Llego hasta aquí
Pesadillas
Ninguno de los miembros de la 501 tiene buenos sueños estos días. Uno no sobrevive a un planeta de infectados NheTi:Narä sin perder algo de cordura. Tienen miedo de que, transmitido el informe, les ordenen volver al planeta, pero, por otro lado, también tienen miedo de que no hagan nada, de que nadie vaya, y que la infección se extienda.
A muchos años luz de su posición, otra persona también tiene pesadillas y también, tras leer el informe, tiene miedo por el futuro, pero él no puede esperar a que el Alto mando tome una decisión porque él es la máxima autoridad de la RFP, él es el presidente Ayala y la decisión que está a punto de tomar puede ser definitiva para el destino de la galaxia. Ha pedido información a todos los que, de alguna manera, tenían algo que aportar y su mesa de trabajo, en esta noche de insomnio, está repleta de mem con informes, algunos muy antiguos. Su equipo más cercano está con él; si el presidente no duerme, nadie duerme en La Aguja. Incluso Furis de la Rosa está presente con una holoproyección. Su figura fantasmal encaja con las holoproyecciones de hace tantos años, de cuando la RFP se enfrentó por primera vez a los NheTi:Narä, de cuando los vencieron en una falsa paz envenenada.
Las cosas eran muy diferentes ahora. La República posee poder suficiente para borrar de la faz de la galaxia toda esa raza de parásitos y derrotaros, pero no en este momento, no con las amenazas libertarias, tyranas e iroiendi calentándose a fuego lento.
-Los hechos están claros -afirmó el fantasma de Furis-. Los NheTi:Narä están intentando romper el bloqueo. Hay que pararles antes de que lo consigan. Si no tenemos flotas, tenemos que conseguir alguien que nos las preste o que se las quite a ellos...
El presidente sopesó las palabras de su consejero y amigo. Miró el expediente de la 501, aunque tuvo que rebuscarlo entre todas las informaciones, y sopesó lo que ahí estaba almacenado.
-Esta gente de la 501 -comentó-, se merecen un buen descanso; se han escapado por los pelos de una trampa en la que otros hubieran sucumbido, pero me parecen la herramienta adecuada para esta operación. Necesitamos un bisturí que cercene a los parásitos de sus aliados aioll. Ellos serán el escalpelo que hará la incisión.
Furis sonreía en su holoproyección. El presidente había tomado una decisión y sus otros consejeros sabían lo que vendría después, una serie de órdenes y memorandos para poner en marcha varios recursos, entre ellos la 501, para poner fin a las pesadillas.
A muchos años luz del despacho de trabajo del presidente Ayala, un ligero zumbido y una luz de advertencia despiertan a Juana. Responde sin encender la luz de su camarote y en la pantalla se muestra el logotipo de los Exo. Una voz neutra, artificial, informa:
-Reunión de preparación para misión en 45 minutos...