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Nómada
La Nómada es el nombre de un viejo tren mercante (ver pág. 38 de manual básico) compuesto por una enorme cabeza tractora a la que se van enganchando amarres y más amarres en los que se acoplan tres contenedores normalizados, formando una larguísima "cola", como si se tratara de un renacuajo de proporciones colosales.
A diferencia de la gran mayoría de trenes mercantes, que se dedican al tráfico de mercancías, la Nómada transporta principalmente viajeros. Para subir a bordo solo es necesario adquirir uno o más contenedores normalizados (supuestamente configurados como vivienda, aunque esto no es indispensable) y pagar la tasa semanal de enganche. La Nómada va viajando a lo largo de una serie programada de sistemas estelares (el primer día de cada mes el capitán hace pública la ruta prevista a cinco años vista). Cuando la nave arriba a un destino, permanece en órbita un tiempo predeterminado (entre una y cuatro semanas, normalmente). En ese tiempo otras naves mercantes se llevan o traen los contenedores. Si algún inquilino deja de pagar el alquiler cuatro veces seguidas, el capitán ordena desenganchar su contenedor en el próximo puerto, justo antes de zarpar. De él depende que haya otra nave dispuesta a recogerlo o que el contenedor quede a la deriva (la jocosa tripulación denomina a esta maniobra "soltar lastre").
Los pasajeros tienen prohibido el acceso a la cabeza de la nave, quedando restringidos sus movimientos a la "garganta" (el nombre que recibe el largo pasillo donde confluyen los accesos a los contenedores y que sirve de "zoco" y zona común de esparcimiento). La seguridad en esta zona (y solo en esta zona) está garantizada por el capitán y sus hombres, así como el suministro de energía, aire y agua a los contenedores (aunque en los viajes largos a veces se decreta racionamiento, es posible pagar pluses para obtener mayores cuotas). Sin embargo, a bordo cada cual debe ocuparse de llevar su propia comida y todo lo que pase en sus contenedores es asunto suyo.
En un momento dado suele haber varios cientos de contenedores amarrados, formando en la práctica una estación espacial móvil con miles de inquilinos. Esta práctica, conocida popularmente como Contenedoring, resulta una forma bastante barata de viajar llevando contigo todas tus posesiones (mucha gente incluso transporta pequeñas cápsulas de descenso o vehículos que usan al llegar a un destino); podríamos decir que se trata del equivalente espacial a un camping de caravanas terrestre.
Idea de aventura: más que de una nave aquí estamos hablando de una pequeña ciudad móvil. Los PJ pueden ser contratados para ocuparse de mantener el orden en la "garganta", un trabajo sencillo y rutinario hasta que aparece un veddio con síntomas de haber fallecido a causa de la "fiebre foruncular veddia", una enfermedad incurable extremadamente contagiosa que resulta letal en un 55% de los casos y que, pese a su nombre, en realidad puede contagiarse entre distintas especies. El capitán sella el acceso a la cabeza, dejando a los PJ atrapados con el pasaje y al cargo de la situación. El pánico se extiende rápidamente entre el pasaje y, cuando algunos pasajeros comienzan a mostrar síntomas de haberse contagiado, los más vocingleros gritan que habría que desenganchar sus contenedores y dejarles varados en el espacio. Y ya que estamos habría que matar a todos los veddios, por si acaso...