Número: 206. 4ª época. Año XXI ISSN: 1989-6289
Este aceite es una de las drogas más extendidas en Eriloe. Para entender sus efectos hay que explicar en primer lugar que es un drox.
En algunos bosques de Eriloe, existe un peculiar tipo de polilla de gran tamaño (aproximadamente el de un mirlo) que sale en grupo durante la noche, en especial si ese mismo día ha llovido. No son las mariposas más bonitas del planeta. Los machos son marrones y las hembras de un colorido verde esmeralda.
El cortejo de estos lepidópteros es lo que las hace realmente interesantes. Se trata de una especie muy inquieta. Cuando está despierta se pasa la mayor parte del tiempo revoloteando de un lado para otro. Es por ello que, cuando un macho quiere reproducirse con una hembra, se engancha antes sobre ella y supura, desde la punta de su abdomen, una gota de una fuerte toxina adormecedora. Casi al momento la hembra queda aletargada, momento en el que el macho aprovecha para realizar la cópula.
Crear este aceite requiere unos conocimientos mínimos en alquimia. Para ello se estrae en primer lugar la glandula segregadora de la toxina del abdomen de la polilla. Una vez estirpada la glandula se cuece en una olla con agua, aceite y esencia de amapolilla del aire [19852 19852].
Tras una hora de cocción la mezcla se deja enfriar durante todo un día. El resultado es un liquido aceitoso de color violaceo.
La forma de administrar esta droga es un tanto peculiar. Para que haga efecto basta con echarse unas gotas en la nuca. Cuanto más se echen mayor será el efecto.
Los efectos del aceite de drox dependen de la cantidad administrada.
Con una sola gota el individuo notará un aumento considerable de la percepción del entorno que le rodea, que durará aproximadamente una hora.
Con dos gotas el efecto anterior se intensifica. Incluso, en ciertas ocasiones, los reflejos aumentan considerablemente. Por el contrario, es común tener algún tipo de alucinación, en especial a partir de la media hora del consumo.
La aplicación de tres gotas tiene ya ciertos riesgos. Los efectos anteriores se intensifican, pero también es común las perdidas de memoria y de raciocinio, y no es raro enfurecerse, perdiendo el control con suma facilidad.
Cuatro gotas es una cantidad letal. Durante media hora el individuo será presa de un salvajismo extremo, aumentando su resistencia al dolor y su fuerza, pero haciendole perder la mayor parte de su raciocinio. Llevar el cuerpo a este estado de alteración hace que a la media hora el individuo suela morir de un paro cardíaco.
Aunque algunos soldados creen que es un buen compañero para usar en combate, el aceite de drox es altamente adictivo. Además, su consumo continuado acaba provocando la aparición de pequeñas venas violaceas en los ojos. En los casos más extremos dichas venas se extienden incluso alrededor de los ojos, dando al individuo una apariencia tétrica y enfermiza.