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Trilogía triste: Bajo presión
La "Trilogía triste" son tres aventuras de EXO, no conectadas entre sí, pero encuadradas en la ruta Thalamir; más concretamente en la "senda triste", el tramo que une los sistemas Dokoibzo y Aba. Sería conveniente que algunos de los PJ supieran nadar para una mayor "inmersión" (Ba-dum-tssss!!) en la aventura.
Bevuca
El sistema Bevuca es el punto intermedio del ramal homónimo de la Ruta Thalamir, a medio camino entre Dokoibzo y Aba, segmento conocido como "la senda triste" por los mercantes espaciales. Este desangelado sistema es parada casi obligada para las naves que optan por dar el rodeo que los aparta del Vacío Interior, que goza de mala fama entre los viajeros más supersticiosos.
El sistema Bevuca está formado por doce planetas, pero solo dos de ellos están habitados, Redoheneka y Ulvoesga. De estos dos, solo Redoheneka es reconocido como integrante de la RFP bajo la denominación oficial de Valhercoop (aunque la presencia federal en este lugar se limita a una pequeña oficina comercial/centro de estadística en el que trabajan cinco personas). Hasta la fecha Redoheneka carece de representación propia en el Senado de Vettera, habiendo sumado su peso demográfico (el voto de los senadores es ponderado en función del número de ciudadanos al que representan, entre otros baremos) al de otras colonias poco pobladas que se han agrupado en un consorcio político para mejor representar y defender sus intereses comunes.
VALHERCOOP (Valle Hermoso Cooperativa)
Datos del planeta
Planeta: redoheneka (gent. heneko/a)Colonizado hace apenas cincuenta años, Redoheneka es un mundo bajo control de una empresa pantalla de la Vlastohe, una megacorporación minera que se está ocupando de llevar a cabo su lenta terraformación. Lamentablemente, el planeta apenas dispone de atmósfera, por lo que solo es habitable en la superficie de los valles más profundos. De estos, el principal asentamiento es el lugar que, en un alarde de franco optimismo, ha sido bautizado como "Valle Hermoso". Unas 50.000 personas viven en este lugar, y desde aquí es desde donde se coordinan el resto de los enclaves del planeta.
La autoridad y el gobierno planetario están en manos de la Valle Hermoso Cooperativa (VALHERCOOP) que en realidad se trata de un títere de la megacorporación Vlastohe, con participación accionarial de los residentes. La megacorporación creó esta empresa pantalla para eludir futuras responsabilidades legales respecto a ciertas irregularidades que se están cometiendo con el proceso de terraformación y extracción del mineral (que en el futuro sin duda traerán serias complicaciones medioambientales). En realidad, que la Vlastohe está detrás de todo es un secreto a voces. Por supuesto, el gobierno federal es plenamente consciente de este hecho pero la todopoderosa Vlastohe cuenta con el apoyo de muchos senadores y, a excepción de un puñado de asociaciones ecologistas y solnudistas (que ya han perdido tres demandas contra la megacorporación en los tribunales federales), nadie tiene motivos reales para protestar.
El cañón en donde se enclava Valle Hermoso es una brecha tallada en la roca viva, una profunda garganta de unos doscientos metros de ancho por unos ocho kilómetros de largo, atravesado longitudinalmente por un río (llamado simplemente "el río") que surge de la pared de roca, tiene unos cien metros de ancho. El cañón está flanqueado por paredes de roca casi verticales, por lo que la luz del sol solo ilumina el cañón durante doce minutos cada hora (la rotación del planeta es mareantemente rápida). El resto del tiempo los habitantes de Valle Hermoso viven en una perpetua penumbra u oscuridad.
El suelo del valle es rocoso, duro y muy ácido, y la tierra apenas produce fruto. En el planeta apenas se cultivan unos pocos patatales genéticamente modificados para adaptarse a las duras condiciones presentes. Esto significa que la inmensa mayoría de los alimentos debe ser importada del exterior, ya sea desde el vecino Ulvoesga (pescado, algas) o desde el sistema Aba (cereal, fruta, carne).
La ciudad (llamada simplemente "la ciudad" por los henekos) se extiende a ambas orillas del río y los edificios ascienden por ambas paredes del cañón. Sobrevolar el casco urbano está prohibido, excepto para los vehículos oficiales. De todos modos, hay menos de cincuenta aerocoches privados matriculados en el planeta, el capricho de los ciudadanos más acaudalados. El resto de la población se desplaza por la ciudad en moventes, automóviles y escúteres eléctricos, o bien usa el transporte colectivo.
Debido al suelo y la falta de luz, no existen demasiadas zonas verdes, apenas un puñado de jardines y parques artificiales sembrados sobre tierra importada desde otros planetas. Como es de esperar en un enclave minero surgido de la noche a la mañana, la ciudad es netamente industrial y la mayoría de los edificios son muy parecidos entre sí, totalmente carente de interés arquitectónico, turístico o cultural alguno. De hecho, podría definirse a la ciudad como "monótona". Solo desde los apartamentos de lujo construidos sobre la cresta del cañón (presurizados y con su propio suministro de aire, puesto que a esa altura la atmósfera es demasiado tenue) se ofrece una vista impresionante del valle.
El espaciopuerto de Valle Hermoso está situado al borde de una de las mesetas que coronan el cañón. Está completamente presurizado, ya que a esa altura la atmósfera es casi inexistente. Los visitantes descienden hasta el valle en tres grandes ascensores con capacidad para veinte personas. Al pie de los ascensores se encuentra la parada final de la única línea de autobuses, la cual lleva al centro de la ciudad.
Además de la Brigada de Policía de Valle Hermoso (que cuenta con unos cuarenta efectivos), la colonia está defendida por una única patrullera clase Externa. Una nave de la Vlastohe se pasa por el planeta cuatro veces al año para recoger la producción de mineral y traer suministros y productos de lujo que vende a los residentes.
Al otro extremo del planeta se ha instalado Nueva Veria-Redoheneka, una colonia silvana financiada con fondos procedentes de VALHERCOOP. La creación de este asentamiento de refugiados fue la condición impuesta a la cooperativa por las autoridades federales para poder obtener la licencia de explotación y colonización. Los silvanos son exiliados huidos de la Comunidad Verriana, donde eran esclavos. La colonia Silvana dispone de un carguero adaptado a su peculiar fisiología (lleno de agua) con capacidad para unos veinte individuos.
En el sistema Bevuca solo hay otro planeta habitado, Ulvoesga (gent. oesgo/a). Se trata de un planeta acuático, sin ninguna masa terrestre destacable. Unas tres mil personas viven repartidas entre cuatro asentamientos submarinos, cada uno de ellos independiente. Los oesgos viven de la pesca o de la recolección de algas (alimentos que luego venden a sus vecinos henekos). Los tres mil oesgos son descendientes de una caravana de pioneros que fueron estafados en tiempos de la 2ª gran Expansión. A los colonos se les prometió una vida mejor en un planeta virgen, pero a su llegada se encontraron con un planeta acuático al que tuvieron que adaptarse con el escaso equipo de que disponían. Aun así, consiguieron sobrevivieron e incluso prosperar. Al igual que en Redoheneka, hay una pequeña colonia silvana denominada Nueva Veria-Ulvoesga.
La tercera comunidad presente en Bevuca son los apodados "ganapanes". Menos de medio millar, viven a bordo de lo que en su día fue un "tren mercante" averiado y abandonado (ver artículo aquí: ), el cual ha sido deviniendo en una ruinosa estructura a la deriva que ha sido remendada una y mil veces. El pecio flota sin control casi todo el tiempo aunque, cuando se acerca demasiado a un planeta u otro peligro, es remolcado entre todas las naves de sus habitantes. Los ganapanes han bautizado a su hogar como "Providencia" (aunque los mercantes espaciales que la visitan de vez en cuando la llaman "Decadencia").
Los ganapanes se ganan la vida ofreciendo algunos servicios (a precios desorbitados) a las naves que hacen escala en Bevuca. Unos pocos, menos de una veintena, poseen pequeñas naves planetarias, sin capacidad de salto subespacial, que van y vienen entre Redoheneka y Ulvoesga llevando y trayendo mercancías y viajeros. La mayoría de los ganapanes son honestos comerciantes (dentro de lo que cabe, dada su profesión), aunque unos cuantos compaginan su actividad habitual con la "minería furtiva". Estos furtivos actúan sin licencia en Redoheneka, violando el monopolio de la VALHERCOOP. Su modus operandi es el siguiente: aterrizan en el planeta con sus naves (generalmente del pequeño tamaño), extraen todo el mineral que pueden en el menor tiempo posible y huyen rápidamente a Ulvoesga para vender su botín. La patrullera de la VALHERCOOP ni siquiera se molesta en perseguirles más allá de la órbita, ya que generalmente el coste de hacerlo supera el del mineral sustraído. A veces, alguno de ellos sufre un percance o un problema técnico y se ve obligado a pedir auxilio o a acudir al espaciopuerto de Valle Hermoso. En estas ocasiones, la Policía requisa el cargamento (si el tipo ha sido tan estúpido como para no tirarlo antes) y le mete entre rejas una temporada, aunque al final siempre vuelven a las andadas.
Comenzando la partida
Los PJ, mercantes independientes con nave propia, han llegado a Hermoso Valle trayendo un cargamento de alimentos y tierra fértil. Es la tercera o cuarta ocasión en que realizan este trayecto, por lo que ya conocen la planeta. Uno o dos de ellos se encuentran a la espera del pago en las oficinas de VALHERCOOP. El resto estará realizando el mantenimiento de la nave o bien pasando el rato en la ciudad (que, para ser honestos, tiene bien poco que ofrecer a los turistas).
En Valle Hermoso es invierno. Hace bastante frío (en torno a -5ºC) y la superficie del río se ha congelado. En algunas zonas la capa de hielo es tan gruesa que los niños aprovechan para patinar.
El PJ que espera para cobrar el pago del trabajo es requerido por un administrativo y conducido al despacho del gerente, lo cual resulta raro ya que, en anteriores ocasiones, le han dado un documento con el que debía presentarse en la Caja General de Pagos y Libranzas (en el piso de arriba).
Soraya Garittani es la gerente de VALHERCOOP, una mujer humana de más de ochenta años (aunque gracias a la cirugía apenas aparenta sesenta). La mujer le saludará formalmente y le pedirá que se siente. Tiene un trabajo para ellos. Ha investigado un poco a los PJ y sabe que son tipos curtidos que, en ocasiones, llevan a cabo trabajitos "poco ortodoxos". Ella tiene uno que proponerles y en estos momentos carece de una nave adecuada para llevarlo a cabo.
Está dispuesta a pagarles 1000 e. por cada día de trabajo, más dietas y alojamiento, para que colaboren con las autoridades locales en una operación de salvamento. El trabajo consiste en colaborar con la Policía y sacar una carga del planeta, lo más discretamente posible, y arrojarla contra el sol. Espera de los PJ la máxima cautela, puesto que nadie debe saber lo que están haciendo. Por este motivo tampoco quedará registro mercantil alguno de este negocio. Deben fiarse de su palabra en cuanto al pago de sus honorarios.
Si los PJ regatean, Garittani está dispuesta a pagar hasta el doble de lo que les ha ofrecido. O incluso el triple si están dispuestos a cobrar en mineral (el cual podrían vender a buen precio en otro lugar). Si aceptan, deben presentarse cuanto antes en el cuartelillo de la Policía, en donde les pondrán al corriente de todo y les proporcionarán el equipo que pueden necesitar.
En marcha
Una vez se hayan reunido, los PJ deberán presentarse en el cuartelillo, en donde les está esperando el sgto. Anzola, de la Brigada de Policía de Valle Hermoso. El sargento hará entrega del siguiente equipo a cada uno de ellos:
Una vez estén pertrechados, el sgto. Anzola les hace subir a una furgoneta y se ponen en marcha. Su destino se encuentra a la entrada del Valle, unos ocho kilómetros río arriba. Allí, pegada al cauce, hay una nave industrial y una explanada que hace las veces de pista de aterrizaje. Hay varios vehículos de bomberos y policiales rodeando el edificio, y bastante gente uniformada. Toda la actividad parece concentrarse en la orilla del río, de cuyas aguas surge parte del casco de una vetusta lanzadera de carga de la clase Memnónida-B (un modelo que lleva sin fabricarse varias décadas). Al parecer, la lanzadera se ha estrellado, atravesando la gruesa capa de hielo del río. Muchos curiosos se han acercado hasta el lugar a contemplar el espectáculo.
Un policía les dará el alto a un centenar de metros de la nave, aunque les dejará pasar cuando Anzola le diga que los PJ son especialistas contratados para colaborar en las "tareas de recuperación".
En este momento Anzola les explicará los hechos: ayer por la tarde se produjo un accidente. Una lanzadera que transportaba chlorotina, una peligrosa sustancia empleada en el procesado de mineral, se estrelló segundos después de despegar. La tripulación de la nave (dos personas) murió en el acto, y como resultado, trescientos bidones llenos de la sustancia se encuentran bajo el agua. Afortunadamente la mayoría sigue dentro de la bodega de la lanzadera, pero los técnicos afirman que si los bidones se rompen, la sustancia que contienen, combinada con el agua del río, se vaporizará y subirá a la superficie, creando una nube de gas letal a nivel del suelo (el gas pesa más que el aire y se disipa muy lentamente, por lo que se irá concentrando en el fondo del cañón).
Una vez liberada, la sustancia se presenta como una nube anaranjada que flota al nivel del suelo a merced del viento. Resulta tóxica por inhalación, y causa un daño tipo I por cada diez minutos de exposición (recuerda usar la tabla de potencia de las toxinas de la página 269 del Manual Básico). En caso de propagarse, la nube resultante tardaría 1d10 horas en disiparse.
El problema es que las autoridades no disponen de máscaras de respiración para toda la población de la colonia y, evidentemente, resulta imposible evacuar a todo el mundo (en las mesetas no hay instalaciones suficientes como para dar cobijo a todos). Por este motivo se ha tomado la decisión de llevar a cabo las tareas de recuperación en secreto, con la intención de evitar el pánico entre la población.
Los técnicos aún están tratando de determinar el estado de los bidones y cómo sacarlos a la superficie antes de que el agua los dañe. Es invierno, la temperatura está por debajo de los cero grados y la superficie del río está congelada. Los pocos buzos cualificados que hay en la colonia carecen de experiencia en este tipo de operaciones y apenas disponen de medios (ej. los trajes secos que tienen no están calefactados). Además, las penumbras del cañón hacen incluso más difícil trabajar bajo el agua, donde no se ve casi nada. Resumiendo, la situación tiene todos los ingredientes para que se produzca un desastre de notables proporciones.
Cuando los PJ llegan, los dos técnicos que se ocupan del problema acaban de decidir emplear una sustancia sellante sobre los bidones dañados. Justo en ese momento uno de los buzos que ha bajado a inspeccionar el estado de la carga está saliendo del agua con evidentes síntomas de hipotermia. Los PJ escuchan que dice: "es horrible, poco a poco se te entumece todo el cuerpo hasta que ya no puedes moverte".
Como es de suponer, en la colonia no demasiadas personas capacitadas para usar un traje de buzo. De hecho, son bastante pocos los que saben nadar (nadar es una de las "habilidades perdidas" en la mayoría de las sociedades tecnificadas, igual que cocinar artesanalmente o limpiar la casa. Son los robots quienes se encargan de dichas tareas) por lo que cualquier ayuda por parte de los PJ será bien recibida.
Colaborando en la operación
Si alguno de los PJ cree estar cualificado para colaborar en la recuperación de los bidones, su ayuda será aceptada de mil amores. Se les proporcionará una pistola selladora y un equipo de inmersión que, como hemos dicho, no está calefactado. Esto significa que, a pesar del aislamiento del traje, éste solo sirve para retrasar los efectos de la hipotermia.
El equipo de buzos está formado por seis personas, que trabajan en dos turnos alternos de una hora de duración. No se puede estirar más la duración de los turnos debido a la gélida temperatura del agua.
La luz de las linternas apenas logra atravesar las gélidas y negras aguas, así que apenas se distingue algo a un metro de distancia. Aún peor: los buzos han comprobado que la panza de la lanzadera se ha rasgado y parte de la carga ha sido arrastrada por la corriente. Los buzos (y los PJ que colaboren en las tareas de recuperación) deben localizar los bidones perdidos y sellarlos antes de sacarlos del agua.
Por desgracia, el primer plan de los técnicos fracasará: la helada agua del río vuelve ineficaz la sustancia sellante. Los PJ podrán comprobar que ésta se degrada en menos de un minuto.
Entonces, y a menos que los PJ sugieran otra cosa (en cuyo caso tú, querido DJ, deberás improvisar los que pasa), pondrán en práctica una segunda idea: harán traer del hospital unas enormes bolsas herméticas para trasladar cadáveres e infecciosos. La idea es que los buzos introduzcan en ellas los bidones antes de izarlos hasta la superficie. Les darán a los buzos unas balizas posicionales que deben activar en cuanto tengan listo un bidón, la cual servirá para que los bomberos se sitúen sobre el bidón. Entonces, dos bomberos perforan el hielo justo encima y, con la ayuda de una garrucha, lo izan hasta la superficie.
Los buzos tardan 15 minutos en prepararse antes de cada inmersión y otros 15 minutos en desvestirse y entrar en calor después de finalizar su turno. Esto significa que en realidad los turnos duran una hora y media, con un descanso de dos horas entre turno y turno. El trabajo no puede detenerse en ningún momento, puesto que con cada minuto que pasa aumenta el riesgo de que se produzca una filtración. La labor es agotadora, así que después de trabajar durante un número de turnos igual a su Umbral mortal, los PJ deberán hacer una TA de VITalidad x3 al comienzo de cada turno en que trabajen. Si la fallan, se considerará que están Impedidos (el PJ tendrá dificultades para moverse. Estará penalizado con +1GD a sus acciones físicas y sus capacidades de movimiento estarán reducidas a la mitad) durante todo ese turno.
Tareas de vigilancia
Mientras los buzos trabajan, los PJ que no participen en las labores de recuperación deben ocuparse de los bidones que éstos vayan sacando del río. Los bomberos y policías los irán secando y llevando al interior de la nave industrial. Una vez secos pueden ser tratados con la sustancia selladora hasta que puedan ser trasladados fuera del planeta. Ya no habrá peligro de que la sustancia se volatilice, a menos que alguien provoque un desastre deliberadamente...
Algunas cosas que podrían pasar son:
Hermoso caos
Si en algún momento una cantidad suficiente de gas es liberado, la nube permanecerá flotando a ras de suelo, a merced del viento. Los curiosos que se han acercado y permanecen cerca del lugar estarán en grave peligro. Los PJ recibirán la orden de comunicarles que la fuga puede entrañar peligro así como de darles la orden de refugiarse de inmediato en sus hogares. El PJ que les hable deberá llevar a cabo una TA de Mando con un bonificador -1GD si lleva puesto el uniforme de la Policía y con un penalizador +1GD si los PJ han tenido algún encontronazo anterior con los mirones. El DJ también puede modificar esta TA en función de lo que diga el PJ, que no es lo mismo decir que "ha habido una fuga" que "¡Corred insensatos, vais a morir todos!".
Si tiene éxito le harán caso. Se marcharán más o menos tranquilamente, aunque no podrán impedir que la noticia se extienda por todo el Valle.
Si fracasan, dará comienzo un pánico general. Las redes sociales harán su trabajo y en cuestión de minutos habrá disturbios por todo el Valle. Muchos intentarán ponerse a salvo en la meseta, y al pie de los ascensores de producirá una auténtica batalla campal. Los PJ serán llamados para reforzar al equipo que intenta que la gente suba ordenadamente. Si la Policía es sobrepasada, una multitud subirá al ascensor, sobrepasando por mucho los márgenes de seguridad. Posiblemente también habrá una avalancha de gente tratando de subir a los mismos y algunas personas morirán pisoteadas. En el peor de los casos el sobrepeso podría hacer que alguno de los elevadores se bloquee a medio camino, o incluso que se caiga cuando los de dentro entren en pánico y traten de escapar.
Por supuesto, como suele pasar en estos casos, un puñado de desaprensivos aprovechará la confusión para saquear los comercios de la ciudad, lo que obligará a dispersar más los efectivos policiales. También estallarán peleas por todo el Valle por hacerse con alguno de los escasos aerocoches privados (que suelen contar con suministro de aire). En caso de que la nube tóxica se cierna sobre la ciudad, muchos ciudadanos intentarán escapar en sus vehículos terrestres, causando un importante atasco y numerosos accidentes de variada importancia. Por último, un grupo de jaraneros irredentos decidirá que, dado que probablemente van a morir, lo mejor es hacerlo pasándoselo lo mejor que puedan: convocarán una improvisada fiesta en la mayor plaza de la ciudad a la que acudirá más de un millar de personas.
Terminando la partida
Idealmente, la partida terminará con los PJ recuperando todos los bidones y llevándolos a bordo de su nave para arrojarlos contra el sol. Si el DJ se siente especialmente vil, podría hacer que uno se abriera en el momento más inoportuno...