Llego hasta aquí
20 segundos
(segunda parte)
La nave de la clase Victoria B con la 501 a bordo rompió la realidad a escasos kilómetros de la estructura de entrenamiento y acondicionamiento de los celatanes. Su llegada disparó todas las alarmas de los guardianes de la Unión Pangaláctica, pero aún tardaron unos preciosos segundos en creerse lo que estaban viendo.
5 segundos
-Estamos conectados -anunció Fernández, el úkaro.
Las trazadoras de las defensas orbitales convergieron sobre ellos. Arles comenzó a maniobrar con la locura de un piloto subespacial, impredecible. Las baterías de la Victoria respondieron con mayor precisión, pequeñas explosiones aparecieron en las cubiertas exteriores de la instalación. Algunos celatanes se agitaron en sus amarres y estos protestaron con chispas y descargas al vacío.
10 segundos
Dos grandes celatanes fueron liberados de sus dársenas y enfilaron hacia ellos. Contacto en 15 segundos. La Victoria seguía dando locos tumbos de un lado a otro. Parecía pilotada por una IA enfermiza que hubiese matado a sus ocupantes hace tiempo.
15 segundos
-Descarga al 50% -anunció Fernández de nuevo.
-¿Tor? -preguntó Juana desde una de las baterías.- ¿Tor?
20 segundos
-Descarga completa. Podemos irnos -gritó el úkaro triunfal.
-¿Tor? -Preguntó Juana de nuevo.
-¿Tor? -preguntó Arles a los mandos.
Los celatanes estaban muy cerca y los giros alocados del piloto no valdrían para esquivar sus enormes bocas. La artillería de la estación seguía disparando y algún impacto recibieron, pero las respuestas de la nave ya habían enmudecido a una tercera parte de los cañones. Una posición fija nunca es rival para una nave exo.
21 segundos
-10.45.165 -anunció Tor e inmediatamente Arles giró lo que a su gran velocidad se convirtió en una desesperada curva mientras los enemigos se acercaban a ellos.
Por fortuna, la estación quedó pronto lejos. La nave de la clase Victoria de la 501 saltó al subespacio 28 segundos después de haber llegado. Dos grandes masas vivas saltaron detrás de ellos.