerra de Continuación, siguieron en servicio pero fueron retirados paulatinamente del frente para ser sustituidos por cañones más potentes. No obstante, tras el fin de la SGM, Finlandia mantuvo los Bofors en servicio, con nuevas municiones, como cañones de apoyo de infantería hasta 1986.
Dotación finlandesa entrenado con un Bofors
Polonia adquirió 300 unidades entre 1936 y 1939 y quedaron tan satisfechos con el arma que también adquirieron una licencia de fabricación y venta, con la designación wz.36. Esta corrió a cargo de la SMPzA (Stowarzyszenie Mechaników Polskich z Ameryki), y virtualmente eran idénticos excepto por detalles menores, como los neumáticos.
En total, Polonia tenía cerca de 1.200 unidades a comienzos de la guerra, y los usaron con buenos resultados contra los alemanes, como en la Batalla de Mokra, donde destruyeron varias docenas de blindados alemanes.
SMPzA también produjo una versión para montar en torreta, wz.37, para instalarlos en carros 7TP JW y en los proyectados 9TP y 10TP.
La licencia de exportación fue bien aprovechada por SMPzA, que vendió 24 ejemplares a la Segunda República durante la Guerra Civil, donde dio buen resultado contra todos los carros del bando nacional (incluyendo los T-26 capturados). El pedido de Rumanía fue muy superior, adquirió 252 unidades en 1939. Esta cifra se incrementaría en otras 304 entre requisados a tropas polacas que huyeron tras la rendición y las entregadas por Alemania antes del comienzo de la operación Barbarroja.
Dinamarca adquirió un ejemplar en 1934, y tras intensas pruebas, obtuvo piezas y la licencia para fabricar su propia versión en 1937, el Fodfolkskanon (cañón de infantería) Ff.K M.34. La producción corrió a cargo del Haerens Vaabenarsenal (Deposito de armas del ejercito), que también se haría cargo de fabricar una versión mejorada, el Fodfolkskanon Ff.K M.37 (del que se fabricarían 48 unidades). Solo uno de sus Bofors llegó a entrar en acción durante la invasión alemana, inutilizando 3 tanques antes de que su dotación fuera incapacitada.
Soldados daneses con un fodfolkskanon en posición en Haderslev el 9 de abril de 1940
Las ultimas unidades ensambladas por Dinamarca fueron ya bajo la ocupación alemana, que los empleó junto con los demás capturados con la designación de 3.7 cm PaK 157(d). Los capturados a Polonia recibirían la designación de 3.7 cm Pak (p). Aunque fueron quedando obsoletos a medida que progresaba la guerra, algunos se emplearon hasta el final del conflicto.
El ejercito soviético también capturó ejemplares del Bofors, tanto a Finlandia como a Polonia. Durante 1940 los sometieron a intensos programas de prueba, concluyendo que los ejemplares (y su munición) de producción sueca eran superiores en prestaciones a su homólogos polacos. Unos pocos ejemplares fueron usados de manera apresurada durante la invasión alemana para suplir las horribles bajas sufridas.
Curiosamente, el Reino Unido también empleó el Ordnance QF 37 mm Mk.I, y es que ya tenía en servicio un arma similar, el QF de 2 libras. Tras Dunkerke, el ejercito británico necesitaba rearmarse con urgencia, y fue retirando equipamiento de zonas consideradas secundarias para ello. Para suplir las carencias surgidas en el norte de África, el gobierno anglo-egipcio de Sudán que había realizado un pedido de 250 ejemplares para sus tropas, se los ofreció al ejercito británico, siendo empleado por varias unidades incluyendo las 3rd Royal Horse Artillery, 112th Royal Horse Artillery, el LRDG y la Free Polish Carpathian Rifle Brigade. La mayoría se montaron en camiones para aumentar su movilidad.
Un Ordnance QF 37 mm Mk I montado en la caja de carga de un camión 30 cwt Chevrolet WB
Suecia no adoptaría el Bofors hasta 1937, con la designación 37 mm Infanterikanon m/34 (cañón de infantería). Al año siguiente introduciría una versión mejorada, con la designación de 37 mm Pansarvärnskanon m/38 (cañón anticarro). Donarían 100 unidades a Finlandia durante la Guerra de Invierno, algunos de los cuales fueron manejados por el Svenska frivilligkåren (Cuerpo de voluntarios suecos que lucharon contra los soviéticos). Al igual que los polacos, también lo emplearon como armamento en vehículos de combate, con el nombre de 37 mm Kanon m/38 Stridsvagn, siendo el armamento estándar de los Landsverk Strv m/38, Strv m/39, Strv m/40 y Strv m/41.
Bofors siguió trabajando en el diseño, aumentando el calibre hasta los 57 mm, dando como resultado el 3 pvkan m/43 cannon, de una gran capacidad de penetración, y que prestaría servicio durante la guerra fría, hasta su reemplazo por el cañón sin retroceso 9 cm pvpjäs 1110.