Llego hasta aquí
Campaña Rey Rojo
Capítulo Uno: el paciente
En el libro «Alicia a través del espejo» se describe a un personaje, el Rey Rojo, que duerme constantemente y al que todo el mundo tiene miedo de despertar. Temen que el Rey esté soñando con ellos y que si se despierta, todos desaparezcan.
Este primer capítulo de la campaña es bastante tranquilo y sirve poco más que para presentar a los principales personajes, poner a al mesa de juego en marcha y obtener algunas pistas de la conspiración que se oculta tras de un viaje aparentemente inocuo en el que no se espera apenas peligro, más allá de una pelea a puñetazos. En capítulos posteriores, sin embargo, las cosas se podrían complicar mucho para los personajes.
La herencia
La médica se había cansado de recomendar curas y de hacer remiendos. Ni siquiera una familia tan bien financiada puede luchar contra ciertas pendientes en los gráficos, por mucho que le espolearan o cuánto estuviesen dispuestos a pagarle o amenazarle. Ella ya había terminado allí, al paciente había que dejarle morir en paz. Recogió su instrumental y se marchó.
Cuando se quedó a solas con el paciente, Nijdaya se acercó a la cama y posó su mano sobre la del anciano con confianza. Incluso aunque Spino estaba en coma y ella vestía un traje de protección, la aioll sabía que el enfermo era de los pocos humanos que nunca rechazaba el contacto físico con ellos y hasta les mencionaba usando sus pronombres correctos, «él», «ella» y «elle». Se reclinó un poco sobre la cama y habló a quien ya no podría escucharla, aunque en realidad se dirigía a su familia genética, que esperaba al otro lado del cristal de aislamiento. Le dolía la separación aunque solo fuera unos pasos pero sentía que le debía estas palabras al humano.
«Nuestra fuerza en esta sociedad fue levantada a costa de vencer muchas dificultades. Luchamos durante siglos contra la xenofobia, la alienación, los prejuicios hacia nuestra forma de entender la vida, incluso a nuestra forma de entender la comunicación más básica. Lo que llamamos hogar no es más que una bola de barro que gira alrededor de otra bola de barro en un lugar lejano. Lo abandonamos, nos transplantamos a muchas otras zonas de lo que antes fue parte de Oeon y ahora es la Unión Pangaláctica. Usted, Spino, fue de las pocas personas que siempre se ha preocupado de nosotros y ha entendido nuestro punto de vista, que ha sabido cuál era su lugar en el esquema de las cosas. Su reciente y grave traición es mejor comprendida por nuestra raza que por cualquier otra y por eso le perdonamos. Seguía usted su instinto genético, ni más ni menos. Por ese pecado ya paga una penitencia: padecer una enfermedad que no podemos curar. Ahora es nuestro deber cuidar de usted y de su herencia para que no sea utilizada con un mal propósito.»
Cuando pudo reunirse de nuevo con su familia, Ahachaan traía buenas noticias. La lista de herederos de Spino contenía casi cien nombres y por fin estaban todos tachados. La vida del humano había sido muy larga y había dejado muchos herederos. Al morir, dejaría dividida la heredad entre personas esparcidas por toda la Unión. Nadie más que los abogados de Nijdaya, Ahachaan y Oanli conocían la lista completa. Nadie más. Pero ninguna de esas partes partes de la herencia existía ya. Había sido todas ellas compradas por la misma familia y dirigidas a un solo proyecto. Nadie en la galaxia tenía derechos sobre el cadáver de Arturo Spino más que la familia que ahora se abrazaba e intercambiaba a través de sus genforos hormonas específicas para celebrar el momento.
La traición de Arturo Spino
Spino no era un hombre ni bueno ni malo; era lo que otros le hacían ser. Empático y permeable a las opiniones ajenas, manipulable, asumió con no poca simpatía el papel natural de los aioll en el gobierno administrativo de la Unión Pangaláctica. Esto le llevó a ser muy apreciado por la familia genética para la que trabajaba. Durante muchas décadas fue un contable eficaz y sereno, vivió una vida próspera para los estándares humanos de la U.P.G., se casó tres veces y tuvo diecinueve hijos de estos matrimonios. A esta lista de herederos hay que añadir muchos sobrinos de sus muchos hermanos. Los Spino son una familia… muy familiar.
Es en su vejez, ya jubilado pero aún visitante habitual de sus empleadores, cuando Spino tuvo la desgracia de encontrar otras influencias que cambiaron su vida. En concreto conoció a Estrella Millán, una humana veinte años más joven que él, «ocupada» en este momento por un agente NheTi:Narä. Los chupacerebros son conscientes de que para ellos ocupar cuerpos aioll es muy complicado, dada su particular biología y su capacidad natural para detectar cambios orgánicos internos. Por eso han decidido ensayar un arma biológica que podrían intentar usar contra ellos más adelante. Han desarrollado un virus capaz de mutar con gran facilidad para luchar contra un sistema inmune tan potente como el de los aioll y que ataca degradando específicamente los genforos de las manos que esta especie usa para su esencial contacto genético.
La versión actual del virus es infecciosa pero no contagiosa, para poder controlar mejor sus efectos, por lo que debe ser inyectada. Millán tenía intención de inyectar ella misma el virus a un aioll pero para reducir los rastros y porque le ha cogido cierto cariño al cuerpo que ocupa, con el que es muy compatible, decidió hacerlo a través de un tercero. La persona escogida fue el maleable Spino.
Durante meses, Estrella fue pasando de ser la cuidadora de Arturo en la residencia privada de ancianos a una amiga. Luego, empezó a confesarle y traspasarle sus miedos hacia los aioll: lo que el contacto con ellos puede hacerle a los humanos, el futuro que le espera a su especie bajo el gobierno aioll… Poco a poco le hizo sentirse culpable por décadas de connivencia con esta especie y usó tanto las tácticas más comunes de maltratadores y sectas (aislamiento de actividades y personas queridas, manipulación emocional, culpabilización…) como sus poderes psíquicos para acabar convenciéndole de que debía hacer algo por su propia especie.
Estrella acabó «confesando» pertenecer a un grupo de investigadores humanos que querían recoger pruebas de que los aioll estaban incorporando a sus propios genes células reproductivas humanas, de tal manera que pudieran hacer que alguien quedase embarazada con el solo contacto. Para conseguir las pruebas de esto Spino debía obtener una muestra de células sanguíneas de un aioll. Sus amigos eran el blanco perfecto, pues sospecharían menos. La «extracción» la debía realizar Arturo con una «jeringuilla especial». Le dijeron que era tan fina y tratada con un anestésico local tan potente que la víctima de la extracción no lo notaría. Esto, por supuesto, era falso. Al NheTi:Narä le daba igual que a Arturo le descubriesen una vez hubiera clavado ese aguja, infectada con el virus.
El problema es que Arturo, que acudió a casa de sus amigos con una falsa excusa, entró en tal estado de nerviosismo al verles y recordar los viejos sentimientos que se descubrió a sí mismo al ir a pinchar a su blanco, Ahachaan. Se produjo un rápido forcejeo en el que Spino acabó clavándose la aguja.
El resto es historia. La familia hizo analizar la sustancia impregnada en la aguja y descubrió el virus. La fascinación de los aioll por los genes no fabricados por ellos es tal que no han podido resistirse a guardar el secreto y encargarse personalmente de Spino, convaleciente primero y fallecido después. Su plan es guardar el cuerpo a buen recaudo y buscar a alguien de fuera de la comunidad aioll, lo bastante bueno con la genética como para enseñarles a aprovechar esta tecnología biológica sin dañar a sus congéneres. Quizás incluso a hacer un buen dinero con ella o a presentarla como un descubrimiento propio ante su comunidad.
Este tipo de comportamiento individualista es extraño entre los aioll, pero el contacto con el resto de civilizaciones ha hecho que cada vez aparezcan más familias genéticas «distintas» (de más o menos de tres miembros, con todos los miembros del mismo género, con tradiciones diferentes…).
A continuación encontraréis los datos de la familia Nijchaanli. En algún caso veréis datos que os extrañarán, como la profesión de Oanli o la habilidad de demoliciones de Ahachaan. Ambas son cosas que mantienen en secreto y cuya utilidad y origen se revelará más adelante en la campaña.
NIJDAYA, comerciante, aioll femenino y líder de la familia Nijchaanli
CUE 3 Fue 3 Vit 3 Res 3AHACHAAN, ilustrado, aioll masculino
CUE 3 Fue 3 Vit 3 Res 3OANLI, agente, aioll bigenino
CUE 5 Fue 4 Vit 4 Res 5La entrevista
Semanas después de su muerte, el cadáver perfectamente preservado de Arturo Spino descansa en un ataúd especial que conserva frescos incluso sus fluidos internos. La familia Nijchaanli (el nombre familiar que los tres aioll de nuestra historia se han dado) busca un transporte para llevar el cuerpo discretamente a un laboratorio privado que asegura ser capaz del trabajo que les han pedido.
Los personajes se encuentran en el planeta que más convenga a vuestra mesa de juego, mientras sea en la U.P.G. y tenga un buen astropuerto. Una agencia de contratación publicará un aviso en el que se busca tripulación para un viaje. Dependiendo de si el grupo de Pjs tiene o no nave propia, esta condición será un requisito para el trabajo. También se valorará que hayan trabajado antes juntos. Aunque los Pjs parecen los candidatos ideales, cuando se presenten en el horario indicado en la agencia de empleo, verán que la cosa no es tan sencilla. Hay otros seis grupos esperando para ser entrevistados y ellos serán las últimas personas en pasar.
La entrevistadora se llama es Karen D'um y se presenta como médica personal de los que serían los futuros pasajeros de la nave. En caso de que los personajes no dispongan de astronave propia, se presentará como médica de a bordo del carguero Telladius, una hidrovela 3472 (14462 ), modelo «Lux Explora». Se trata de una versión de la «Gran Turismo» con mayor capacidad de almacenaje (700 kilogramos / 3,5 metros cúbicos), dos armas L (proa y popa), cabina 4 y carga 4, capacidad para hasta diez pasajeros (cuatro de los cuales serán los aioll y la médica y una estructura de 10 (3 en la vela).
La oferta de trabajo consiste en tripular la nave en un viaje hasta el satélite natal de los aioll, Sterea. Se trata de transportar a la familia génica Nijchaanli y una carga muy preciada para la tríada, de la cual no necesitan saber cosa alguna. Si hacen cualquier intento por averiguarlo, se les asegurará que es una carga inerte (no puede explotar o incendiarse, no emite radiación peligrosa y no está viva) y totalmente legal, con todos los papeles en regla. Papeles que no, no pueden ver, eso es cosa solo de la familia Nijchaanli, pero si son contratados verán que no habrá problemas en el astropuerto con la carga. Si insisten o lo ponen como condición, D'um llegará a insinuar que son bienes recibidos de una herencia pero asegurará que de insistir más, quedarán descartados para el trabajo, que, por cierto, estará muy bien pagado. Son 2.000 estándares a cada persona por acompañar a los aioll a dejar su carga en el planeta, 2.000 más por un mes de estancia en el satélite por si les necesitan para algo más y 2.000 más por traerles de vuelta al finalizar ese mes. Sí, el regateo es posible, pero solo en caso de que se les ofrezca el contrato a ellos. ¿Podemos pasar ya a las preguntas?
Los personajes deberán responder a preguntas bastante estándar, pasando una tirada sin modificar cada uno sobre alguna habilidad en la que se supone va a trabajar. Luego les harán preguntas realmente importantes como si han trabajado antes para aioll, qué opinan de ellos o si tienen alguna cuenta pendiente con la justicia en la U.P.G. Obviamente se espera que mientan, pero eso es lo de menos, lo que quiere valorar D'um es hasta qué punto lo hacen y si pueden ser peligrosos para la familia.
KAREN D'UM, médica, humana arisca
CUE 4 Fue 3 Vit 3 Res 4Conflicto familiar
Si no lo han hecho tan mal como para no ganar el contrato, en menos de veinticuatro horas les comunicarán que el trabajo es suyo y les pedirán que se presenten al día siguiente en el astropuerto para presentarles a la familia Nijchaanli y embarcar. Saldrán en dos días.
Son varios los sucesos que durante el viaje les van a hacer ganarse el pan. El primero y más sencillo es causar una buena impresión a sus empleadores, con los que se encontrarán en el astropuerto. Tras los saludos iniciales que dirigirá Karen, seguramente sin apretón de manos, Nijdaya, que es la que lidera el grupo, mostrará la carga: un contenedor de 150 centímetros de ancho, un metro de alto y algo más de dos metros de largo, fabricado en carburotitanio esmaltado en rojo. Es fácil ver que el contenedor lleva incorporada su propia batería de larga duración y un sistema de control. Una tirada de Operador de Sistemas Auxiliares (MD +5) o de Conocimiento Científico (Bioquímica) permitirá determinar que se trata de un contenedor para mantener estable algún tipo de producto perecedero. Una tirada de medicina descartará que disponga de lo necesario para mantener a alguien con vida dentro, pero sí podría mantener plantas o animentos, por ejemplo. La familia lleva esta «maleta» sobre una de las criaturas artificiales de transporte aioll. Esta tiene un tamaño algo mayor que el de su carga y la forma de una babosa que se desplaza reptando sobre millares de esferas quitinosas que surgen de su piel inferior. Este es el momento no solo de caerle bien a los jefes, sino de pedir el mencionado aumento de sueldo.
Antes de embarcar deberán presentar la documentación pertinente en el servicio aduanero. Un mero trámite en teoría, pues los permisos están en orden. Pero, al llegar a los puestos de control un grupo de seis personas, humanas todas ellas, se les acercará con aire iracundo. Se trata de varios miembros de la familia Spino-Texón, hijos, nietos y sobrinos de la tercera esposa de Arturo. Todos ellos firmaron en su momento un contrato para ceder sus derechos a la herencia del fallecido a Nijdaya pero ahora han descubierto que esto incluía el derecho a disponer del cuerpo del fallecido. Que una familia de una especie que hace ingeniería genética de forma natural se lleve el cuerpo de su familiar es demasiado para ello y pretenden intentar impedirlo.
Un personaje que tenga éxito en una tirada de Legislación sabrá que los familiares llevan las de perder si los papeles están en regla y siempre se podría hacer intervenir a las autoridades del astropuerto. Pero Nijdaya dejará claro que quiere la mayor discreción posible. Por desgracia, los Spino-Texón gritan mucho y tienen un tono exigente y agresivo. Si creen que no se van a salir con la suya con amenazas, intentarán arrebatar el contenedor por la fuerza. ¿Los personajes sabrán evitar el escándalo? ¿Reaccionarán de la mejor manera a criterio de los aioll? Dependiendo de su actuación aquí, se les puede dar un punto más de experiencia al final de esta primera aventura. En caso de enfrentamiento verbal, Nijdaya puede apoyarles. En caso de enfrentamiento físico, Oanli puede apoyarles. Ahaachan y Karen procurarán mantenerse al margen, cuidando del contenedor. Cualquier enfrentamiento físico o que ponga en peligro la integridad de alguien o de los bienes del astropuerto terminará muy pronto con la intervención de la seguridad del edificio.
Durante esta discusión el grupo de juego puede haberse enterado con facilidad que la carga es el cadáver de un humano. Si piden explicaciones, Nijdaya les explicará la historia más inocua de este viejo empleado que habría muerto de una enfermedad, abandonado por su familia. Los Nijchaanli habrían pagado a todos los familiares de Spino una cantidad por esos derechos, incluyendo ser los responsables del cuerpo que ahora quieren llevar a Sterea. Para ellos, dirán, Arturo Spino es un «aioll honorario» y quieren que su cuerpo sea sometido a un rito cultural de la raza aioll, la preservación de sus genes en un banco genético aioll. Tiradas enfrentadas de Dialéctica pueden permitir intuir que el mensaje lleva mucho de verdad, algo de mentira e información que se oculta pero no perciben que haya intención de causarles ningún mal a ellos. Siguen siendo libres de echarse atrás en el contrato, pero los Nijchaanli se niegan a confesar nada más.
LA FAMILIA SPINO TEXÓN, gente enfadada
Puntos de vida 12Viaje a Sterea
Durante el viaje tendrá lugar una situación en apariencia poco importante pero que tendrá mucha relevancia en adelante. De hecho, como la solucione la mesa de juego influirá en posteriores capítulos de esta campaña.
En dos de los saltos intermedios del viaje, se producirá una anomalía en los sensores de la nave. Tras salir al espacio normal, lo normal es revisar que no haya obstáculos, algo altamente improbable pero que como un choque a esas velocidades sería catastrófico es mejor asegurarse. Después, se localiza con los sensores la estrella de destino y se corrige la pequeña variación que haya producido el salto anterior o se espera al último salto para hacer una corrección mayor y final. Es en ese momento en el que se produce la anomalía: durante dos horribles minutos, el sensor no detectará la estrella. Como si no estuviera ahí, como si el último salto hubiera sido erróneo y hubieran acabado muy lejos de su ruta. Deja que entren en pánico, hagan tiradas para buscar errores y mientras lo están haciendo, diles que la estrella aparece. El resultado de las tiradas y cuántos personajes tengan éxito en ellas podrás usarlo para darles más o menos información sobre lo ocurrido:
En cualquier caso, no serán capaces de detectar qué ha ocurrido pero el grado de información que obtengan les ayudará más adelante cuando aparezcan nuevas pistas sobre lo que ocurre.
Al salir del último salto, la doctora D'um pedirá quedarse a solas con la carga durante un rato para examinar su estado, cosa a la que accederá la familia y pedirá a la tripulación. Esta puede ser una nueva ocasión para discutir la legitimidad de la petición de secreto o para espiar con el método que elijan y con éxito adecuado en las tiradas. Oanli, que no se fía demasiado del grupo, estará atento a lo que hagan y será necesario esquivar su vigilancia.
Tanto si logran convencer a la familia aioll de que les dejen mirar como si lo hacen espiando, comprobarán que, en efecto, el cadáver envuelto en un gel y una bolsa criogénica y conectado a diversos tubos, es lo que transportan en la nave. Es el cuerpo de un anciano humano y tiradas adecuadas de Medicina o Bioquímica servirán para determinar que está muerto pero se procura mantener sus tejidos en el mejor estado de conservación posible. La doctora se limitará a hacer unas comprobaciones de rutina, tomar y analizar algunas muestras y volverlo a cerrar. Todo esto lo hará embutida en un traje anticontaminación y exigirá prudente distancia o las mismas precauciones a cualquiera presente, aunque su argumento será que no quiere contaminar el cuerpo.
Cielo verde
El satélite Sterea, que orbita al rededor del planeta Muheor, exigiría de un buen piloto para el aterrizaje debido a los fuertes vientos pero hay balizas dinámicas de guía bien preparadas que evitan inconvenientes y ayudan a llegar a salvo al astropuerto.
La inclinación del satélite con respecto a su sol y la influencia del cercano planeta hace que la luz en la superficie casi nunca sea brillante y los cielos tengan una tonalidad verde grisácea que aumenta con las nubes, cargadas a menudo de polen. La mayor parte del tiempo es necesario que las criaturas no aioll lleven puesta una máscara de filtración para evitar toser constantemente en un aire tan cargado. Los suelos son de natural rocosos y los edificios se construyen lejos de las orillas de los pequeños mares, pues las mareas provocadas por Muheor son muy fuertes. Una vegetación exótica y de aspecto artificial crece por todas partes, cubriendo el mundo de una selva amable, llena de senderos que las ramas y las hierbas parecen respetar como si supieran que deben hacerlo. Nubes de insectos jardineros van de un lado a otro polinizando, podando y alimentando con una jalea especial a las plantas. Las escasas y poco pronunciadas montañas han sido replantadas con enormes árboles leñosos de hojas en forma de palma que generan una sustancia que provoca la lluvia al contacto con las nubes. Así se crean arroyos que aparecen y desaparecen, llenando depósitos subterráneaos conectados con los edificios aioll.
Apenas se ven edificios o, más bien, son difíciles de distinguir de las colinas naturales, ya que son montones de materia de color azul grisáceo, moteado de rosa, como los cuerpos aioll. La mayor parte de estos edificios se encuentra bajo tierra y su configuración es la de enormes bulbos subterráneos interconectados. Entras en ello es como hacerlo en el interior de enormes corazones o vísceras compartimentadas. El acceso es a través de zonas rosáceas que se abren como membranas al contacto con la piel. Las de color más oscuro permiten el acceso de cualquier ser vivo y las más claras, solo de aioll. El interior de los edificios son pasillos circulares que conectan salas que parecen cambiar sutilmente de tamaño cada pocos minutos. Las zonas pensadas para personas no aioll tienen un aspecto más «normal», con protuberancias que asemejan a muebles y tecnologías no biológicas incrustadas en ellos, de manera que es posible ver la holovisión o acceder a una cocina automática para prepararse el tipo de alimentos a los que están acostumbrados. También, estas zonas son las más exteriores de cada edificio, para reducir la claustrofobia mediante membranas transparentes a modo de ventanas.
Los aioll y los visitantes se desplazan de un lado a otro mediante criaturas artificiales similares a la que transporta el «ataúd», solo que de mayor extensión, a modo de transportes colectivos que realizan rutas fijas. Incluso se pueden ver versiones cerradas y voladoras de estos vehículos orgánicos. Muy pocas, pero de aspecto impresionante y un poco inquietante, cuando se cae en la cuenta de que los pasajeros están dentro de un «organismo». De tanto en tanto se puede ver a aioll dando de comer a estas criaturas untando en su piel un mejunje de color amarillento.
El propósito de esta última escena es poco más que hacer que los personajes se adapten al panorama y a este extraño mundo. Según la familia Nijchaanli, será al día siguiente (aquí los días duran 19 horas, pero se dejará dormir siete a los personajes) cuando lleven el cuerpo al banco genético. Necesitarán que al menos un par de ellos, mejor cuatro, les acompañen para ayudar a cargar y descargar el pesado contenedor. No, ellos no tiene intención de hacer ese esfuerzo físico. ¿Para qué les pagan?
Dejemos a los personajes reflexionando, quizás en una de las mullidas superficies orgánicas que sirven de cama en un edificio aioll o en la nave, si no se han atrevido a ser «tragados» por una de esas estructuras. Mañana será otro día y otro capítulo de esta historia.
En el próximo capítulo...
Detuvieron el organismo de transporte sobre una mullida superficie similar al musgo pero también a los hongos. El horizonte estaba despejado, sólo algunas plantas de aspecto arbustáceo y colores suaves pero llamativos se distribuían, en curioso reparto equitativo de terreno, a lo largo de la colina. No era lógico pensar, pese a que fuera posible, que esa disposición era natural. Más bien debía ser un signo inteligente.
«Hemos llegado» dijo Nijdaya. Dentro, encontrarían puertas con seis formas de impedir el paso, bibliotecarios cuyas papilas habían sido cegadas sin dolor y criaturas guardianas vigilando en cada esquina. Accederían a una sala cerrada y ahí mostrarían a unos seres en los que no podían confiar algo tan peligroso como la superficie de un sol y tan frágil como una nube de alcohol. Tan sólo con una pizca de ello habría suficiente para iniciar una guerra.
Pero esto no había necesidad de contárselo a sus acompañantes.
Las imágenes pertenecen a Arek Socha (virus), Steve Manely (espaciopuerto) y el Instituto Astrobiológico de la NASA (planeta verde).