Mundos vertedero

Los planetas vertedero siempre están en el punto de mira de organizaciones ecologistas. Se trata de mundos enteros (en algunos casos lunas), cuya superficie es en su mayoría un vertedero. Según la legislación de Vettera un planeta es considerado vertedero si más del 60% de la superficie emergida del mismo sirve de almacenaje de basuras.

Por lo general, los ecosistemas de estos mundos han sido destruidos o modificados por completo. Siglos de uso como vertedero cambia la superficie de estos planetas, contamina sus aguas, provoca la extinción de gran parte de su fauna y otra mucha cambia sus costumbres para adaptarse a las nuevas condiciones ambientales. En estos lugares son comunes las tormentas eléctricas, la niebla tóxica y la lluvia ácida.

Los planetas vertedero tienen al menos una estación espacial en órbita que se encarga de la administración del lugar, organizando las entradas de chatarra y controlando (en la mayoría de los casos de manera bastante poco efectiva) que es lo que se echa al lugar.

Sociedades de los planetas vertedero.

Aunque parezca imposible, la mayor parte de este tipo de mundos está habitado. Sus habitantes suelen organizarse en bandas gobernándando la ley del más fuerte. Cada banda tiene sus propias normas y son muy comunes las guerras por el control de los pocos recursos del planeta o por hacerse con la mejor chatarra. Algunas incluso construyen auténticas fortalezas usando los restos de naves espaciales que llegan al planeta como basura.

Sobre el papel estos mundos están gobernados por las autoridades de las estaciones espaciales de control en órbita. Sin embargo la realidad es muy diferente. Mucha de la chatarra que llega alcanza muy buenos precios en el mercado negro (sobre todo cuando se trata de restos de grandes naves espaciales), esto hace que la corrupción esté a la orden del día. En muchos de estos planetas son las bandas de mayor poder las que tienen compradas a las autoridades ya que, por extraño que pueda parecer, muchas veces estas tienen mayor equipación y mayor control de la superficie planetaria. Si una banda poderosa está descontenta con las autoridades de la estación saboteará todos los trabajos que estos intenten realizar en sus territorios.

La tecnología.

Habitar en un mundo donde continuamente entran restos de motores y estructuras espaciales hace que conseguir equipamiento para crear tecnología sea sumamente fácil. Sin embargo, los controles en órbita hacen que las mejores piezas no lleguen nunca a descender al planeta. Esto hace que las bandas estén muy equipadas pero con maquinaria bastante rudimentaria. Son comunes los camiones, las motos y los buggies, así como destartalados helicópteros y a veces drones.

Las factorías de quemado expulsan grandes columnas de humo hacia la atmósfera y en ellas las bandas más poderosas tienen el control de sus instalaciones usándolas muchas veces como garaje.

Fauna.

A pesar del estado lamentable de estos planetas, la vida se ha abierto camino. Es común encontrar criaturas de otros sistemas que han venido como polizones en la basura espacial. La plagas de ratas espaciales [Exobichos pag 70] y de salhador [Exobichos pag 72] están a la orden del día, incluso se conocen zonas infectadas de lapillas [Exobichos pag 54] que han traído de cabeza a más de una banda que operaba en la zona. Es también común que algún caudillo cuente con uno o varios sabuesos aioll [21351 ] comprados a comerciantes de la Unión Pangaláctica. No es raro que estos escapen si su dueño es asesinado, en cuyo caso quedan libres. Más de un planeta tiene manadas de sabuesos aioll en estado salvaje que acechan desde las montoneras de chatarra al viajero desprevenido.

Pero también han surgido o adaptado formas de vida única. Posiblemente, una de las más comunes en los planetas vertedero, sean los comedores de chatarra, enormes sierpes que devoran metal. Estas bestias se descubrieron por vez primera en un planeta vertedero en los límites del sector Coco. Al ver su utilidad para reducir la cantidad de basura se han cazado y creado granjas de crianza para luego repartir por sistemas de toda la galaxia. Ni que decir tiene que esto es una ventaja para las autoridades pero un auténtico quebradero de cabeza para los habitantes de estos mundos, habitantes que, por otro lado, no importan a nadie.